Estudio realizado por Terapeutas Ocupacio-nales con adolescentes que juegan en un equipo de cadetes de la liga aragonesa de Fútbol Base. El presente trabajo surge de la idea de que es posible potenciar las capacidades cognitivas de adolescentes, de tal forma que produzca resultados observables en una actividad significativa para ellos, el fútbol. El siguiente paso del trabajo sería comprobar que esta mejora en el rendimiento cognitivo de los chicos se puede traducir en mejor rendimiento en el aula.
En el desarrollo global del niño está muy presente el movimiento y la actividad motriz, ayudando a la formación del esquema corporal, la socialización, la instauración de la lateralidad, la disociación y ejecución motriz, control tónico postural, orientación y estructuración espacial y la formación del autoconcepto y de la identidad ocupacional. Estos aspectos influyen notablemente en el desarrollo escolar.
En los primeros años de vida, el cerebro del niño tiene como característica el poseer plasticidad; es decir, posibilidad de moldearse de acuerdo con la experiencia. Es importante señalar que los logros alcanzados debido a la plasticidad cerebral son más acentuados en los primeros años de vida; sin embargo, aunque con los años disminuye la plasticidad cerebral, ésta no desaparece completamente; por ello, en años posteriores a la infancia se pueden seguir logrando cambios en las estructuras nerviosas, aunque los efectos más acentuados sean mayores en los más jóvenes.
Digistani sostiene que el 75% de la maduración del sistema nervioso está programado genéticamente, el otro 25% está supeditado a la experiencia; por tal razón es posible lograr un mejor desarrollo si se le proporciona en la etapa de plasticidad cerebral, ambientes enriquecidos para tal fin. Se debe tener en cuenta entonces que el desarrollo de los niños depende de su entorno y de los estímulos que se le brinden y no sólo de sus capacidades.
En los deportes de equipo, las decisiones de los jugadores son determinantes en el desempeño del equipo. En un conjunto de alternativas de acción para cada contexto, la habilidad de los jugadores para elegir la acción más adecuada de la estrategia o de su repertorio personal definen el éxito del equipo. Es bien conocido que los expertos y los jugadores exitosos anticipan mejor que los novatos y los jugadores menos exitosos. Esta anticipación, concretamente la anticipación espacial, es una habilidad psicomotora clave que determina una alta calidad de juego.
Objetivos específicos
• Potenciar las funciones cognoscitivas (atención, memoria, orientación, funciones visuoespaciales, perceptuales y ejecutivas).
• Favorecer la toma de decisiones instantánea y focalizar la atención, inhibiendo aquellos estímulos que puedan ser distractores y desviar su atención en el juego.
• Favorecer un sentimiento de competencia y autoeficacia en el rol jugador desempeñado, repercutiendo así en el funcionamiento general del equipo.
• Mejorar la anticipación y la coordinación.
Las fases del programa de intervención fueron: 1. Evaluación; 2. Intervención por medio de una sesión grupal de media hora semanal en el propio campo de juego y en horario de entrenamiento; 3. Evaluación de resultados.
Las valoraciones habían mejorado. El rendimiento deportivo del equipo en su conjunto fue satisfactorio a nivel general tanto para jugadores, equipo técnico, directiva del club y padres. Los jugadores, técnicos y padres manifestaron su satisfacción con el programa en todo momento.
Nos hacemos estas preguntas para el futuro:
• ¿Tendremos mejores deportistas en el futuro si entrenamos los cerebros de los jugadores?
• ¿Se obtendrán beneficios en otras facetas de su vida a través de este entrenamiento cognitivo-deportivo?
• ¿Sería útil aplicar estas técnicas con niños que presentan dificultades en el aula utilizando una actividad normalizada como es el fútbol u otro deporte?