Tras pocas sesiones de oxigenoterapia hiperbárica, mejora la calidad de vida del paciente.
La radioterapia se utiliza actualmente en el tratamiento de diferentes tipos de cáncer que afectan la zona pélvica. Pese a la individualización de la dosis de radioterapia y el acotamiento de la zona, siguen existiendo efectos colaterales sobre los tejidos sanos.
¿Qué es la cistitis rádica?
La cistitis actínica secundaria a radioterapia pélvica ocurre en 2-8% de los pacientes. Se produce un daño en los tejidos provocado por distintas causas, como la deficiencia de oxígeno o la obstrucción de vasos sanguíneos. Esta situación puede presentarse desde semanas hasta varios años después de la radiación.
Estos fenómenos provocan el síndrome miccional irritativo, caracterizado por urgencia, dolor al orinar y disminución del flujo urinario, y la aparición de hematuria (sangre en la orina). La persistencia de estas alteraciones son las responsables de los efectos de la radioterapia a largo plazo.
Tratamientos habituales y poco eficaces
Se han descrito múltiples tratamientos con resultados variables, habitualmente frustrantes. Entre estas opciones terapéuticas se encuentran el tratamiento intravesical con ácido hialurónico endovesical, aluminio endovesical o formolización vesical; tratamientos sistémicos a base de estrógenos conjugados o Pentosan polisulfato, entre otros; y medidas físicas, como la embolización de arterias iliacas internas, distensión con balón Helmstein o cistectomía. Ninguno de ellos consigue detener o revertir el daño tisular secundario a la radioterapia, por lo que sus resultados suelen ser transitorios y la recidiva es la regla.
La oxigenación hiperbárica, alternativa eficaz
Por su parte, la oxigenoterapia hiperbárica se ha demostrado científicamente exitosa en el tratamiento de las lesiones provocadas por la radioterapia. La hiperoxigenación favorece la angiogénesis (creación de vasos sanguíneos), la proliferación de fibroblastos, el aumento del metabolismo aeróbico y produce una vasoconstricción secundaria que lleva a reducción del edema crónico. A través de estos mecanismos se favorece la reparación de los tejidos. Aumenta 8 a 9 veces la densidad vascular de tejidos irradiados y se mantiene en el tiempo.
La oxigenoterapia hiperbárica es un tratamiento no invasivo que consiste en la administración de oxígeno al 100% a presión más elevada que la atmosférica. Se trata de un tratamiento altamente eficaz y seguro para la cistitis secundaria a radioterapia pelviana y debería considerarse una alternativa de primera elección. Así lo demuestra la mejoría en la calidad de vida del elevado número de pacientes tratados cada año en hospitales españoles, como el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla de Madrid.
¿Dónde puedo acceder a una cámara hiperbárica?
Oxien es el centro sanitario avalado por la Sociedad Española de Medicina Hiperbárica y Sanidad Navarra, que cuenta con un equipo de médicos y personal sanitario experto en medicina hiperbárica.