¿Qué es el metatarso aducto o los pies hacia dentro?


Nuria del Pie Diestre. Fisioterapeuta del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza Amparo Santamaría Torroba. Médico rehabilitador. Instituto Aragonés Servicio Sociales. Zaragoza

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El metatarso aducto congénito, metatarso varo, pie en Z o pie en serpentina es la deformidad del pie más común en el recién nacido. Se caracteriza por una desviación del antepié que se desvía hacia dentro el arco del pie es muy pronunciado, la planta del pie tiene forma de riñón, y el dedo gordo muy separado del segundo dedo y desviado hacia dentro.

Es una deformidad benigna, que en los casos más leves se resuelve espontáneamente, y en los restantes si no se trata el niño tendrá una marcha molesta, con las puntas de los pies hacia dentro, con tropiezos y caídas frecuentes. Su frecuencia es de 1/1 000 nacidos vivos; si existen antecedentes familiares ésta aumenta. Es más frecuente en los varones, en los gemelos y en el parto en podálica. En general, la curación espontánea de la deformidad ocurre entre un 85% de los casos. Esto conlleva a que un 15% presenten una deformidad residual significativa si no se realiza un tratamiento adecuado. El metatarso aducto puede ser “flexible” o “rígido” (no se puede enderezar el pie usando las manos). El metatarso aducto flexible se diagnostica si el talón y el antepié pueden alinearse ejerciendo una ligera presión en el antepié mientras se mantiene firme el talón. Si es más difícil alinear el antepié con el talón, se lo considera como rígido o pie inflexible.

Causas
Puede ser multifactorial. Existen diferentes teorías sobre el mecanismo de producción de esta deformidad
• Teoría postural. Según esta teoría, el metatarso aducto estaría originado por malposiciones uterinas.
• Teoría anatómica. Se han observado subluxaciones de la primera articulación cuneometatarsiana o del tarso a nivel de la articulación de Chopart e inserciones anómalas del tibial posterior en la cuña medial causando varus, del tibial anterior o del aductor del primer dedo. El metatarso aducto muestra también asociación con la displasia del desarrollo de cadera.
• Teoría genética. Es quizá el factor más importante. Cuando un hijo está afectado de metatarso aducto, el riesgo para los demás hijos es de 20:1 frente a la población normal.
Clasificación
La gravedad viene determinada por la flexibilidad de la deformidad mientras se presiona lateralmente el primer metatarsiano y se mantiene la porción posterior y el mediopié en una posición neutra con la otra mano. Se considera:
• Metatarso leve, cuando la deformidad es sobrecorregida con mínimo esfuerzo. La estimulación de los músculos peroneos corrige la deformidad. No precisa tratamiento, resolviéndose espontáneamente.
• Metatarso moderado, cuando la abducción pasiva lleva el antepié a la posición neutra. En estos casos se recomienda el tratamiento fisioterápico y la reevaluación periódica.
• Metatarso grave, cuando con la presión lateral el antepié no alcanza la línea media. En estos casos los niños se benefician de un tratamiento ortésico precoz, bien con yesos o con botas articuladas.
No se necesitan radiografías de forma rutinaria para valorar el metatarso aducto, sin embargo, las radiografías están indicadas para valorar la alineación ósea de los pies que han requerido una corrección mediante yesos o en niños mayores que tienen una deformidad rígida.

Tratamiento

Alrededor del 90% se resuelve en forma espontánea, pero hay un pequeño porcentaje que requiere de tratamiento rehabilitador como manipulaciones, el uso de férulas en la noche y de calzado antivaro. En la mayoría de los niños, el problema se corrige solo a medida que se desarrolla el uso normal de los pies.
Durante el tratamiento hay que tener en cuenta unas consideraciones:
• Tener siempre presente que  los cartílagos son más blandos que los ligamentos retraídos.
• Diferenciar los metatarsos varos reductibles de los metatarsos varos rígidos.
• No forzar la reducción.
• Empezar a tratarlos, si es posible antes de cumplir el primer año.
Los pasos a seguir son los siguientes:
Tratamiento conservador. Medidas posturales: Puede recomendarse un cambio de la posición para dormir, como que duerma de costado y que no duerma en decúbito prono para no forzar la rotación interna de la extremidad inferior. Se recomienda no forzar la bipedestación y marcha del niño, ya que una vez que la misma comienza hace más difícil la corrección. El niño será cuidadosamente vigilado por un tiempo y si el problema no mejora o el pie de su hijo no está lo suficientemente flexible, se plantearan otros tratamientos.
Manipulaciones Se le enseña a la familia cómo hacer estos ejercicios en casa, ejercicios de manipulación pasiva en el pie de su hijo en el momento en que le cambia el pañal.
Estimulaciones de la musculatura lateral: peroneos, extensor común de los dedos y abductor oblicuo para conseguir abducción del antepié y eversión. Se estimulara la musculatura abductora haciendo trazos sobre su piel con distintas texturas o suaves presiones con esponjas de distinta densidad.
Locomoción refleja (Vojta): se trabajarán las posturas facilitadoras de la reptación y el volteo reflejo, buscando en todo momento los movimientos de eversión del pie y los de rotación externa del miembro inferior.
Cuando los pies son más rígidos, o en aquellos casos que no responden al tratamiento puede ser que necesite usar una férula o zapatos especiales, llamados calzado antivaro, mantienen el pie en la posición correcta. Otros tratamientos varían desde férula noctuma , ortesis de termoplástico, calzado de horma recta o separadora, bota articulada antiadducción.
A menudo se observa una discreta recidiva de la deformidad en niños que han tenido tratamiento con zapatos especiales, férulas o yesos. Sin embargo, tiende a resolverse progresivamente entre los 2 y 4 años. Si la deformidad persiste se producirá una marcha con los pies hacia adentro y si la adducción es pronunciada el pie puede tener problemas para adaptarse al zapato.
Tratamiento quirúrgico. En casos rígidos que no han evolucionado bien con el tratamiento conservador o en niños mayores. La indicación quirúrgica del metatarso aducto es extremadamente rara, pero debe ser realizado cuando el tratamiento conservador fracasa. Es muy importante destacar que el metatarso adducto  funcional, que  supuestamente tiene una evolución favorable y espontánea, puede no tener corrección o incluso agravarse si el niño adopta actitudes posturales contraprudentes, como son el dormir boca abajo o sentarse  sobre los pies y esto se debe a un desequilibrio del  tendón tibial anterior al caminar.