La mayoría de las picaduras de garrapatas ocurren en los meses cálidos y en espacios abiertos, y -aunque la mayoría son indoloras y sólo causan signos y síntomas menores-, algunas de ellas pueden transmitir enfermedades como la enfermedad de Lyme, la fiebre botonosa mediterránea o el Tibola que pueden causar varios problemas de salud. No obstante, si se diagnostican correctamente y se instaura el tratamiento adecuado, se pueden curar rápidamente y por completo.
¿Qué insecto es la garrapata?
La garrapata es un parásito externo que se alimenta de la sangre de otros animales (hematófago). Se trata de un tipo de artrópodo mediano perteneciente a la familia de los arácnidos. Se conocen unos 850 tipos distintos de garrapatas. En Europa, son uno de los transmisores de enfermedades más frecuentes en el ser humano.
¿Cuándo y dónde hay más riesgo de que piquen?
La época en la que existe mayor riesgo de picadura es en los meses cálidos de mayo a octubre y tienden a hacerlo durante el día. Estos parásitos suelen encontrarse en zonas de bosque, de hierbas altas, aferradas a las ramas, arbustos o maleza espesa y utilizan sus patas, que terminan a modo de pequeño garfio, para adherirse preferentemente a zonas pilosas del cuerpo. También pueden estar adheridas a otros animales, como los perros, por lo que es recomendable revisar el pelaje de las mascotas tras estancias en el campo o medio rural en busca de estos parásitos.
¿Cómo se produce la picadura?
Las garrapatas suelen permanecer agazapadas entre los arbustos a la espera de que pase un posible huésped sobre el que aferrarse. Al contrario de lo que a menudo se piensa, no lo hacen saltando ni volando, sino que suelen adherirse al paso del animal o persona, aunque también pueden desplazarse por el suelo hasta llegar a ellos. Una vez sobre él, buscan los lugares calientes y húmedos de su cuerpo como la parte posterior de las piernas, las axilas, la espalda, las nalgas o detrás de las orejas. También pueden picar en el cuero cabelludo. Al ser zonas de más difícil acceso visual para uno mismo, puede ser necesario pedir ayuda o utilizar un espejo para controlar todas las regiones del cuerpo.
¿Cuáles son los síntomas de la picadura de garrapata?
Los síntomas y manifestaciones clínicas varían, pero de forma general son asintomáticas e indoloras y solo causan signos y síntomas menores como enrojecimiento, hinchazón o picor local. Por este motivo, muchas picaduras pueden pasar desapercibidas inicialmente y solo ser detectables mediante la auto-exploración.
¿Qué consecuencias puede tener la picadura de una garrapata?
La mayoría de las picaduras de garrapata solo causan síntomas leves como picor o dolor leve en la zona de la mordedura. Sin embargo, aunque solo ocurre en un pequeño porcentaje de casos en España, existe la posibilidad de que la picadura de estos arácnidos transmita enfermedades como la fiebre botonosa mediterránea, la enfermedad de Lyme o el Tibola, entre otras. Los síntomas de algunas de estas enfermedades pueden llegar a ser graves si no se tratan adecuadamente, ocasionando trastornos neurológicos, cardiacos o articulares. Afortunadamente, todas ellas suelen detectarse en etapas incipientes o precoces, por lo que el tratamiento de las mismas es habitualmente sencillo y efectivo y la mayoría de las personas acaban recuperándose por completo.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento de una picadura de garrapata no complicada incluye medidas locales como aplicar cremas con corticoides o enfriar la zona de la picadura con hielo de manera periódica para disminuir la inflamación. En ocasiones, se pueden utilizar cremas con antibióticos para evitar la sobreinfección de la picadura por parte de las bacterias que viven en nuestra piel de manera habitual.
En cambio, para tratar las enfermedades propiamente transmitidas por garrapatas, como la fiebre botonosa mediterránea, enfermedad de Lyme o Tibola, los fármacos de elección son los antibióticos de la clase tetraciclinas, siendo la doxiciclina la más utilizada.
¿Qué hacer en caso de picadura?
Si nos damos cuenta de que nos ha picado una garrapata, es primordial extraerla lo antes posible puesto que, cuanto más tiempo pasa, mayor es la probabilidad de transmisión de enfermedades. El parásito se debe extraer por completo usando unas pinzas de punta fina y traccionando suavemente hacia arriba desde la cabeza, que está en contacto con la piel. No se debe girar ni retorcer la pinza. Hay que intentar no tirar del cuerpo ni aplastarla con los dedos, ya que de este modo es posible que su contenido acabe siendo regurgitado a través del punto por el que se adhiere a la piel e introducido en el organismo, incrementando así las posibilidades de infección. Tras la retirada del arácnido, es importante comprobar que ésta se ha realizado por completo y que no quedan restos del mismo introducidos en la piel. En estos casos, es posible que sea necesario acudir al médico y retirar los fragmentos restantes bajo anestesia local.
No se han de usar remedios o productos caseros, como vaselina, esmalte de uñas, alcohol o aceite, ni recurrir a la obstrucción para intentar separar la garrapata. Estos métodos pueden provocar que el parásito se contraiga y regurgite dentro de la piel el material presente en su tubo digestivo y más microorganismos patógenos en caso de ser portador de estos últimos.
Tras extraer la garrapata, hay que limpiar el área con agua y jabón y aplicar un antiséptico. Luego hay que lavarse bien las manos con agua y jabón. Es de gran utilidad conservar en algún recipiente al arácnido extraído, ya que en el caso de que la persona afectada desarrolle síntomas o complicaciones, podría identificarse en el laboratorio y detectar si es portador de alguna enfermedad.
¿A qué síntomas tenemos que estar atentos tras una picadura?
Además de buscar posibles zonas enrojecidas, hinchadas o sarpullidos en el sitio de la picadura, en las cuatro semanas siguientes debemos mantenernos alerta a signos y síntomas como:
• Dolor intenso en la zona de las picaduras que se prolonga varias semanas.
• Fiebre.
• Dolores articulares o musculares.
• Zonas de alopecia no presentes previamente.
• Rigidez en el cuello.
• Dolor de cabeza.
• Debilidad.
• Inflamación de los ganglios linfáticos.
• Síntomas similares a los de la gripe.
• Náuseas, vómitos y diarrea.
• Movimientos descoordinados.
¿Cómo evitarlas?
Cuando practicamos actividades al aire libre en zonas de riesgo, podemos tomar algunas precauciones que reducirán el riesgo de picadura de garrapata:
• Caminar por el centro de los senderos, evitando los paseos entre arbustos o vegetación alta, así como sentarte en zonas con mucha vegetación.
• Usar ropa de colores claros.
• Llevar calcetines largos y mangas y pantalones largos.
• Utilizar calzado cerrado.
• Evitar zonas infestadas con garrapatas.
• Aplicar un repelente adecuado con DEET si se aplica sobre la piel o permetrina, si se aplica sobre la ropa.
• Inspeccionar la piel, ropa y mascotas tras la excursión.