Se mire como se mire, pan a diario


Laura Garde Etayo NA00087

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Estamos a las puertas del verano, y con el sol y el calor llegan la piscina, la playa, y aunque personalmente no me guste, las prisas por perder algunos kilos.

En esta batalla pre-veraniega que año tras año se repite, se recurre equivocadamente a cualquier remedio que prometa resultados inmediatos: dietas milagro de lo más variopintas, productos y terapias que adelgazan sin esfuerzo, o lo típico y al alcance de cualquiera que es dejar de comer pan. Pues bien, en esa carrera por bajar lo máximo en el mínimo tiempo posible, se suele olvidar que comiendo mal se adelgaza peor.

Los hombres cada vez más preocupados por su peso

Se mire como se mire, el pan debe estar presente en la dieta diaria. No importa que esa dieta tenga como objetivo hacer adelgazar a una persona. Las dietas deben ser equilibradas además educar en hábitos alimentarios saludables. Además, para que un tratamiento dietético de adelgazamiento triunfe, la personalización de las pautas dietéticas es clave. Por ello, restringir totalmente alimentos básicos y cotidianos como el pan, es un sinsentido desde el punto de vista nutricional, dietético, alimentario y educativo.
Vivimos en una sociedad con grandes contradicciones. Se ha bautizado a la obesidad como la gran epidemia del siglo. Sin embargo, el estereotipo de la delgadez arrasa como modelo ideal tanto en hombres como en mujeres. Sí, también los hombres están preocupados por su peso, aunque no siempre desde una perspectiva de promoción de la salud.
A pesar de la alta prevalencia de enfermedades relacionadas con la alimentación, sigue primando el deseo por la imagen estéticamente correcta. Así, sea por salud o por el peso ideal, cada vez son más los que se ponen a dieta o comienzan un programa monitorizado de ejercicio físico con la finalidad de perder peso.

El valor del pan en la alimentación

El pan es el alimento que siempre está en la lista de la compra, el único que forma parte de todas las comidas. Como es lógico, hay situaciones que reclaman un mayor consumo de pan: determinadas comidas acompañadas de salsas, comidas improvisadas o planificadas a base de bocadillos, almuerzos o meriendas entre comidas principales entre las que transcurren más de cinco horas (como en el caso de operarios que trabajan en fábricas en jornada continua), etc. También, podemos considerar otras circunstancias en las que podríamos prescindir del pan, pero preferimos no tener que renunciar a comerlo: cuando comemos un plato de pasta o comemos un pincho de aperitivo o estamos en dieta de control de peso.La razón de que el pan nos acompañe siempre es que goza de un valor intrínseco a nuestra cultura alimentaria. Entonces, si consideramos el pan un alimento necesario para el equilibrio de la dieta, debemos prestar más atención a la cantidad que comemos y al tipo de alimentos con que lo acompañamos.

Razones para incluir el pan en la alimentación del hombre

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) recomienda el consumo diario de pan a la población en general.
Estas recomendaciones se recogen en la Guía de alimentación saludable editada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), y se representan de modo gráfico en la Pirámide alimentaria saludable. Según ésta, se deben tomar 4-6 raciones diarias de pan, cereales, patatas, arroz y pasta.
Para el pan se considera que una ración rondan los 40-60g.
La Dieta Mediterránea es el modelo alimentario con el que nos identificamos desde el punto de vista cultural y gastronómico. Estudios científicos publicados recientemente relacionan su seguimiento con una menor prevalencia de enfermedad cardiovascular. Alimentos como el aceite de oliva virgen y el pan, son propios de este modelo alimentario, y por tanto, su consumo está vinculado positivamente a dicho beneficio para la salud.
Comer pan no engorda. Así pues, no es necesario dejar de comerlo para adelgazar. Es más eficaz para la pérdida de peso restringir el consumo de productos alimentarios como los dulces, las bebidas refrescantes y alcohólicas y los productos precocinados.
Las dietas que privan de comer pan son frustrantes y a menudo, generan carencias en hidratos de carbono, lo que se traduce en una sensación de necesitar comer algo dulce. Comer una cantidad de pan ajustada al consumo energético de cada persona y repartida de modo adecuado a lo largo del día produce bienestar y relaja la ansiedad.
La educación en hábitos alimentarios saludables es necesaria para que las personas puedan disfrutar de comer de todo en su justa medida, con buena salud.