Este cuadro también llamado insuficiencia respiratoria nasal, nariz tapada o nariz bloqueada es uno de los motivos más frecuentes de consulta en otorrinolaringología, siendo una de las causas que más afectan a la calidad de vida del día a día.
Desde la antigüedad se decía que quien respira por la nariz se siente bien y espiritualmente fuerte.
Funciones de la nariz
Muchas veces tendemos a minusvalorar la fisiología de la nariz, pero en realidad en un organo que interviene en funciones muy importantes de nuestro organismo. Entre ellas encontramos:
Olfatoria: en el techo de la mucosa nasal se encuentran las células olfatorias, imprescindibles en la percepción de estímulos olfativos y que intervienen complementando el sentido del gusto.
Fonatoria: junto con la faringe y la cavidad bucal colabora en la fonación modulando la voz en base a la forma y volumen de su interior.
Respiratoria: conduce el aire desde el exterior hasta la faringe humedeciéndolo y calentándolo de forma que este adquiere la temperatura corporal para no dañar estructuras inferiores como la tráquea o los bronquios. También se encarga de la filtración del aire ejerciendo así una función de barrera defensiva.
Además en ella drenan tanto los conductos lagrimales como los senos paranasales.
Síntomas de obstrucción
El síntoma principal es la dificultad para mantener una respiración normal a través de las vías respiratorias altas.
• Respiración bucal
• Tos irritativa: por la sequedad producida por la falta de acomodación del aire inspirado.
• Secreción nasal: Clara en caso de resfriado común o espesa y amarillenta cuando existe infección bacteriana.
• Pérdida del olfato y alteración del gusto
• Mal aliento
• Alteración en el timbre de la voz
• Dificultad para conciliar el sueño
• Cansancio y somnolencia diurna
• Irritabilidad y cambios de humor
• Dolor de cabeza
• En casos severos, cuadros de apneas obstructivas.
• En niños alteración del desarrollo facial, llegando a desencadenar la llamada “facies adenoidea” o síndrome de cara larga con malposiciones dentales.
Causas
Las causas que originan los anteriores síntomas son múltiples, las resumiremos en seis grupos:
1. Malformaciones nasales y craneofaciales: traumatismos nasales, secuelas de cirugías previas, de origen genético…
2. Tabique nasal desviado: espolones, luxaciones…
3. Hipertrofia de cornetes y/o de la mucosa nasal: puede tener un origen alérgico, infeccioso, vasomotor…
4. Presencia de secreciones abundantes: por alteración del mecanismo ciliar de origen vírico, bacteriano, alérgico…
5. Masas intranasales: pólipos, tumores, quistes, adenoides en niños…
6. Cuerpos extraños nasales.
Pruebas diagnósticas
1. Anamnesis: Debe ser completa y rigurosa, mediante preguntas del tipo: “¿Cuándo comenzó?, ¿unilateral o bilateral?, ¿es continua/alternante?, ¿interfiere en la vida diaria?, ¿altera el sueño?, ¿se asocia a dolor de cabeza?, ¿existe secreción nasal?, ¿síntomas alérgicos?…
2. Rinoscopia: La rinoscopia consiste en la visualización del interior de las fosas nasales con la ayuda de un rinoscopio o de un espéculo, un espejo frontal y una fuente de luz. El rinoscopio permite separar el ala nasal (narina) del tabique nasal aumentando así el campo de visión en el interior de la fosa nasal.
3. Rinofibrolaringoscopia: Es una endoscopia nasal que se realiza utilizando una fibra óptica para explorar el interior de la nariz. Se realiza para buscar deformidades anatómicas, inflamación, pólipos y otros datos de importancia. Generalmente es un proceso bien tolerado por el paciente y de fácil realización.
4. Rinomanometría: Prueba que permite estudiar el flujo de aire a diferentes presiones que pasa a través de las fosas nasales durante la inspiración y la espiración y detectar posibles obstrucciones y/o resistencias a su paso. Es una prueba indolora para el paciente. No implica riesgos.
5. Rinometría acústica: A diferencia de la rinomanometría que estudia flujo aéreo y diferencias de presión en la fosa nasal; la rinometría estudia volúmenes o cavidades. Esta prueba es indolora para el paciente.
6. Pruebas alérgicas: analíticas, cutáneas…realizadas por el alergólogo.
7. Estudios radiológicos: Radiografía simple, estudios mediante TAC, RNM…
Tratamiento médico
A. Medidas higiénicas: lavados con suero fisiológico o agua de mar, humidificar el ambiente, beber abundantes líquidos, mantener la cabeza erguida, evitar contacto con alergenos.
B. Farmacológico: corticoides, antihistamínicos, descongestionantes nasales, vasoconstrictores…Siempre bajo criterio y control médico.
Tratamiento quirúrgico
A. Septoplastia: La Septoplastia es una intervención quirúrgica destinada a corregir la deformidad del tabique nasal o reconstruirlo y, en principio, tiene una finalidad funcional pero, en ocasiones, se puede practicar conjuntamente con otros tipos de cirugía, como la de cornetes o de la válvula nasal.
B. Rinoplastia: La rinoplastia es una intervención quirúrgica, con finalidad estética, que se practica para corregir las deformidades de la nariz. Consiste, fundamentalmente, en modificar las estructuras óseas y cartilaginosas nasales para conseguir una nueva forma que mejore la armonía facial.
C. Turbinectomía: Tiene como finalidad la reducción o resección de los cornetes inferiores en caso que contribuyan a la dificultad respiratoria.
La intervención se realiza a través de las fosas nasales.
D. Adenoidectomía: consiste en la extirpación del tejido linfoide que se encuentra en la parte posterior de la nariz.
E. Radiofrecuencia de cornetes: Es la reducción del tamaño de los cornetes, para mejorar la respiración nasal. La cirugía consiste en introducir una aguja en los cornetes para la aplicación de ondas de radiofrecuencia que producen una reducción del tamaño de los cornetes por deshidratación.
F. POLIPECTOMÍA: Cirugía que se basa en técnicas endoscópicas y, que consiste en el empleo de un instrumento óptico o “endoscopio” que se introduce por los orificios de la nariz, accediendo al interior de las fosas nasales y de los senos paranasales, permitiendo así extraer los pólipos en su totalidad.
G. Exéresis de tumores: bien por vía intranasal o mediante abordaje externo.
En ocasiones mediante un completo estudio del paciente, el otorrinolaringólogo puede indicar la necesidad de realizar simultáneamente varias de estas intervenciones.
Por todo lo anteriormente expuesto, es fundamental pensar que no existe una correcta prevención de la salud, si no se atienden los problemas que determinan la disminución o la sustitución de la ventilación a través de las fosas nasales, que es la fisiológica y la que mayores beneficios aporta al desarrollo del bienestar del individuo. Hay que cambiar el concepto común que subestima su importancia en el mantenimiento general de la salud, y para ello es conveniente insistir sobre la necesidad de diagnosticar y tratar los factores causales de las deficiencias en la respiración nasal.