El exceso de calor puede producir efectos perjudiciales para la salud de las personas, especialmente si son mayores, enfermos crónicos o niños.
Protéjase del calor
Evite salir a la calle en las horas más calurosas del día. No se esfuerce demasiado cuando esté haciendo mucho calor. Si tiene que salir permanezca a ser posible a la sombra. Cúbrase la cabeza con un sombrero o gorra y vístase con ropa ligera de colores claros. Cierre las persianas y eche los toldos de las fachadas expuestas al sol.
Refrésquese
Beba bastante agua y con frecuencia (al menos 2 litros diarios), aunque no sienta sed, e ingiera alimentos con frecuencia.
Dúchese frecuentemente durante el día o refrésquese con paños húmedos.
Evite el alcohol, las bebidas con cafeína y las comidas calientes.
Aumente el consumo de frutas de verano y verduras (gazpachos ligeros y ensaladas frías) para recargar el organismo de sales minerales.
Permanezca durante el mayor tiempo posible dentro de su casa en la sala más fresca.
Las habitaciones de la casa deben disponer de persianas o toldos en las ventanas o balcones. El frigorífico debe estar en perfecto estado de funcionamiento.
Si en su domicilio no hay un sitio fresco o con aire acondicionado acérquese, al menos durante dos o tres horas, a un centro refrigerado, cercano (centro comercial, centros de la tercera edad, biblioteca….).
Pida ayuda e información
En su Centro de Salud. En caso de que esté tomando algún medicamento, o si nota síntomas no habituales o que le hagan preocuparse, consulte a su médico o enfermera.
Pida ayuda a un pariente o a un vecino, si se nota indispuesto por el calor.
Si tiene más de 65años y vive solo es importante que contacten con usted al menos dos veces al día. Si no tiene a nadie cercano, llame a los Servicios Sociales de su Ayuntamiento. Infórmese del estado de salud de las personas vecinas que viven solas y ayúdeles, poniéndoles en contacto con los Servicios Sociales de su localidad.