La psicoterapia de grupo se ha definido de varias maneras y entre ellas como: “ la aplicación de técnicas psicoterapéuticas a un grupo de pacientes” (Yalom, 1996). Sin embargo, no se reduce a esto. En la terapia de grupo tanto la interacción paciente-paciente, como la interacción paciente- terapeuta se utilizan para efectuar cambios en la conducta inadaptada de cada uno de sus miembros.
El grupo mismo, unido a la aplicación de técnicas específicas y a las intervenciones por parte de un terapeuta cualificado sirven como instrumento de cambio, siendo ésta la característica que otorga a la psicoterapia de grupo su excepcional potencial terapéutico.
Entre los tratamientos usados en la esquizofrenia quizá sea la terapia de grupo la más desconocida, menos teorizada, reflexionada y de indicación menos clara y definida. Sin embargo, seguramente también sea la más flexible, viable y adaptable a todo tipo de instituciones.
Desde el primer artículo sobre terapia de grupo en esquizofrénicos (Lazzell, 1921), hasta el primer libro dedicado a lo mismo (Kanas, 1996), apenas se pueden contar en la bibliografía internacional de todos estos años unas 300 publicaciones de terapia de grupo en la esquizofrenia. Sin embargo posiblemente esta psicoterapia está más extendida de lo que el número de artículos publicados podría hace pensar, hay numerosas instituciones en muchos de los países donde ya es habitual.
Entre las causas que explican esta escasez de publicaciones sobre el tema quizá estén la singularidad habitual de las experiencias terapéuticas grupales, las dificultades en investigación en psicoterapia de grupo (Dies & Mackenzie, 1983), las dificultades de teorización y conceptualización de la complejidad grupal (Scheidlinger et al.,1997) y la gran variedad de grupos con la heterogeneidad de los pacientes.
A pesar de esta precariedad de las publicaciones, la efectividad de la terapia de grupo combinada con el tratamiento neuroléptico parece haber sido demostrada por los diferentes estudios de meta-análisis realizados en la revisión de las publicaciones existentes (Gifford & Mackenzie, 1948; Kanas, 1986; Mosher & Keith, 1980; Parloff & Dies, 1977; Scott & Griffith, 1982; Stotsky & Zolik, 1965).
Psicoterapia de grupo en las unidades de agudos
La inclusión de sesiones de grupo dentro de las Unidades de Agudos es cada vez más frecuente y su importancia está siendo reconocida de manera creciente en la literatura: (Brabender 1985). Muchos autores han puesto de manifiesto la pertinencia y utilidad de estos grupos en estas Unidades, como Yalom, (1983); Janssen (1994); Brabender y Fallon (1993); Galletero y otros (2008); Oldham y Russakoff (1987); Kibel (1992); Powell (1989); Farkas-Cameron (1998); Gauron (1984); Agazarian (2001); Clunie (1997); Rice y Rutan (1987).
Los grupos de psicoterapia en este tipo de Unidades cumplen un papel fundamental para reducir el impacto de los factores potencialmente estresantes asociados a la hospitalización y a la situación de crisis en la que ingresan los pacientes, constituyéndose como un factor protector y necesario para disminuir la ansiedad de los pacientes, las proyecciones paranoides y tensiones emocionales que padecen los pacientes ingresados, consecuencia de estar en una situación excepcional en sus vidas como es la de afrontar un entorno a menudo desconocido, rodeados de otras personas en crisis, sin un rol específico y claro que pueda facilitar su adaptación y proporcione la sensación de protección implícita en los grupos sociales.
Objetivos terapéuticos en una unidad de hospitalización breve
En cuanto a la formulación de objetivos apropiados para un tipo de encuadre, éstos deben ser específicos, asequibles al marco temporal y adaptados a las capacidades de los pacientes, con el fin de que la experiencia resulte exitosa.
Yalom (1996) describe seis metas alcanzables para este tipo de grupos:
• Hacer que el paciente participe en el proceso terapéutico: ayudándole a que se implique en un proceso que le parezca constructivo, que le ofrezca apoyo y que desee continuar después del alta del hospital.
• Enseñar a los pacientes que hablar también ayuda.
• Detectar problemas: enseñarles a detectar su comportamiento interpersonal inadaptativo.
• Disminuir la sensación de aislamiento del paciente: tanto en el hospital como en el mundo exterior.
• Permitir a los pacientes que sean útiles a los demás.
• Aliviar la ansiedad relacionada con el hospital.
Factores terapéuticos grupales
Son una serie de mecanismos de acción terapéutica, habitualmente existentes en la terapia de grupo, que actúan como mecanismos de cambio de los pacientes, contribuyendo al proceso terapéutico.
Entre estos podríamos distinguir básicamente, siguiendo a Mackenzie (1990):
• Factores de apoyo: (aceptación o cohesión, universalidad, esperanza y altruismo).
• Factores de autorrevelación: (catarsis, autorevelación).
• Factores de aprendizaje de otros: (imitación, identificación, guía o consejo, información, educación, aprendizaje vicariante).
• Factores de insight o trabajo psicológico: (autocomprensión y aprendizaje interpersonal).
Los terapeutas de este tipo de grupos deben adoptar un marco temporal radicalmente abreviado, considerando que el grupo solo durará una sesión, debiendo esforzarse en ofrecer algo útil a tantos pacientes como sea posible. Un marco de una sola sesión exige eficiencia, no se puede malgastar el tiempo ya que solo hay una oportunidad para intentar que hablen el mayor número posible de pacientes. Esta necesidad de eficiencia requiere mayor actividad por parte del terapeuta.
Conclusiones
La tendencia actual de la terapia de grupo en esquizofrénicos sería más bien enfoques integradores y eclécticos. Las terapias combinadas no compiten entre sí ni se excluyen, sino que se benefician mutuamente. Lo relevante ahora sería la elección, indicación y adecuación en cada caso, del conjunto del tratamiento a las necesidades individuales de cada paciente (Alanen et al, 1986,1991,1997).
En los programas terapéuticos la terapia de grupo debería de ocupar un lugar importante y privilegiado y esto no solo por su fácil implementeción, viabilidad institucional y acción sinérgica en el conjunto del tratamiento (González de Chávez & García-Ordás, 1992), sino también porque la terapia de grupo tiene una singularidad específica de gran potencial terapéutico.