Es posible que cuando tenemos a algún ser querido en situaciones de últimos días o de final de vida nos planteen los médicos decidir qué tratamientos aceptamos o cuáles rechazamos en la situación de nuestro ser querido. Esto puede ser aún más agobiante cuando hemos sido designados como representante de la persona sobre la cuál estamos decidiendo. Es por esto que es importante conocer el término de “Adecuación del esfuerzo terapéutico” para no caer en la frustración de tomar decisiones de forma incorrecta.
La “Adecuación del Esfuerzo Terapéutico” (AET) consiste en retirar, ajustar o no iniciar un tratamiento cuando el pronóstico limitado así lo aconseje. Es la adaptación de los tratamientos a la situación clínica del paciente. Es decir, dar al paciente lo que necesita cuando el pronóstico es malo. En ocasiones supone no iniciar un tratamiento, en otras retirar tratamientos que son agresivos/incómodos para el desenlace que se espera del paciente. Antiguamente se denominaba con el término de “limitación del esfuerzo terapéutico” pero esto debe evitarse ya que no se trata de ninguna limitación de tratamientos sino de una adecuación de los mismos.
La Adecuación del Esfuerzo Terapéutico ha de plantearse de forma progresiva a lo largo del curso de la enfermedad y proporcionada a su situación, pronóstico y calidad de vida. Requiere una valoración integral previa del paciente, con conocimiento en profundidad de su situación clínica, cognitiva y funcional, así como del pronóstico, la calidad de vida y las complicaciones previsibles. Es imprescindible conocer cuáles son los valores y preferencias del paciente de cara a su atención sanitaria. Aunque a menudo la Adecuación del Esfuerzo Terapéutico se realiza en situaciones de urgencia, lo más idóneo es plantearlo de forma previa, en el contexto de una planificación compartida de la atención, por el equipo de profesionales que habitualmente atiende al paciente y haciendo partícipes a los familiares.
Frente a la adecuación del esfuerzo terapéutico encontramos el término de “Obstinación Terapéutica” que supone el concepto contrario, aplicar medidas desproporcionadas. Se habla de obstinación terapéutica cuando se usan terapias inútiles, que aumentan la situación dolorosa, y son desproporcionadas en relación con los riesgos/beneficios, prolongando la agonía, más que ofreciendo elementos curativos.
Los cuidados paliativos tienen por objeto preservar la mejor calidad de vida posible hasta el final. La buena práctica médica supone la aplicación de medidas terapéuticas proporcionadas, evitando tanto la obstinación como el abandono, el alargamiento innecesario o el acortamiento deliberado de la vida.
AUTORA
María Montero García. MIR Geriatría Hospital Nuestra Señora de Gracia. Zaragoza.