El papiloma invertido es un tumor benigno del tejido que recubre el aparato urinario. Tiene un crecimiento endofítico, es decir, que crece hacia dentro y que está cubierto por una capa de tejido normal.
La localización más frecuente es en la vejiga. También puede presentarse en la uretra prostática y en el tracto urinario superior, aunque son mucho menos comunes estas localizaciones.
Es más frecuente en hombres entre los 50-60 años y supone el 2% de todas las neoplasias del urotelio.
Se suele relacionar con condiciones inflamatorias crónicas e irritativas y suelen presentar como clínica hematuria y síntomas miccionales tanto de vaciado como de llenado.
Para el diagnóstico es fundamental la cistoscopia (prueba donde meteremos una cámara a través del meato para ver la uretra y la vejiga por dentro), donde visualizaremos un crecimiento pediculado que está recubierto de mucosa sana.
Para el tratamiento está indicado la cirugía. Normalmente al estar en vejiga se utilizará la resección transuretral de la lesión.
En cuanto al seguimiento, deberá acudir a la consulta de Urología de manera reglada ya que se deben realizar pruebas como ecografías o cistoscopias de manera periódica debido a que, a pesar de ser un tumor benigno, se relaciona con el carcinoma de células transicionales, llegando a presentar un carcinoma urotelial el 10% de los pacientes que presentan un papiloma invertido, ya sea al diagnóstico o con el paso del tiempo.
BIBLIOGRAFÍA:
-UROLOGÍA PRÁCTICA (5ª edición), Enrique Broseta, Alberto Budía, Juan Pablo Burgués, Saturnino Luján.
-EAU Guidelines 2024.
AUTORES
Alejandro Berdiel Cistero, José Semper Pont, Marta Fortún Belenguer, Silvia Miracle Huguet. MIR de Urología. Hospital San Jorge de Huesca
Laura Enguita Arnal, David Corbatón Gomollón, José Miguel Berné Manero, Teresa Cabañuz Plo, Elena Carceller Tejedor, Daniel Hijazo Gascón. FEA de Urología. Hospital San Jorge
María Araceli Bono Ariño. Jefa de servicio Urología. Hospital San Jorge