El molluscum contagiosum es una infección viral cutánea causada por un poxvirus denominada molluscipoxvirus. El virus se transmite fácilmente pero no es peligroso. Afecta entre el 5 y 16% de los niños menores de 16 años, principalmente aquellos con dermatitis atópica.
Signos y síntomas
Característicamente las lesiones aparecen en brotes, a menudo durante la primavera y el otoño, en forma de pequeñas pápulas de 3 a 6 milímetros de diámetro de color perlado y típicamente umbilicadas. Las lesiones son totalmente asintomáticas y acostumbran a localizarse de una manera asimétrica en zonas previamente dañadas.
Pueden ser únicas o múltiples. Suelen ser del color de la piel, rosadas e incluso blanquecinas y se localizan en la cara, cuello, axilas, abdomen y extremidades.
Transmisión
Se trasmite por contacto directo con la piel o por fómites y, en los niños, se presenta autoinoculación.
Diagnóstico
El diagnóstico es clínico, pero en casos de duda, el frotis directo o la biopsia son concluyentes.
Diagnóstico diferencial
Las lesiones de molluscum contagiosum pueden adoptar un aspecto clínico parecido a, quistes de milium, foliculitis, verrugas vulgares y verrugas planas.
Tratamiento
Dado que se considera una enfermedad autolimitada, hay un debate continuo sobre si las lesiones asociadas se deben tratar o esperar a que se resuelvan espontáneamente. Sin embargo, las lesiones tardan entre 6 y 48 meses en curarse, y generan una gran preocupación tanto en los niños (a menudo limitan su asistencia al colegio y su actividad social) como en los cuidadores. El tratamiento pude acortar el curso de la enfermedad, posiblemente reduce la autoinoculación y la transmisión, e incrementa la calidad de vida del paciente.
Hay diversas opciones de tratamiento, pueden dividirse en 3 categorías:
1. Destrucción física de las lesiones: El método preferido por las mayoría de los autores es el raspado ( el legrado con cucharilla dermatológica sigue siendo el tratamiento más usado).
2. Agentes tópicos: Producen una respuesta inflamatoria local ( causan irritación local, ardor y en ocasiones cambios pigmentarios). Para muchos autores es el tratamiento de elección, por la ventaja de ser indoloro en el momento de la aplicación.
3. Tratamiento sistémico: Cimetidina, fármacos homeopáticos y griseofulvina