Prevención de caidas en personas mayores


María Teresa Arizaleta Beloqui . DUE- Centro de salud de Barañain

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Luisa tiene 78 años y muy buena salud. Le fastidia un poco tener que levantarse cada noche a orinar. Por no molestar a su marido, siempre va hasta el baño descalza y con la luz apagada. Una noche resbala en la alfombrilla del baño. Como no hay luz, no atina a parar la caída con las manos y se golpea contra el lavabo, rompiéndose la clavícula.

Entre el 30 y el 40% de las personas mayores de 65 años que viven en su casa se caen cada año. A los 80 años, aproximadamente la mitad se cae anualmente.

Las caídas a menudo son causa de lesiones como laceraciones, contusiones o cortes. El 5% provocan lesiones importantes: fracturas, traumatismo craneal o heridas graves.

En Navarra se producen 36.000 caídas anuales entre personas mayores de 65 años. De ellas 1800 tienen como resultado lesiones graves.

¿Todas las personas mayores sufren caídas?

Se caen con más frecuencia las personas que tienen una o varias de las siguientes características:

  • Dificultad para caminar, sostenerse de pie, o para incorporarse desde la posición de sentado.
  • Pérdida de fuerza o debilidad muscular.
  • Déficit visual.
  • Problemas de equilibrio o vértigo.
  • Consumo de alcohol.
  • Hipotensión arterial postural.
  • Calzado inadecuado, problemas en los pies.
  • Tratamiento con fármacos que afectan al sistema nervioso central, por ejemplo algunos de los que se usan para combatir el insomnio o la ansiedad.
  • Enfermedad de Parkinson, osteoartritis, dolor musculo esquelético crónico.
  • Barreras ambientales en casa o en la calle. Iluminación inadecuada, obstáculos en los lugares de paso.

Si en una persona concurren varias de las situaciones anteriores, el riesgo se multiplica.

¿Se pueden evitar las caídas?

No todas pueden prevenirse, pero sí algunas de ellas que están provocadas o favorecidas por problemas de salud que tienen tratamiento. Por eso es importante comunicar a su médico o enfermera de que se ha sufrido alguna caída.

Es conveniente realizar una inspección del domicilio y el barrio para detectar riesgos ambientales: luces, accesibilidad del baño, muebles que obstaculizan el paso, aceras sin rebajes, baldosas levantadas, etc…

Y también analizar los hábitos y conductas de la persona que sufre las caídas para saber si realiza actividades de riesgo que debiera evitar o modificar.

¿Qué medidas preventivas son eficaces?

  • Ejercicio. Realizar ejercicio de manera regular, con ejercicios de entrenamiento de la fuerza, el equilibrio y la marcha.
    Aprender a caminar de forma que disminuya el riesgo de caída, conservar la fuerza muscular y ejercitar el equilibrio son las actividades que mas disminuyen el riesgo.
    Una actividad que ha demostrado disminuir las caídas es el Tai- chi.
  • Problemas de visión. La cirugía de cataratas para el primer ojo reduce de forma significativa la tasa de caídas.
    Además, las personas mayores deben evitar las gafas multifocales mientras caminan, especialmente en las escaleras.
  • Fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central. El médico intentará rebajar dosis o sustituirlos por otros en la medida de lo posible (hipnóticos, ansiolíticos, antidepresivos y anti psicóticos).
  • Problemas de pies, como rozaduras, callos, uñas encarnadas… que producen dolor y hacen pisar mal aumentando la posibilidad de tropezar. Adecuación del calzado: los zapatos deben ser de tacón bajo y ancho y sujetar bien el pie.
  • Tratamiento de la hipotensión postural. Las personas que tengan mareos al incorporarse bruscamente desde la posición de tumbado o sentado, deben consultar a su médico.
  • Adecuación del domicilio. Retirar alfombras, cambiar la bañera por una ducha, retirar los muebles de los lugares de paso, asegurarnos una iluminación correcta, no dejar objetos ni cables en el suelo, colocar los utensilios de uso cotidiano a una altura que se alcance fácilmente.
    Son medidas sencillas que pueden evitar muchas caídas.
  • Evaluación personalizada del riesgo, un profesional, habitualmente su enfermera analizará su situación de salud, sus hábitos, su domicilio y como realiza usted las actividades cotidianas.
    Le ayudará a identificar sus riesgos específicos y le puede aconsejar sobre los cambios necesarios.

Conclusiones

Las caídas y sus consecuencias son un problema relevante en las personas mayores, no sólo por las lesiones físicas visibles, sino también por sus consecuencias no tan evidentes: temor a nuevas caídas, restricción de la actividad habitual y aumento de la dependencia. Se recomienda a las personas mayores de 65 años que sufran una caída lo comuniquen a su médico o enfermera. Ellos pueden evaluar el riesgo de una nueva caída y aconsejar medidas de prevención individualizadas.

Independientemente del riesgo, todas las personas mayores se beneficiarán de un programa de ejercicio que ejercite el equilibrio.