¿Qué podemos hacer para prevenir la insuficiencia cardiaca?


Beatriz Lacruz Escalada. F.E.A Medicina Interna. Hospital Universitario de Navarra

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La insuficiencia cardiaca es una enfermedad en la que el corazón no puede bombear sangre rica en oxígeno a todo el cuerpo, causada por una anomalía cardiaca estructural o funcional que produce un gasto cardiaco inadecuado.

Esto conlleva a manifestaciones clínicas como sensación de falta de aire, fatiga y signos clínicos como inflamación de tobillos, aumento de perímetro abdominal, aumento de peso o disminución de cantidad de orina.

Factores de riesgo

Existen diversos factores de riesgo para desarrollar insuficiencia cardiaca crónica que detallamos a continuación:
Sedentarismo, Tabaquismo, Obesidad, Consumo excesivo de alcohol, Virus de la gripe influenza, Microbios (por ejemplo Trypanozoma cruzi, estreptococos), Fármacos cardiotóxicos (por ejemplo antraciclinas), Radiación torácica, Hipertensión, Dislipemia,
Diabetes y Enfermedad coronaria.

Estrategias preventivas

Las estrategias preventivas que podemos realizar para evitar el desarrollo de los factores de riesgo arriba mencionados son las siguientes:
• Actividad física regular.
• Dejar de fumar.
• Actividad física y dieta saludable.
• Población general: la abstinencia o el consumo de alcohol muy moderado. Los pacientes con miocardiopatía inducida por el alcohol deben abstenerse.
• Vacunación frente a virus influenza.
• Diagnóstico precoz y tratamiento específico de infecciones microbianas.
• Monitorización de la función cardiaca y los efectos secundarios, adaptación de la dosis, cambio de quimioterapia.
• Monitorización de la función cardiaca y los efectos secundarios, adaptación de la dosis.
• Cambios en el estilo de vida, tratamiento antihipertensivo.
• Dieta saludable, fármacos para reducir el colesterol (estatinas).
• Actividad física, dieta saludable, nuevos fármacos antidiabéticos.
• Cambios en el estilo de vida, fármacos para reducir el colesterol (estatinas).

Además disponemos de varias estrategias para prevenir la insuficiencia cardiaca en las fases iniciales de la enfermedad cardiovascular.
Se conoce que además de optimizar el tratamiento con fármacos y dispositivos, hay que prestar especial atención a los cuidados médicos de los pacientes con insuficiencia cardiaca.
En las guías de tratamiento de la insuficiencia cardiaca se hace especial hincapié a las intervenciones no farmacológicas, planificación del alta y estándares de atención a pacientes con esta enfermedad.

Formación de los pacientes, autocuidado y consejos sobre el estilo de vida

Es muy importante que el médico y enfermera expliquen al paciente su enfermedad, proporcionando información adaptada a cada paciente que les ayude a comprender la causa de la insuficiencia cardiaca, los síntomas y las opciones de tratamiento.
También es muy útil que los pacientes conozcan las diferentes fases del curso de la enfermedad y comprendan el pronóstico para que tomen decisiones conjuntas con su médico a medida que avance la enfermedad.
El autocuidado es muy importante para que el tratamiento de la insuficiencia cardiaca sea efectivo, los pacientes entiendan qué es beneficioso para ellos y colaboren en las estrategias de automonitorización y tratamiento.

El profesional debe asesorar sobre el ejercicio teniendo en cuenta las limitaciones físicas y funcionales, como la fragilidad y comorbilidades de cada paciente, adaptando la actividad física al estado sintomático y las circunstancias personales con el objetivo de hacer ejercicio físico de forma regular y mantenerse activos.
Debe revisar la historia del sueño e informar sobre la importancia del sueño y el descanso para la salud cardiovascular.
Recomendar evitar ingesta excesiva de líquido, se puede considerar una restricción de fluidos de 1,5-2 litros/día para pacientes con insuficiencia cardiaca grave, pero siempre hay que adaptar la ingesta de fluidos al peso, temperaturas, humedad, náuseas o vómitos, periodos de descompensación aguda y hacia el final de la vida.
Dieta saludable para prevenir la desnutrición, mantener una dieta y un peso saludable y evitar la ingesta excesiva de sal ( >5g/día).
El paciente debe ser capaz de abstenerse o evitar la ingesta de alcohol.
Y saber reaccionar adecuadamente a los cambios de los signos y los síntomas de la enfermedad para contactar con un profesional sanitario de forma precoz y evitar episodios de descompensación cardiaca que requieran un ingreso hospitalario.