La salud materno-infantil, asignatura pendiente en Ruanda


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En Ruanda, un país donde cada mujer tiene mínimo 4-5 criaturas, donde 57 bebés de cada 1.000 que nacen (3’3 en el caso de España) se mueren antes de cumplir un año, y donde cerca del 45% de menores de 5 años sufren malnutrición crónica, la salud materno-infantil es uno de los mayores retos del sistema de salud público.

medicusmundi apoyamos el fortalecimiento del sistema público de salud en el Distrito de Gakenke, uno de los 30 en los que se divide el país, y que cuenta con cerca de 350.000 habitantes. Mejoras de infraestructuras y equipamientos en centros de salud y en el Hospital de Nemba, construcción de casas nutricionales, formación del personal sanitario y de agentes de salud comunitaria y asesorías técnicas a responsables de la salud de la zona, son nuestras líneas de trabajo para contribuir a mejorar la salud de la población ruandesa.
En el Centro de Salud de Nemba, la enfermera Dative Mukahirwe examina a Florence, una mujer de 35 años y aspecto cansado que espera su séptimo hijo. La futura madre se tumba en la vieja camilla donde Dative ausculta los latidos del bebé con un rudimentario estetoscopio de Pinard. Una rueda de natalidad de cartón desgastado le sirve para calcular la fecha de parto y seguir el correcto desarrollo del feto. En donde vive Florence, una colina a 2.000 mt de altura, una de las Agentes de Salud Comunitaria, una mujer voluntaria con muy poca formación sanitaria, se ha encargado de ir haciendo seguimiento de su embarazo. Si detecta algún signo de alerta, avisa mediante un SMS al centro de salud.
Florence nos cuenta que a sus cinco primeros hijos los parió en casa. Y es que, pese a las campañas de sensibilización llevadas a cabo en todo el país, todavía muchas mujeres prefieren dar a luz en casa por desconfiar de la atención que recibirán en el centro de salud, por vivir lejos del centro de salud o por ser embarazos no deseados en adolescentes y mujeres solteras, mal vistos en una sociedad rural profundamente machista. Y esos partos “naturales” conllevan graves riesgos. En Ruanda, hay zonas con cerca del 2% de la población que sufre epilepsia, algo impensable en España, y una parte importante de esos casos tienen que ver con el sufrimiento fetal durante el parto.
Y a eso se le suma el hecho de que en torno al 45% de niñas y niños menores de 5 años sufren malnutrición crónica por causas muy variadas: pobreza, tierra empobrecida y escasa, inundaciones y sequías, falta de educación nutricional, familias numerosas… Para combatir la malnutrición se impulsan diversas estrategias desde los centros de salud: dotarlos de vacas para obtener leche que se entrega a familias y vender lo que sobra para generar ingresos; crear servicios nutricionales en centros de salud y hospitales; construir casas nutricionales donde desarrollar actividades comunitarias como educación sanitaria y seguimiento del estado nutricional de niñas y niños; crear huertos comunitarios….
Nemba puede ser un minúsculo punto dentro de la inmensa África, pero allá viven miles de personas como Florence y su amplia familia, con muchas ganas y capacidades para sacar su vida adelante.
En medicusmundi creemos en la cooperación, en su más profundo sentido de trabajar juntos y creemos en la participación ciudadana como agente de verdadera transformación social. Necesitamos personas que se unan a nuestra asociación para conseguir que la población ruandesa siga teniendo apoyo para mejorar sus condiciones de vida y disfrutar del derecho a la salud. ¡Únete a medicusmundi!

Puedes conocer más sobre nuestro trabajo en Ruanda en www.lasaludunderecho.es/tag/ruanda