Comer rápido es un hábito muy común, casi ya normalizado. Muchas personas padecen sus consecuencias y no saben que al comer algo más despacio éstas pueden llegar a desaparecer. Veamos lo saludable que es comer despacio.
A veces el ritmo de vida, el trabajo y los compromisos hacen que la tarea de comer se complique. Ha cambiado del «disfrutamos todos juntos en la mesa» al «como y me voy pitando». Parece que hemos dejado de disfrutar de la comida como placer llegando a hacerlo sólo como pura necesidad, por lo menos los días de diario.
Debemos ser conscientes de lo que comemos, por eso la única tarea que debemos hacer en el acto de comer es eso, comer. Siempre mejor sin distracciones.
El comer rápido implica
• No masticar lo suficiente.
• No disfrutar de la comida.
• No ser consciente del acto de comer ( no se aprecian los matices).
• Comer más cantidad de alimento.
• Posible posterior sensación de: plenitud, hinchazón, digestiones pesadas, gases.
Situaciones habituales en la sociedad de hoy y nada convenientes:
• Personas encargadas de servir a la familia y que se levantan y sientan a la mesa varias veces, haciendo que su comida no sea un placer, no les siente bien, incluso la comen fría.
• Personas que comen de pie.
• Personas que comen con pantallas (teléfono, televisión, ordenador…).
• Personas que comen en el mismo puesto de trabajo, sin parar de trabajar.
Si estas situaciones se cronifican es cuando podemos hablar de un problema, que por suerte se puede revertir con constancia y paciencia.
¿Por qué comer despacio, qué gano?
• Al comer despacio se disfruta mucho más de los sabores y la comida se convierte en un acto más agradable y relajante.
• La sensación de saciedad llega al estómago pasados unos minutos, por tanto cuanto más despacio se coma mayor sensación de saciedad se tiene y menos cantidad se ingiere.
• Se mejora la digestión, la cual empieza en la boca. Al comer despacio y masticar bien facilitamos la digestión y ésta será menos pesada.
• Al comer lentamente, se come más conscientemente y se tiene más tiempo para analizar los sentimientos de hambre y saciedad.
Consejos para comer despacio
Si se come mientras se hace alguna otra tarea es lógico que no se le dedique ni el tiempo ni la atención suficiente al momento de comer. Por lo tanto, en el rato de comer fuera distracciones.
• Dejar descansar los cubiertos en la mesa después de cada bocado es una buena opción que puede ayudar para comer más despacio, ya que permitirá masticar algo más y saborear major el alimento.
• No coger gran cantidad de comida con los cubiertos, así se tardará más en terminar de comer.
• Masticar más veces permitirá comer más despacio y tener la sensación de saciedad.
• Beber agua entre las comidas ocasiona distensión estomacal, por lo que disminuye el consumo calórico. Puede ayudar a controlar si lo que siente es gula o se sigue teniendo hambre.
• Mantener una conversación puede hacer que se coma mucho más pausado.
• Mirar la hora en la que se empieza a comer el primer plato y el segundo. Así se puede calcular si se come de manera pausada o engullendo.
En definitiva, comer rápidamente puede alterar los procesos sensoriales que regulan la cantidad de comida que ingerimos. El tiempo para la comida debe ser un acto saludable y consciente. Para ello no debe suponer un tiempo de estrés, sino más bien un tiempo de desconexión con las preocupaciones y obligaciones diarias.