Parir, nacer aquí y ahora


Carmen Mendive

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Actualmente y desde hace 8-10 años ha surgido un movimiento a favor del parto normal o parto no intervenido, en el que se resalta el respeto al proceso natural del parto, a su fisiología a su fluir espontáneamente. No olvidemos que es el resultado de millones de años de evolución y adaptación.

La FAME (Federación de Asociaciones de Matronas de España) definió el parto NORMAL como: “El proceso fisiológico único con el que la mujer finaliza su gestación a término, en el que están implicados factores psicológicos y socioculturales. Su inicio es espontáneo, se desarrolla y termina sin complicaciones, culmina con el nacimiento y no implica más intervención que el apoyo integral y respetuoso del mismo.”

El parto es fisiología e instinto y como tal dispone de recursos mecánicos y hormonales eficaces y seguros para llegar a buen término. El parto natural es más seguro en mujeres sanas con embarazos normales y tiene ventajas, tanto para la madre como para el hijo. Entre ellas, cabe destacar el sentimiento de logro y mejora de la autoestima en la mujer y la vinculación afectiva con el bebé, aspectos que van a repercutir en el amamantamiento y crianza.

Los profesionales, sólo intervenimos cuando detectamos una desviación de la normalidad en la salud materna y/o fetal, esta actuación está basada en la evidencia científica disponible, proporcionando una información clara y comprensible a la mujer, respetando sus deseos y favoreciendo su participación en la toma de decisiones, dándole el protagonismo que le corresponde.

Es importante que cada mujer disponga del tiempo necesario para la evolución fisiológica de su parto. No obstante, a veces se encuentran dificultades como la presión asistencial, la demanda precoz de anestesia epidural, etc.

Dolor del parto

Si la mujer se siente acompañada, cuidada y atendida en sus necesidades físicas y emocionales, el dolor del parto puede ser tolerable, pudiendo coexistir con la satisfacción y la euforia. El parto tiene sus propios mecanismos de alivio del dolor, como son: la producción de endorfinas, estas hormonas se consideran analgésicos naturales que fluyen acompañando a la oxitocina, -que es la hormona que produce las contracciones de parto-, todo ello favorecido por un estado mental relajado.

Técnicas de relajación

Es muy importante el entrenamiento en técnicas de relajación durante la preparación maternal, así como la necesidad de disfrutar de un ambiente íntimo, acogedor y respetuoso con la mujer y su pareja en el momento del parto.

La tensión, el miedo, el sentirse observada, el estrés, van a favorecer la secreción de adrenalina, esta hormona frena la producción de oxitocina y endorfinas, lo que interfiere en el progreso del parto.

Un ambiente familiar acogedor y respetuoso con la fisiología del parto, con la mujer y con su protagonismo, va a favorecer la buena evolución del mismo. Las propias endorfinas, con las que la naturaleza refuerza premiando determinados actos necesarios para perpetuar la especie (hacer el amor, parir, lactar, comer…) van a aliviar los dolores de parto y el bebé también se va a beneficiar de ellas ya que estas hormonas atraviesan la placenta y llegan al bebé. Actualmente hay una mayor demanda de anestesia epidural, como técnica de alivio del dolor, pero no debemos menospreciar otras alternativas que no van a interferir en la evolución del parto como son: técnicas de relajación, respiración, masaje, inmersión en el agua caliente, pelota suiza, etc. Algunas requieren un esfuerzo personal, un entrenamiento previo. Es muy importante la implicación de la pareja y de los profesionales para favorecer el empleo de estos recursos.

No cabe duda que la Anestesia epidural ha supuesto un logro para la mujer en proceso de parto, un recurso del que “poder echar mano”, cuando el resto de los recursos de alivio del dolor no son suficientes. Esta técnica está especialmente indicada en partos largos, inducciones a mujeres con miedo-pánico al parto y siempre que la mujer lo considere necesario para poder afrontar el dolor de parto. Es una opción, que en algunos casos puede no ser necesaria, pero en cualquier caso, la decisión le corresponde a la mujer, quien después de una buena información, sopesará beneficios y riesgos para tomar la decisión que más le favorezca.

La preparación al parto o educación maternal dirigida a la mujer y su pareja tiene como objetivo contribuir a una mejor vivencia del parto. Nos proporciona la oportunidad de eliminar miedos, mitos, experiencias previas negativas y de adquirir buenas expectativas: confianza en una misma, en la naturaleza, en los propios recursos, en su pareja y en los profesionales que le atenderemos llegado el momento.

Una recomendación

En mujeres sanas con embarazos normales, puede ser buena idea permanecer en el domicilio cuando comienzan las contracciones, es un lugar seguro, íntimo, cálido y silencioso donde se disfruta de la libertad y autonomía para acostarse, levantarse, meterse en la bañera con agua caliente, recibir un masaje relajante, tomar sus zumos preferidos etc. En estas condiciones se minimiza la adrenalina y la oxitocina y endorfinas fluyen. La mujer guiada por su intuición e instinto y por los conocimientos adquiridos en la preparación al parto sabrá cuando es conveniente acudir al hospital. Siempre será bien recibida.