¿Por qué formamos parejas? Actualmente se supone que el objetivo implícito con el que cada miembro se incorpora a la pareja es hacer la vida más feliz y plena al otro y recibir un trato análogo. Para ello se intercambian conductas y se comparten, desde un punto de vista social, una serie de bienes y actividades además del apoyo mutuo.
Para que la pareja funcione es necesario establecer una forma de compartir que tiene que funcionar, compaginando los intereses personales de cada miembro de la pareja.
Las estadísticas dicen que los casados viven más y con mayor calidad de vida,… si no hay conflictos. Pero los conflictos: enferman mental y físicamente.
Los conflictos en la pareja generan también problemas en los hijos (problemas de conducta, depresión y problemas para alcanzar la intimidad en el futuro) Para tener intimidad, para tomar decisiones y para convivir, es necesario saber comunicarse, escucharse y respetarse. Para resolver los problemas también. La capacidad de comunicarse y de resolver conflictos es fundamental para la continuidad de la pareja. El verdadero amor se sustenta bajo tres pilares: en primer lugar, la responsabilidad personal, que consiste en que cada amante se haga cargo de sí mismo psicológicamente. En segundo lugar, la interdependencia, una vez conquistada la autonomía e independencia emocional, el aprendizaje radica en construir una convivencia constructiva, honesta y respetuosa. Y por último, valorar y disfrutar de la persona con la que compartimos nuestra vida tal como es.
¿Cuando hay que acudir a una terapia de pareja?
Cuando vemos que no somos capaces de resolver nuestros problemas por nuestros medios, cuando discutimos sin encontrar soluciones o ni siquiera discutimos por miedo a enfadarnos, si nos sentimos cada vez más alejados y distantes uno del otro…son señales de que necesitamos ayuda y cuanto antes la pidamos, mejor.
¿Cómo funciona la terapia de pareja?
Una vez que se han definido los problemas existentes y las conductas envueltas en ellos, se establece el programa de tratamiento seleccionando las técnicas específicas que permiten el cambio, intercambio de conductas positivas, entrenamiento en habilidades de comunicación y resolución de problemas y tratamiento de los aspectos cognitivos.
El amor y el compromiso entre la pareja es importante; sin ellos pocas parejas comenzarían este tipo de terapia para trabajar en la mejora de su relación. Pero el amor no es una palabra simple ni un concepto abstracto: amar consiste en un intercambio de palabras y actos placenteros entre las dos personas, continuado durante un largo periodo de tiempo. Amar también incluye complacencia para transigir las diferencias en la solución de problemas y tolerancia a las diferencias e idiosincrasias de la otra persona. El amor no dura mucho cuando el desquite y la hostilidad surgen en el vivir diario juntos. Una pareja puede tener éxito sólo si ambos miembros se enganchan consistentemente en acciones y expresan frases que hacen que el otro se sienta amado y apreciado. Cada miembro de una pareja tiene necesidades de afecto, sexo, compañía, comunicación, aprobación y reconocimiento. Cada uno puede contribuir al funcionamiento de la unidad familiar en las áreas de economía, administración y tareas domésticas, actividades de tiempo libre, educación de los hijos,…La satisfacción y felicidad de una pareja crecen con la mezcla e intercambio de la contribución de cada uno a estas necesidades y funciones. Esto no significa que una persona tenga que abandonar su propia identidad y dedicar su vida a gratificar a su compañero; sino que significa que una pareja con éxito está basada en un mutuo intercambio de amor y respeto.
El amor es lo que nosotros decimos y hacemos para que el otro quiera estar a nuestro lado y lo que el otro hace y dice y que nos hace querer estar cerca de él.
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