Manejo de la hiperglucemia hospitalaria asociada a corticoides


Carlos Moreno Gálvez, Valeria González Sacoto, Macarena Lacarta Benítez, Lidia Olivar Gómez, Ana Ros Anadón, Alba Sáez Melcior.

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La hiperglucemia inducida por corticoides es una alteración frecuente en el medio hospitalario, especialmente en pacientes sin diagnóstico previo de diabetes. Se define como la elevación de la glucosa en sangre en pacientes tratados con glucocorticoides, una clase de fármacos utilizados habitualmente por sus efectos antiinflamatorios e inmunosupresores.

¿Por qué los corticoides suben la glucosa?

Los corticoides (como la prednisona, la dexametasona o la metilprednisolona) aumentan la producción hepática de glucosa, disminuyen la sensibilidad a la insulina en tejidos periféricos y alteran la secreción pancreática de insulina. Todo ello provoca que el organismo no pueda utilizar correctamente la glucosa, generando niveles altos en sangre.

Este efecto suele comenzar entre 4 y 8 horas después de la administración del corticoide, con un pico de hiperglucemia en la tarde o noche, especialmente si el corticoide se administra por la mañana. Por tanto, es importante realizar controles glucémicos varias veces al día en estos pacientes.

¿A quién afecta?

Aunque cualquier persona puede desarrollar hiperglucemia inducida por corticoides, existen factores de riesgo que aumentan su probabilidad:

  • Edad avanzada
  • Sobrepeso u obesidad
  • Antecedentes de prediabetes o diabetes conocida
  • Historia familiar de diabetes
  • Uso de dosis altas o prolongadas de corticoides

Diagnóstico y monitorización

Durante la hospitalización, se debe monitorizar la glucemia capilar en todos los pacientes que inician tratamiento con corticoides, especialmente a partir del segundo o tercer día. Se recomienda realizar determinaciones antes del desayuno y, sobre todo, después de la comida principal o por la tarde, cuando el efecto hiperglucémico suele ser más evidente.

La hiperglucemia se define como valores superiores a 140 mg/dL en ayunas o superiores a 180 mg/dL en cualquier momento del día.

Tratamiento

El manejo de la hiperglucemia hospitalaria inducida por corticoides debe individualizarse según el tipo de corticoide, la pauta de administración, el nivel de glucosa y la situación clínica del paciente.

  • En pacientes sin diabetes previa: si presentan hiperglucemias leves, puede bastar con una dieta adecuada y monitorización. En casos moderados o severos, puede ser necesario iniciar tratamiento con insulina basal o insulina NPH.
  • En pacientes con diabetes conocida: es probable que necesiten ajustes en su tratamiento habitual, añadiendo insulina NPH por la mañana o aumentando la dosis de insulina prandial en las comidas.

Una pauta frecuente es el uso de insulina NPH, cuya duración de acción se adapta al perfil del corticoide de acción intermedia. Por ejemplo, si el paciente recibe prednisona por la mañana, la NPH puede administrarse también en la mañana, ya que su pico de acción coincide con el momento de mayor riesgo de hiperglucemia.

¿Se debe mantener el tratamiento tras el alta?

En muchos casos, la hiperglucemia remite al reducir o suspender los corticoides. Por ello, tras el alta hospitalaria, se debe reevaluar la necesidad de continuar el tratamiento hipoglucemiante y, en algunos casos, se puede suspender si la glucosa se normaliza.

Sin embargo, es importante vigilar a estos pacientes en consultas posteriores, ya que algunos desarrollan diabetes tipo 2 de forma definitiva, sobre todo si tienen factores de riesgo.

Conclusión

La hiperglucemia asociada al uso de corticoides es frecuente, predecible y potencialmente reversible. Su detección precoz y un manejo adecuado ayudan a prevenir complicaciones durante la hospitalización. La insulina sigue siendo el tratamiento más seguro y efectivo en este contexto, adaptando la pauta según el tipo de corticoide y el patrón glucémico del paciente.

AUTORES:

Carlos Moreno Gálvez, Valeria González Sacoto, Macarena Lacarta Benítez, Lidia Olivar Gómez, Ana Ros Anadón, Alba Sáez Melcior. Médicos Internos Residentes (MIR) Endocrinología y Nutrición. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.