La validez del diagnóstico neuropsicológico


Fermín Goñi Sáez. Psicólogo Clínico. Director Científico de Fundación Argibide

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La neuropsicología es una rama teórico-experimental de la ciencia psicológica que estudia la relación entre (a) las funciones cognitivas, los patrones neuro-conductuales, las respuestas emocionales y (b) el cerebro. Uno de los aspectos más relevantes de su área clínica es el diagnóstico: una evaluación válida, precisa y clínicamente útil de los posibles déficits neuropsicológicos del cerebro es crucial para un tratamiento de calidad y una atención satisfactoria.

La neuropsicología clínica busca la validez diagnóstica de sus procesos de evaluación para poder identificar los déficits neuro-cognitivos, neuro-conductuales y emocionales de la manera más eficiente-efectiva posible. Tal objetivo exige tener procedimientos válidos para tomar decisiones que porten un margen de error cada vez más pequeño. La toma de decisiones en la atención psicológica si bien no es perfecta, tiende –progresivamente- a reducir el error mediante el perfeccionamiento de sus herramientas. Para alcanzar tal fin, los enfoques científicos aportan más validez que los no científicos.
Dentro de la práctica de la neuropsicología clínica, la toma de decisiones diagnósticas se produce en diferentes niveles. A veces, la atención se centra en el diagnóstico cuando se trata de decidir sobre la posible presencia o ausencia de una enfermedad (v. gr., enfermedad de Alzheimer). En otras ocasiones, la atención se centra en hacer pronósticos hipotéticos que se basan en el diagnóstico de signos o síntomas específicos (v. gr., déficits atencionales). La neuropsicología formula preguntas significativas y posteriormente trata de responderlas de una manera válida que permita hacer inferencias de interés que beneficien al paciente.

Claves en el diagnóstico neuropsicológico

Algunas de las claves en el diagnóstico neuropsicológico que pueden mejorar su validez son:
1. El diagnóstico explica. No es equivalente a la administración de pruebas (test). Las pruebas nos ayudan a construir argumentos racionales para generar inferencias que expliquen las dificultades que se observan en el paciente mediante la referencia hipotética a alteraciones en el cerebro.
2. El diagnóstico usa herramientas. No en vano, la neuropsicología ha enfatizado poderosamente la validez de sus herramientas de evaluación (test neurosicológicos, examen neuropsicológico, argumentación diagnóstica…).
3. El diagnóstico se contextualiza. La evaluación exige siempre un contexto clínico de referencia para generar diferentes hipótesis explicativas.
4. El diagnóstico explora. Existen muchos factores/causas que pueden influir en el estado neuropsicológico. Tanto factores propios del sujeto (trastornos metabólicos, neuropsiquiátricos, genéticos, infecciones, etc.) como ambientales (contexto socio-cultural, desarrollo lingüístico, exposición a tóxicos, uso de medicación, etc.).
5. El diagnóstico tiene historia. El paciente porta antecedentes propios y antecedentes familiares que pueden influir longitudinal y transversalmente en el patrón neuropsicológico explorado.