“La Musicoterapia es el uso de la música y /o elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un musicoterapeuta especializado con un cliente o grupo de clientes en el proceso diseñado para facilitar y promover la comunicación, relajación, aprendizaje, movilización, expresión, organización y otros objetivos terapéuticos relevantes con el fin de lograr cambios y satisfacer necesidades físicas, emocionales, mentales sociales y cognitivas. Tiene también como objetivo desarrollar y potenciar y /o reparar funciones del individuo para que así pueda alcanzar la integración inter e intra personal y consecuentemente alcanzar una mejoría de vida a través de prevención, rehabilitación y tratamiento” (WFMT, 1996).
La Musicoterapia usa la música como elemento terapéutico. Necesita un profesional bien cualificado y una metodología de trabajo con objetivos a desarrollar y estos vendrán determinados por el ámbito de aplicación en que la terapia se lleve a cabo.
Por tanto, la Musicoterapia es la aplicación científica del arte de la música y la danza con finalidad terapéutica y preventiva, a través de la relación que se establece entre paciente o grupo de pacientes y el musicoterapeuta. Actualmente está integrada en el grupo de las terapias creativas, junto con la Danza-Terapia, Arte-Terapia, Poesía-Terapia y el Psicodrama.
La fundamentación científica de la Musicoterapia y su difusión en todo el mundo -tanto en el campo de la rehabilitación física, psiquiátrica y social como en el ámbito escolar y de Educación Especial- son hechos relativamente recientes, dado que la carrera universitaria de Musicoterapia existe sólo desde la década de los cincuenta. No es una medicina alternativa, sino que constituye una terapia real en sí misma.
La tercera edad
La OMS (2020) clasifica la tercera edad en tres etapas:
De 60 a 70 años- Senectud.
De 72 a 90 años- Vejez.
Más de 90 años- Grandes ancianos.
El envejecimiento es un proceso psicobiológico de deterioro que experimenta el ser humano. En España la expectativa de vida ha pasado de 36 años en 1900 a 85, 90, 95 años en 2018. Se vive más tiempo gracias a los avances de la medicina y se tiene mejor calidad de vida en muchos países, pero ello también conlleva que aumente cada vez más el número de enfermos en los geriátricos.
En edades avanzadas indudablemente aparecen una serie de alteraciones neuropsico-patológicas y psicopatolégicas, como problemas motores, disfunciones sensoriales, de memoria y lenguaje; pero también aparecen problemas psicosociales relacionados por ejemplo con la soledad: alejamiento de los seres queridos, pérdida de amigos…
Según Herrero, Sabañés y Payés, las causas responsables del proceso de envejecimiento pueden ser “Exógenas”: factores climatológicos, consumo de alcohol, tabaquismo o drogas, consumo de fármacos (antipsicóticos, benzodiacepinas, antidepresivos) la exposición a radiaciones y el estrés social. También pueden ser “Endógenas”: cambios en la neurotransmisión cerebral y cambios histológicos.
Está comprobado que la actitud positiva de las personas retrasa el envejecimiento y lo mejor para los mayores, sin duda, es vivir en el seno familiar. La realidad actualmente es que el mayor tiene que adquirir la capacidad o fuerza suficiente para vivir en soledad en el hogar o en una residencia, a veces con demasiada compañía.
Por otro lado, frecuentemente la sociedad es injusta con los mayores y desaprovecha a una serie de personas que se jubilan estando todavía en plenitud de facultades para desarrollar su profesión (el cambio generacional impone que muchos de los mayores se sientan relegados por las nuevas generaciones). La falta de trabajo habitual (inactividad impuesta a veces por falta de recursos para llevar una vida normal) junto con la pérdida de intereses e ideales constituyen otro problema a nivel psicosocial.
Trastornos psíquicos y físicos
Los trastornos y enfermedades en edad avanzada pueden ser psíquicos y físicos.
• Psíquicos:
• Trastorno de ansiedad: Crónica. Situacional-reactiva (cambio de domicilio, hospitalización). Asociada a patología orgánica (enfermedad y estados demenciales)
• Trastornos afectivos: Depresiones: De origen endógeno: Bipolares y Monopolares. Crónicas. Involutivas. Pseudodemencias depresivas.
• Psicosis esquizofrénica: Esquizofrenia. Estadas paranoides. Paranoia. Parafrenia tardía. Reacciones psicóticas breves.
• Síndromes demenciales:Demencia senil. Alzheimer. Demencia multiinfarto. Demencia de origen tóxico.
• Trastornos neurológicos con repercusión psiquiátrica: Tumores intracraneales. Hidrocefalia. Enfermedades extrapiramidales:
Corea de Huntington, enfermedad de Parkinson.
Traumatismos craneoencefálicos, Sífilis parenquimatosa. Demencias subcorticales (Kaplan, Freedman y Sadok, 1980 y Herrero, Sabanés y Palyés).
• Físicos:
• Trastornos músculo-esqueléticos. Del aparato circulatorio, sangre, corazón. Disfunciones sensoriales debidas a la edad. Trastornos del sistema respiratorio. Trastornos gastrointestinales. Trastornos endocrinos y trastornos del sueño. (Spence, 1989)
Proyecto de Musicoterapia en una Residencia Geriátrica
Si analizamos a un grupo de ancianos de cualquier residencia, podemos deducir claramente una serie de datos que nos van a indicar la dificultad de integración que tienen en el centro, la difícil o nula relación habida entre ellos y su frágil estado de salud mental.
La situación que sienten de abandono, unido al deterioro progresivo e irreversible de sus capacidades físicas y mentales, el desarraigo del medio natural, la dependencia de profesionales ajenos sin entronque afectivo y la necesidad de convivir con personas no deseadas, les impulsa a adoptar diferentes estrategias y actitudes defensivas que no siempre favorecen su bienestar psicológico e impiden con frecuencia que los tratamientos sean efectivos.
Estas estrategias pueden manifestarse en indicadores fácilmente evaluables como:
• Agresividad hacia el medio y hacia los otros.
• Indiferencia y conductas regresivas.
• Abandono y dejadez.
• Centrarse en uno mismo y tener obsesiones.
• Ansiedad y, consecuentemente aumento de la somatización de los conflictos, tanto físicos como psicológicos, etc.
Es muy importante tener en cuenta que los recursos terapéuticos no son fáciles de aplicar en un colectivo tan heterogéneo y con diversos niveles de dificultad. Por eso realizo este proyecto basándome, fundamentalmente, en los recursos que proporciona la música y el arte en general como motor de conexión y comunicación con la trayectoria biográfica del paciente.
Por medio de las proyecciones obtenidas a través de la expresión artística, se pueden extraer en la sesión de Musicoterapia aquellos datos que, reelaborados, sirvan estudiar el beneficio de la terapia musical en este tipo de población y poder ayudarles más sencilla y eficazmente.
¿Qué aporta la Musicoterapia a los pacientes de avanzada edad? (Ana Claire, 1927)
1. Estimulación emocional y física.
2. Comunicación.
3. Expresión de emociones.
4. Promoción de asociaciones mentales y emocionales.
5. Relajación.
6. Entretenimiento y recreación.
Múltiples investigaciones avalan la efectividad de la Musicoterapia:
1. Influencia fisiológica de la música: En presión sanguínea y pulso cardíaco (J. Hyde), respiración, tolerancia al dolor, reacción galvánica de la piel, dilatación pupilar…etc.
2. Motricidad: Aumenta la movilidad de las extremidades y las fortalece.
3. Influencia emocional: Aminora la ansiedad y puede relajar. Hay que tener en cuenta que una misma música no tiene los mismos efectos en todos los pacientes (ISO).
4. Preferencias musicales: Prefieren la música de su juventud, popular, jazz, patriótica, religiosa, espectáculos musicales, música de los años 30-40, folk, sinfónica, ópera…(según su cultura musical)
La Musicoterapia tiene una finalidad preventiva muy importante y además estimula la memoria, reduce la confusión y aumenta la retención de información. Los enfermos de Alzheimer recuerdan más las palabras cantadas y las pronuncian mejor. Es bueno estimularlos con canciones que evoquen el pasado. Los mayores son muy sensibles al volumen musical y prefieren cantos con acompañamiento.
Objetivos generales del proyecto
1. Prevención de problemas emocionales serios: Ayuda a la socialización (cantar en coro, improvisación musical, danza, dramatización…).
2. Prevención de trastornos músculo-esqueléticas: Actividades de danza como al euritmia (movimiento con música a ejercitar sentados), danza de libre expresión, danza social (vals, pasodoble, bailes sociales de juventud, folklóricos) o relajación con música.
3. Medio para ejercitar facultades. A nivel físico: movimiento y danzas, práctica con instrumentos… A nivel psíquico y emocional: ejercitar la memoria, desarrollar la inteligencia, articulación del lenguaje con la enseñanza y práctica de melodías sencillas de contenido emocional con el fin de motivarlos. Tocar instrumentos como “hobby”. Fomentar la creatividad: composición de canciones, poesías, dibujos, danzas…
4. Ayuda a llenar vacíos. Si falta la posibilidad de viajar se puede utilizar la técnica de los “viajes musicales” con la visualización de películas y paisajes.
5. Sirve de recreo o pasatiempo. Es una ayuda indispensable para combatir la soledad y prevenir problemas emocionales, falta de motivación y estímulo para vivir. En este caso son muy positivos: el baile, los juegos musicales, la música popular contemporánea o jocosa, organización de concursos de canto, coro, villancicos….etc.
Objetivos específicos
1. Posibilitar la consciencia, la expresión y la comunicación afectiva.
2. Desbloquear los automatismos de defensa de regresión social.
3. Favorecer la relación y el trabajo conjunto participativo.
4. Rebajar los niveles de ansiedad y agresividad.
5. Reconstruir la memoria afectiva.
6. Elevar el nivel de autoestima.
7. Desarrollar en interés por la recuperación de la propia imagen.
8. Posibilitar el desarrollo de las conductas psicomotrices y trabajar los mecanismos de la memoria.
Metodología del proyecto
1. Estudio previo de los historiales de los residentes.
2. Realización de una ficha personal, familiar y social.
3. Ordenación de temas a trabajar y priorizar.
4. Creación de un fondo documental musical y bibliográfico adecuado al colectivo.
5. Usaremos métodos activos llamados también creativos del profesor Alfred Schmoltz fundamentado en cuatro actividades musicales: tocar un instrumento, componer, cantar y bailar.
6. Para la relajación, el método de Hellen Bonny “GIM” (música guiada de imágenes) es muy positivo (aunque se necesita de una preparación muy exhaustiva para su aplicación). Intentaremos valernos de música clásica, que es la usada en este método, porque no suele tener un significado concreto y favorece recuerdos de experiencias profundas, cosa que no ocurre con la popular o folklórica.
También nos valdremos de esa música romántica de los años sesenta que, al colectivo con el que vamos a trabajar, le trae tantos recuerdos.
Evaluación
Al final de cada sesión, para comentar si los objetivos se cumplen y el avance de cada paciente, puesto que les ayudará a tener mejor calidad de vida: física, psíquica y emocional que, en definitiva, es la finalidad que deseamos conseguir.
Fin del tratamiento
El tratamiento se suspenderá cuando, una vez valorado el estado del paciente y su evolución, se llegue a la conclusión de que la Musicoterapia ya no le aporta efectividad. Y hasta que el paciente asista voluntariamente con agrado y consciente de que es bueno para su calidad de vida.