Me han colocado un reservorio subcutáneo ¿Qué es y qué cuidados requiere?


Andrea García Fernández, Sara Sasal Pérez, Paola Gómez Ruiz, Irene Baniandres Rodríguez, Silvia Rufas Luis, Guillermo Cabrero Pérez y Sonia Santafé López.

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El reservorio venoso subcutáneo es un dispositivo de pequeño tamaño que generalmente se coloca en el tórax y a través del cual conseguimos un acceso venoso central de larga duración. Para su colocación se requiere intervención quirúrgica de corta duración y no requiere de ingreso hospitalario.

Consta de una cámara generalmente de titanio, con una membrana de silicona en la que se lleva a cabo la venopunción y todo ello va conectado a un catéter (tubo de silicona). Las enfermeras serán las encargadas de los cuidados y mantenimiento del mismo, mediante técnica estéril y lo más aséptica posible.

Indicaciones

Está indicado para extracciones sanguíneas, administración de fármacos, administración de quimioterapia y transfusiones sanguíneas.

Beneficios

En pacientes sometidos a tratamientos por largos periodos de tiempo, ser portador de un reservorio subcutáneo facilita el acceso de larga duración al torrente sanguíneo, disminuyendo el número de pinchazos y reduciendo la ansiedad y el dolor que esto ocasiona.

Contraindicaciones

En general, la administración de contrastes intravenosos utilizados para pruebas radiológicas está contraindicada.

Complicaciones

Aunque son dispositivos muy seguros pueden surgir complicaciones como: infección, obstrucción, trombosis, hematoma, extravasación, o rotación del dispositivo, entre otras.

Vivir con un reservorio

Deberá avisar si se van a realizar pruebas de imagen, como resonancias magnéticas, TAC, radiografías… ; pero no implica ningún riesgo.

Puede hacer vida normal con un reservorio y podrá realizar ejercicio físico, excepto determinados deportes que implican impacto en la zona del tórax, como por ejemplo: cazar, pesas, o tiro con arco.

A pesar de ser metálico, el dispositivo no pita al pasar por arcos de seguridad.

Mantenimiento y cuidados

El mantenimiento del reservorio es fundamental para que el dispositivo siga funcionando con normalidad. Tras periodos en los que el dispositivo no se utiliza, se debe seguir realizando un mantenimiento del mismo según el protocolo de cada hospital/Centro de salud. Esto contribuirá a alargar la vida de su reservorio y evitar complicaciones.

Deberá aportar (si la tiene) la cartilla o libreta de seguimiento de los cuidados del reservorio donde la enfermera anotará las fechas de sellado, mantenimiento o las incidencias que puedan surgir en su manipulación.

AUTORES

Andrea García Fernández. Enfermera en planta de Cirugía general. Hospital San Jorge. Huesca.

Sara Sasal Pérez. Enfermera en planta de Cirugía general. Hospital San Jorge. Huesca.

Paola Gómez Ruiz. Enfermera en planta de Cirugía general. Hospital San Jorge. Huesca.

Irene Baniandres Rodriguez. Enfermera en planta de Cirugía general. Hospital San Jorge. Huesca.

Silvia Rufas Luis. Enfermera en planta de Cirugía general. Hospital San Jorge. Huesca.

Guillermo Cabrero Pérez. Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería. Hospital Sagrado Corazón de Jesús.

Sonia Santafé López. Enfermera en planta de Medicina Interna. Hospital San Jorge. Huesca.