Las motivaciones para acudir a la cirugía estética son innumerables. Muchos pacientes recurren a ella con el objetivo de corregir secuelas o lesiones funcionales derivadas de accidentes, quemaduras o cicatrices y buscan que el resultado sea lo más estético posible. Este tipo de cirugía actúa mejorando la calidad de vida del paciente y por lo tanto, su bienestar.
Otros buscan resultados estéticos con los que verse mejor y mejorar su autoestima mediante procedimientos más o menos invasivos. Aquí se incluyen los tratamientos de belleza y estética que abordan los signos del envejecimiento, cansancio y stress o aquellos que buscan mejorar o modificar rasgos y características corporales.
Sean cuales sean los motivos, es imprescindible ponerse en manos de médicos titulados que aporten la máxima seguridad y atención para disminuir los riesgos que siempre pueden existir. Un profesional guiará en cada decisión personal e informará adecuadamente acerca de las expectativas, riesgos, y limitaciones de los procedimientos.
Tratamientos más comunes
• Toxina Botulínica: para el tratamiento de arrugas de expresión facial o problemas de sudoración.
Este tipo de tratamiento es conocido por ayudar, temporal y de forma natural, a disminuir y suavizar arrugas dinámicas y de expresión facial: frente, entrecejo, patas de gallo, cuello…Es también una solución para los incómodos efectos de una sudoración excesiva en palmas de manos y/o axilas.
• Peeling: para mejorar la apariencia de la piel.
El Biorevitalizador facial sin agujas (PRX-T) es un peeling médico, indicado en todo tipo de piel, que ayuda a conseguir un efecto alisante. Combinado con tratamientos despigmentantes, está especialmente indicado para pieles fotoenvejecidas y con manchas o con cierta flacidez en cara, cuello y escote.
• Ácido Hialurónico: para una hidratación intensa o un relleno localizado.
El ácido hialurónico es un componente presente en el organismo con capacidad para captar agua. Sus aplicaciones van desde la hidratación intensa de la piel de rostro, -Mesoterapia facial,- para conseguir una piel iluminada y disimular las arrugas finas; a aplicaciones para aportar volumen que contrarreste la pérdida de grasa debida a la edad. En estos casos se emplea un ácido hialurónico de mayor densidad que permite el aumento y perfilado de labios, surcos nasogenianos, etc. y el aumento de pómulos y lóbulos auriculares.
• Plasma Rico en Plaquetas PRP: para una piel más hidratada y luminosa.
El tratamiento consiste en la inyección intradérmica, en varias sesiones, de factores de crecimiento que se obtienen a partir de una muestra de sangre del paciente. Una vez obtenidos, se activan y se inyectan en la cara, cuello, escote o dorso de manos del paciente para regenerar y mejorar la calidad de la piel.
• Lipofilling: para correcciones permanentes.
La infiltración de grasa, en varias sesiones, obtenida del propio paciente, permite recuperar volúmenes en pómulos, dorso de manos o lóbulos auriculares. Otras variantes de esta técnica (SNIF o Nanofat) permiten corregir arrugas finas y alteraciones de la coloración en la zona de las ojeras.
• Cirugía Estética. Lesiones en la piel, cicatrices, secuelas de piercing, corrección de patologías que afecta a la mirada, corrección de orejas despegadas o lóbulos rasgados son tratamientos sencillos y comunes que tienen en la cirugía estética fácil y rápida solución, permitiendo al paciente una recuperación de su imagen facial y/o corporal y su bienestar personal.
SANNAS recomienda en primer lugar realizar un estudio facial con el Dr. especialista en Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética con el objetivo de plantear el mejor diagnóstico y plan de tratamiento.