Prevención de la toxoplasmosis en el embarazo


Ainara Pascal Sangari, Miren García Chavero e Irantzu Lizarraga Buldain . Matronas. Complejo Hospitalario de Navarra

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La toxoplasmosis es una infección parasitaria ocasionada por el protozoo Toxoplasma gondii. En los niños mayores y adultos la infección es asintomática en el 80% de los casos. Los síntomas, cuando los hay, suelen ser autolimitados y de corta duración (síntomas gripales, dolor de garganta, fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, inflamación de los ganglios linfáticos, cansancio).

El problema de esta enfermedad se plantea cuando es contraída por una mujer embarazada, porque el parásito puede atravesar la barrera placentaria y afectar al feto.

Riesgos para el bebé

El riesgo de contagio fetal es mayor cuanto más avanzada la gestación. Así, cuando una madre contrae la infección durante el primer trimestre de embarazo, el 15% de los fetos también se infecta, durante el segundo trimestre el 30% y durante el tercero el 65%. En cambio, la gravedad de las consecuencias para el feto es mayor cuanto más cerca del inicio del embarazo ocurre la infección.

Si la enfermedad afecta al feto, puede producir un aborto o causarle ciertas infecciones, malformaciones o incluso la muerte.

Transmisión de la infección

La principal fuente de infección es alimentaria: la carne cruda o poco cocinada, la leche cruda (sobre todo la de cabra), los huevos crudos, así como las frutas y verduras mal lavadas. Estos productos pueden transmitir la infección tras ser ingeridos o como consecuencia de llevarse las manos sucias a la boca tras la manipulación de los mismos.

El contacto con los excrementos de gato es otra importante fuente de contaminación. Los gatos suelen contraer la toxoplasmosis al comer carne cruda (ya sea porque él mismo la ha cazado o porque alguien se la ha dado). Por lo tanto, es poco probable que los gatos que viven en casa sin salir a la calle y sin alimentarse de carne cruda transmitan la toxoplasmosis.

Otra forma de contraer la infección es la manipulación de la tierra en tareas de agricultura o jardinería, dado que el parásito habita en ella con muchísima frecuencia. La tierra se contamina a través de las heces de los gatos, e incluso a través de caracoles e insectos.

Cribado de toxoplasmosis

La infección en forma activa se presenta una única vez en la vida, quedando el parásito en el cuerpo por tiempo indefinido. Por lo tanto, si una mujer ha tenido toxoplasmosis alguna vez en su vida, habrá desarrollado inmunidad. En caso de producirse nuevamente un contacto con el parásito, el cuerpo de la persona lo destruye rápidamente y la infección no llega a desarrollarse. En estos casos, el feto no corre ningún peligro.

Una analítica de sangre nos dirá si la gestante es inmune o no a la toxoplasmosis. Pero dado que esta analítica se suele realizar durante la 9ª semana de embarazo y teniendo en cuenta que las consecuencias del contagio son más graves durante el primer trimestre, no debemos esperar a conocer el resultado para evitar su contagio.

Prevención de la toxoplasmosis

Se basan en ciertas normas higiénico-dietéticas:

  • Lavarse las manos con agua y jabón antes y después de la manipulación de alimentos.
  • Limpiar correctamente los utensilios y las superficies usadas en la preparación de los alimentos.
  • No consumir carne cruda o poco cocinada.
  • Si se ha de comer cruda, congelarla previamente.
  • Los embutidos y el jamón serrano deben consumirse cocinados o tras haber sido congelados durante al menos 2 días a -20ºC.
  • Se debe pelar o lavar bien (con lejía apta para alimentos) la fruta y la verdura.
  • En las comidas fuera de casa, en bares y restaurantes… evitar los productos mencionados anteriormente (carne poco cocinada, frutas y verduras crudas…), ya que desconocemos como han sido tratados.
  • Proteger los alimentos de los insectos.
  • Si tiene gato en casa, no dejar que salga a la calle. Es preferible que la embarazada no se encargue de la limpieza de las heces del gato, o si lo hace, que use guantes.
  • Si se realizan trabajos de jardinería, utilizar guantes para manipular la tierra y lavarse las manos después de la tarea. Evitar el contacto con la tierra del jardín y la arena de los parque infantiles.
  • Se debe beber sólo agua potable o de procedencia conocida o tras ser filtrada/hervida si se desconoce su procedencia.