Tiroiditis postparto. ¿Qué es y cómo detectarlo?


Edurne Bidegain Garbala y Vanesa Antoñana Sáenz. FEA Medicina Interna. Hospital Universitario de Navarra

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La tiroiditis posparto (TPP) es una alteración tiroidea de etiología autoinmune que se presenta de forma característica en mujeres hasta un año después de una gestación o de un aborto.

Se cree que puede afectar hasta el 10-15% de las mujeres embarazadas. El riesgo es mayor si la mujer presenta anticuerpos antitiroideos (anticuerpos anti-TPO) previos al embarazo; si tiene un trastorno inmunológico previo como es la DM tipo 1; si hay antecedentes personales o familiares de enfermedad tiroidea o bien antecedentes médicos de haber sufrido previamente una tiroiditis posparto (las pacientes con un episodio previo de TPP tienen un 70% de probabilidad de desarrollarla nuevamente tras embarazos posteriores).
Durante el embarazo disminuye la actividad del sistema inmunitario materno, mientras que en los 3-12 meses posparto, se produce un rebote inmunológico, pudiendo reactivarse procesos autoinmunes latentes previos o bien aparecer nuevos. En este caso, se produce un aumento de anticuerpos anti-TPO de forma marcada produciendose una inflamación subaguda de la tiroides dado que se infiltra por células (linfocitos) que provocan una destrucción difusa de la misma. Se manifiesta como un bocio difuso no doloroso, acompañado o no de síntomas y cursa típicamente en 3 fases:

1. Fase de tirotoxicosis o hipertiroidismo: Es el resultado de la liberación masiva no regulada de hormonas tiroideas en la circulación sanguínea como consecuencia de daño celular. Es de inicio rápido y duración corta. Se resuelven espontáneamente en 2 o 3 meses. Muchas mujeres están asintomáticas o presentan síntomas discretos y poco específicos. Los síntomas más frecuentes son palpitaciones, fatiga, temblor, intolerancia al calor, pérdida de peso, ansiedad e irritabilidad (se acelera el metabolismo del cuerpo).
2. Fase de hipotiroidismo: En esta fase predomina la hipofunción tras una importante destrucción de la glándula. Clínicamente suele ser más sintomática que la fase de tirotoxicosis. Los síntomas más frecuentes son intolerancia al frío, piel seca, apatía, depresión, pérdida de concentración y mialgias. Entre un 20-40% de las mujeres con TPP desarrollan hipotiroidismo permanente a los 3-12 años (por destrucción permanente glandular).
3. Fase de recuperación: La mayoría de las mujeres presentan una normalización de la función tiroidea al año del posparto.

Existen formas incompletas y puede presentarse como tirotoxicosis o hipotiroidismo aislados. (Ver figura)

Es una patología que habitualmente, no suele precisar tratamiento ya que normalmente presentan un cuadro leve y transitorio.
Muchas veces, estos síntomas pueden confundirse con otros propios del postparto y la lactancia o incluso con una depresión postparto, de ahí que en ocasiones las pacientes tarden tiempo en consultarlo con un médico.
Si existen síntomas de hipertirodismo, se puede pautar un bloqueador beta (por ejemplo, propranolol) para reducir el ritmo de los latidos cardiacos y disminuir el nerviosismo. En el caso de hipotiroidismo muy pronunciado y prolongado, se puede iniciar tratamiento sustitutivo con levotiroxina hasta que se normaliza la función tiroidea. Se aconseja realizar un seguimiento de hormonas tiroideas mediante analíticas de sangre en estas pacientes por el riesgo de recidiva y de hipotiroidismo permanente.
En resumen, es importante la sospecha diagnóstica, ya que se trata de una enfermedad prevalente, con un curso o presentación poco sintomática, una elevada tasa de recurrencias tras embarazos sucesivos y con probabilidad no despreciable de evolución a hipotiroidismo permanente.