¿Qué es estar en emergencia emocional? (II)


Dr. Emilio Garrido-Landívar. Especialista en Psicología de la Salud

Print Friendly, PDF & Email
En vistas de no poder terminar el artículo anterior y no cansaros con tantos “apósitos”, que debemos tener en nuestro botiquín doméstico, para hacer frente a las continuas emergencias emocionales, que los tiempos sin querer, nos traen una y otra vez; se hace necesario tener a punto este “botiquín de urgencias”, que viene muy bien, para no desarrollar “más miedos”, “más incertidumbre” y una continua situación de huida, la cual nos deja exhaustos, sin fuerzas y con un sistema inmune tan debilitado, que estamos en esas circunstancias, más proclives a derrumbarnos interior y exteriormente, de tal manera que aflora nuestra vulnerabilidad y nos dejamos a merced de desarrollar tarde o temprano cualquier trastorno psicosomático, si la emergencia no se afronta, no se gestiona bien y no sabemos qué hacer en cada momento de la misma.

Por eso y con todo el respeto a los lectores de Zona Hospitalaria, les aconsejo que las guarden, que las tengan presentes, que las usen, que la vayan memorizando para que en cualquier momento de la embestida no se asusten; al contrario, se enfrenten con sosiego y tranquilidad, sabiendo que haciendo algo, teniendo a mano la “tirita”, el “apósito” mental y/o psicológico, puedas con garantías emocionales y racionales, enfrentarte a ellas con plena garantía de que se aminorarán, se diluirán y desaparecerán, teniendo la tranquilidad interior de haberte enfrentado a ellas con garantía y madurez personal; encontrando mi equilibrio emocional que me dará paz por dentro y por fuera. No lo dude, no lo deje de lado, hágalo, no le penará nunca, porque tener el “emplaste” debido para su dolor emocional, su pensamiento distorsionado, su sentimiento catastrófico, su emoción negativa, que no la acepta y no la deja fluir…; quizás porque no es consciente de que está atravesando un crisis de emergencia emocional.
Pues, sin más preámbulos les voy recetando las otras “cataplasmas de nuestro botiquín doméstico”:

22. El optimismo nos ayuda a tener una percepción positiva, que nos hace más felices y esa percepción positiva refuerza nuestro sistema inmune, haciéndolo más fuerte y más combativo y a nuestro favor… Intente ser positivo, desde que note en un momento concreto que no lo es o no lo está siendo.
23. ¡Tenemos una buena noticia!: Cuando tenemos una desgracias o una cadena de miserias, el termostato de la felicidad hará lo posible para sacarnos del dolor y de la pena y volverá a nuestra horquilla de felicidad base. Porque ese termostato es genético, por lo menos en cuanto a felicidad general se refiere. Así que, ¡no hay mal que cien años dure!
24. Si el termostato de la felicidad es genético e invariable, ¿qué hacemos con tantas herramientas de que disponemos para aumentar la horquilla de la felicidad? ¡Ya! Pero podemos cambiar, adecuar, aumentar y modificar todo aquello que nos impida ser felices por más tiempo… y, eso lo podemos hacer nosotros, simplemente estando «ojo avizor» y con nuestro termostano “en manual”.
25. Cuando estamos en emergencia emocional, es cuando más debemos fortalecer nuestro lenguaje positivo, sabiendo que el futuro será siempre mejor que el presente… Se trata de multiplicar los comportamientos positivos (reírnos, palabras de cariño, afectos, abrazos…) de tal manera que compensen los negativos, sin negarlos, pero sí aceptándolos y reconvirtiéndolos en positivos: Son redes psicolingüísticas-semánticas…, sólo falta que lo hagamos de forma sistemática.
26. Recuerda que sin darnos cuenta, un pensamiento tóxico se une a otro y éste a otro más negativo y haces una cadena semántica tan negativa, que no me extraña, que estés tan depresivo y con un estado de ánimo tan bajo, y flaquees de fuerza y de optimismo…¡Importándote la vida casi nada! Se trata de “cortar” y dejar fluir ese primer pensamiento con otro positivo.
27. No olvidemos que el pensamiento se hace lenguaje y el lenguaje acaba haciéndose conducta, por eso es bueno controlar el pensamiento para que sea lo que yo quiero que sea y a mi favor. Un lenguaje continuo de quejas, de miedos, de sinsabores… ¡Nos debilitan y no nos damos cuenta, porque nuestro cerebro sigue con el automático puesto…!
28. Cuando experimentamos y aceptamos plenamente nuestros sentimientos negativos, somos capaces de desprendernos de ellos, han jugado su papel y pueden abandonar su lugar principal… ¡Que no tenga esa emoción negativa la última palabra, sobre mi persona!
29. Una de las verdaderas sabidurías, que nos lleva a la felicidad, consiste en aceptar todo pensamiento que nos debilite y transformarlo. El miedo, la ira, la venganza, la culpa… ¡Siempre que los aceptemos, será el primer paso para poder modificarlos! ¡Ya sé, nadie nos lo había dicho, y por eso llevamos siglos sin hacer mucho en nuestro favor, reseteando nuestro cerebro a nuestro favor!
30. No olvidemos que los pensamientos constituyen una vibración energética que pronto pasa a emoción, si es positiva porque la traduzco a mi favor, elaboro una fortaleza; si la traduzco mal y en mi contra, me debilito emocionalmente. ¡Amamos!, fortalecemos nuestro termostato emocional; ¡odiamos!, debilitamos nuestro termostato emocional.
31. ¡Siempre podemos transformar nuestros pensamientos en energía asociada positivamente, si vemos que es tóxico o negativo, lo podemos cambiar por otro positivo y de alta energía que nos beneficiará!
32. Pienso en felicidad, tendré felicidad; pienso en miseria, culpa, miedo, odio…, seré miedoso, apocado, asustadizo, infeliz… ¡Soy lo que pienso! Pues, ¿qué esperas en pensar como quieres ser?
33. Los pensamientos felices hacen moléculas felices… La salud viene determinada en gran parte por los pensamientos que uno tiene. Piense apasionadamente que no se va a resfriar y su cuerpo reaccionará según sus pensamientos… ¡Eso es una psicovacuna!
34. ¡La mente, nuestra mente, constituye una poderosa herramienta en la creación de salud! ¿A qué esperas en desarrollar la suya?… “Manipule su cerebro y póngalo en manual, para que haga lo que tú quieres que haga”.
35. El antecedente de cualquier acción o emoción es un pensamiento, si es positivo previene y si es negativo nos daña. Puedes hablar de tus sentimientos con alguien, expresarlos con humildad, con sinceridad y mejorará mucho tu estado mental y tu termostato emocional se equilibrará… Si los escribes, tienen el mimo efecto terapéutico. ¿A qué esperas?
36. Si eres proclive a las tormentas emocionales por tu perfil muy sensible, trata de que esas emociones fluyan, déjalas que salgan, no las juzgues, se acumulan, lo pasas mal, es normal, no te culpes, déjalas que relampagueen, que truenen, que descarguen… Tómalas como parte de tu vida, si tienes que llorar, pues llora; enfadarte, pues te enfadas, ¡ya sabes lo qué es una tormenta! Acampará, tranquilo, es normal; más con tu perfil. Es pasajero, no es constante… Déjalas que fluyan, no las reprimas. ¿Ya sabes lo qué es una tormenta? Descampará.
37. Cuando estás inmerso en una tormenta emocional de esas que uno no entiende nada, de esas donde sientes mucho miedo, no puedes respirar, te falta el aire, notas un presión en el pecho que vas a reventar… Recuerda que son nuestros pensamientos quien las transforma en tormentas, y tú decides lo que quieras hacer… No te juzgues, no te culpes, déjalas fluir, respira profunda y lentamente… ¡Sólo con intentarlo ya vale!
38. No trates de entenderlas, la amígdala no necesita entenderla, solo es la razón la que intenta entenderla, y sin querer te taladras la cabeza, tratando de entenderla… ¡Es tu razón quien la hace creer y crecer…! Nuestro cerebro nos engaña tantas veces que nos martirizamos tratando de entender: El sentir no entiende de razones, acepta y punto.
39. Respira lenta y pausadamente, sin prisas, sin agobios… Hazlo con el abdomen, con el vientre, despacio para evitar la hiperventilación, aprende que cuando viene una tormenta emocional es que algo quiere ser procesado, liberado y transformado… Acéptalo. Y sigue respirando.
40. Después de la tormenta, no te quedes lamentándote, la finalidad es aprender de ella, hacerte más fuerte, limpiar, sanar, cada rincón de tu interior… No te hundas, hazte mejor persona. “Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes” (Khalil Gibran, poeta).
41. La mejor vacuna contra las emociones negativas, es tener una imagen positiva en tu cabeza, y la veas con tanta claridad, que vuelvas a disfrutar con ella, y seas tan feliz como fuiste aquella primera vez que la tuviste. Regula el termostato emocional.
42. Recordemos lo importante que es nuestro estado de ánimo, el humor, la risa y el espíritu optimista, que son fundamentales en una estructura general, que favorece el sistema psicoinmunológico. ¡Nos hemos de reír más y a menudo!
43. Una persona que tiene una actitud optimista tiende siempre a ver la «botella medio llena» y, esta actitud supone un verdadero escudo protector frente a muchas adversidades y enfermedades. Además, un persona optimista se estresa mucho menos y sale más fácilmente de cualquier adversidad.
44. El optimismo inteligente ha de ser realista, nos ayuda a relativizar las cosas y a no exagerarlas. Ser optimista es esperar que el futuro traerá sucesos favorables y esto es fruto de nuestras experiencias anteriores y de esas expectativas que tenemos y ambas condicionan directamente nuestro sistema de análisis emocional.
45. El pensamiento optimista se caracteriza por recordar los acontecimientos felices del pasado, minimizar el peso de los negativos, al mismo tiempo que selecciona la información actual de la manera más beneficiosa para su propia autoestima.
46. El daño emocional que sufrimos se puede evitar ya que está causado por un pensamiento distorsionado o irracional. Cambia la interpretación del pensamiento y cambiará la emoción. Se trata de coger hábito…

47. Se hace necesario disponer de un repertorio eficiente -un recuento-, de emociones positivas, para los momentos de crisis o de emergencias emocionales; de tal manera que como en esos momentos se hace muy difícil crear nuevas emociones a nuestro favor y que nos prevengan, al tener ese repertorio robusto, nos sirva de antídoto leyéndolas, -si las tienes escritas-; escribiéndolas si te las sabes de memoria… ¡Es una forma de entrenamiento sistemático en emociones positivas! Que, aunque resulten mucho más eficiente a nivel preventivo, si se tiene ese repertorio o algoritmo previo, nos ayudará en tormentas emocionales y en situaciones de emergencias, echando mano de esa lista que previamente hemos escrito.
48. Todos hemos comprobado que un determinado dolor de cabeza o de tripa, es mucho menor cuando estamos rodeados de un grupo de amigos y nos divertimos, que cuando nos encontramos solos en nuestro cuarto inmersos en nuestro dolor.
49. Tenemos que entender de una vez por todas, que es posible aprender a disfrutar de la vida, ya que frente a las emociones negativas más elaboradas con las que nacemos por herencia de la evolución; las positivas es necesario aprenderlas y practicarlas. ¡Somos el organismo más capacitado para disfrutar de la vida y por ello las emociones positivas son procesos más abiertos y versátiles, lo cual abre un abanico casi ilimitado de actividades con las que podemos disfrutar! Pero tiene que ejercitarse en ellas.
50. El humor, el sentido del humor y la risa, son una garantía y un buen procedimiento para disfrutar de la vida. ¡Hay pocas cosas en realidad que sean tan sanas como reírse y disfrutar con las personas que nos rodean llenas de humor y optimismo! Mejora nuestra salud general y nuestra vida emocional. El humor es gratis, nunca se agota porque lo compartas con los demás. Previene el estrés, atrae a más gente, y si te ríes con frecuencia tu cerebro cree que eres feliz, y se comporta como más feliz.
51. Reaccionamos a la interpretación de los hechos -y lo interpretamos mal-, y no a los hechos propiamente dichos… De ahí la importancia que tiene para controlar la tormenta emocional cómo interpretas los hechos si a tu favor o en tu contra, si de forma negativa y dramática o con mucha paz y tranquilidad, sabiendo que pasará pronto según seea lo que yo haga.
52. Cuando las emociones negativas son desproporcionadas a la realidad, relativiza, no te ahogues en un vaso de agua. ¡No les des tanta importancia, no la tienen!
53. Retrasa y dilata la respuesta, por muchas ganas que tengas, para que la emoción negativa no te haga decir lo que no debes decir. Habla cuando las «aguas» se calmen. Espera, no mandes ese mail, wasap; déjalo reposar en la bandeja de borradores… No descuelgues el teléfono, desayuna primero, y después hazlo…
54. No contestes todavía, respira lenta y pausadamente y contesta con calma. Este apósito te ayuda a calmar la tensión y dar una respuesta sin represalia…, y, más acorde a la realidad.
55. Intenta siempre restaurar el sentido del realismo deshaciéndote del pensamiento distorsionado, mágico o negativo.
56. La distorsión cognitiva provoca un miedo intenso e insano al fracaso. El pensamiento racional lo redefine y la sitúa en un perspectiva más amplia.
57. Intenta no valorar las cosas de forma extrema, sin tener en cuenta los matices intermedios: Vamos de un extremo emocional al otro, todo es maravilloso o todo es horrible… ¡Intenta aceptar que todo es bastante bien, bastante bueno!
58. La sobre-generalización es la tendencia a creer, que, si algo ha ocurrido alguna vez, ocurrirá otras muchas veces… Pues, si lo sabes no te extrañes, no dramatices, prevé la situación…
59. Date el permiso para ser humano, no perfecto, ni santo… La realidad es que tengo errores, pero son míos y los acepto y no me castigo: ¡Date el permiso para ser humano!
60. Las emociones negativas: miedo, angustia, fracaso, envidia, etc. son parte de la vida, acéptalas como aceptamos la ley de la gravedad.
61. Acepta la realidad de lo que te pasa y que esa emoción que te ha producido daño es irreal y en tu contra, acéptalo como parte de tu vida. Tranquilo, no pasa nada.
62. Cuando no aceptamos y negamos lo que sentimos y lo que nos pasa, nos provoca que la emoción negativa sea mayor. Luego, acepta y solo por aceptarlo, la emoción negativa disminuye y se evade…
63. Date permiso para que tus emociones se manifiesten, y es muy útil escribirlas, al verlas escritas en un papel somos más conscientes de ellas y las aceptamos mejor.
64. Es bueno hacer una «reconstrucción cognitiva», que no es otra cosa que tratar de interpretar los hechos convirtiéndolos de negativos-útiles o positivos-beneficiosos.
65. Ya sabemos que una misma situación provoca manifestaciones fisiológicas diferentes, dependiendo de cómo uno las tome o las interprete: Desafío o amenaza; soluciones a mi favor o en mi contra.
66. Si interpreto el hecho como catastrófico e irracional (¡Qué mala suerte tengo, a mi me pasa todo…!), estoy yendo en mi contra y generando ansiedad, mal humor, desgracia… Cambia la explicación -reconstrucción cognitiva-, a tu favor. ¿cómo eres capaz de interpretar la situación que te ha sobrevenido?: Desgracias, aventura, hecho casual, aprendizaje, maduración…
67. Enumera los mil milagros que tienes todos los días en tu entorno, escríbelos, grábalos en tu móvil en audio y los oyes, te quedarás sorprendido de cuántos tienes…a tu favor, no te quejes, disfruta de cuantos tienes y sé agradecido.
68. Ser capaz de valorar las cosas y analizarlas desde contextos amplios, nuestras preocupaciones y decepciones se reducen.
69. Quienes realizan una escritura expresiva-emotiva, son más felices y están más satisfechos con su vida, se estresan menos y curiosamente visitaron con mucha menos frecuencia a su médico y manifestaron un sistema inmunitario más fuerte. (Pennebaker, 2017).

(Estas pautas están sacadas del libro: La ciencia de la Felicidad: Cien herramientas para ser feliz, edit. Eunate Pamplona, 2019, segunda edición en el 2020).