Ya está aquí el verano y con él el calor, las vacaciones escolares, el pasar más tiempo fuera de casa, las piscinas, la playa… por eso desde aquí te proponemos algunos consejos para que aproveches este tiempo tan especial al máximo pero intentando evitar percances que el tiempo estival puede ocasionarnos.
Cuídate del sol y el calor
Es importante evitar el sol en las horas centrales del día, es decir entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde, que es cuando los rayos solares caen con mayor intensidad. El resto del tiempo, se deben usar cremas con alto índice de protección solar (factor de protección mayor de 30) aplicándolas media hora antes de la exposición al sol y renovando con frecuencia su uso.
También es importante proteger los ojos de los rayos solares, por lo que el uso de gafas oscuras deberá ser una constante en verano.
Se aconseja el uso de sombreros que protejan la cabeza de la acción directa del sol y de ropas de fibras naturales y color claro.
Mantente hidratado
Con las altas temperaturas del verano, el organismo pierde más líquidos en forma de sudor. Este es un mecanismo del organismo para disminuir la temperatura corporal.
A través de la sudoración perdemos agua y sales por lo que si es excesiva y no los reponemos, puede llegarse a un estado de deshidratación. Esto es más peligroso en niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas.
Para prevenir esta situación, se recomienda tomar agua periódicamente, aun sin necesidad de tener sensación de sed. Esto es especialmente importante en los ancianos, ya que la capacidad de sentir sed está disminuida y también hay que tenerlo en cuenta en los niños más pequeños que no saben pedir agua. En estas poblaciones deberían establecerse horarios fijos para la ingesta de agua a lo largo del día.
De vez en cuando, puede alternarse el agua con alguna bebida isotónica o zumo natural.
Por otro lado, hay que evitar realizar ejercicio excesivo que obligue a sudar excesivamente y mantenerse en lugares sombreados y frescos.
Cuida tu alimentación y guarda la digestión
En verano aumentan las gastroenteritis y diarreas por intoxicaciones alimentarias debido al consumo de alimentos en mal estado o aguas no potables.
Para prevenir las infecciones alimentarias en esta época, es necesario mantener los hábitos de higiene y extremar las precauciones.
Cuando estemos en casa, debemos siempre lavarnos bien las manos antes de cocinar y mantener limpio el espacio de trabajo. También es importante mantener los alimentos bien refrigerados, lavarlos bien antes de consumirlos y asegurar una cocción adecuada de los mismos.
Cuando comamos fuera de casa, debemos rechazar los alimentos expuestos y no refrigerados y no tomar cubitos de hielo en viajes a países tropicales o en lugares con agua de calidad dudosa.
Otra medida a tener en cuenta, es guardar el tiempo de espera antes de bañarse en playas o piscinas después de comer o hacer ejercicio físico. Se debe esperar unas dos horas tras las comidas vigilando especialmente que no haya contraste brusco de temperaturas, por lo que se aconseja entrar poco a poco en contacto con el agua e ir mojando el cuerpo progresivamente antes de zambullirse. Si a pesar de todo comienza a sentir mareo, visión borrosa o náuseas, salga inmediatamente del agua.
Cuídate de las picaduras
Desde el inicio de la primavera aumenta la población de insectos y también aumenta la actividad al aire libre por lo que ambas cosas favorecen un mayor aumento de las picaduras.
Los mosquitos, avispas y abejas proliferan en lugares de agua dulce como los bordes de las piscinas, y también se sienten atraídos por la ropa de colores vivos y los perfumes.
Cuando planees salidas al campo o la piscina, se recomienda emplear lociones repelentes. Poner mosquiteras en las ventanas sería una solución para evitar las picaduras dentro de casa.
En cuanto a las picaduras de medusa, estas se caracterizan por dolor, picor e inflamación. ¿Qué debemos hacer ante estas picaduras? Lo primero es retirar cualquier resto de animal que haya podido quedar adherido a la piel con ayuda de una toalla gruesa. A continuación, limpiar la zona, con suero fisiológico o agua salada (NO con agua dulce). A continuación, aplicaremos frío durante 15 minutos y buscaremos un centro de atención sanitaria donde nos puedan atender.
Extrema la vigilancia en playas y piscinas
Estos sitios de recreo pueden conllevar peligros letales, por lo que es importante extremar la vigilancia de los más pequeños.
Los ahogamientos, caídas o golpes pueden tener graves consecuencias.
Es importante utilizar sistemas para que floten (manguitos, burbujas…) si los niños no tienen seguridad al nadar y permanecer cerca por si necesitan nuestra ayuda.
También es importante el uso de calzado antideslizante para evitar las caídas alrededor del vaso de la piscina, y evitar que corran por los bordillos.
Otra cosa a evitar es que se tiren de cabeza en lugares de poca profundidad, o desde rocas en la playa, ya que esta imprudencia es causa frecuente de lesiones medulares con consecuencia de muerte o parálisis.
Hay que tener mucho cuidado también en las piscinas particulares. Es recomendable vallar todo su perímetro y mantener la puerta de acceso cerrada con llave o un pestillo al que los niños no tengan acceso.
Extrema las precauciones en carretera
En verano tendemos a salir más fuera de casa. Es importante extremar las precauciones en la carretera. Algunas medidas que pueden ayudarnos son: revisar el coche antes de hacer un viaje largo para evitar imprevistos, revisar la ruta que debemos seguir antes de salir de casa e informarnos del estado del tráfico y las posibles retenciones que vamos a encontrarnos, que el conductor descanse cada dos horas de viaje. En la medida de lo posible, deberíamos evitar los días de operación salida y retorno y las horas punta.
Otras cosas a tener en cuenta en el coche
En verano, en el interior de los coches se alcanzan altísimas temperaturas, por lo que debemos evitar dejar a un niño o mascota en su interior a solas, y antes de subirnos a un coche que haya estado aparcado, debemos ventilarlo unos minutos abriendo puertas y ventanas para que baje la temperatura de su interior. Espera un poco sobre todo antes de montar en el a bebés o a personas mayores.
Cuida tus oídos
Los baños en playas y piscinas favorecen un ambiente húmedo en los oídos que propicia la contaminación bacteriana del conducto auditivo externo (parte externa del oído) dando lugar a las llamadas otitis externas. Para prevenir la otitis, debemos evitar tener los oídos sumergidos en agua durante mucho tiempo y tras el baño, se debe procurar que salga el agua del oído inclinando la cabeza hacia el lado donde se note el agua (a veces facilita el proceso saltar un poco) y secar las orejas con suavidad empleando una toalla limpia.
Y con estos consejos en mente, ya solo queda disfrutar del verano ¡Qué lo aprovechen!