La gripe es una enfermedad de carácter anual que afecta de forma epidémica a la población, cada vez se reconoce más la importancia de la transmisión nosocomial de la misma.
Una proporción importante de trabajadores sanitarios se infectan a lo largo del año, especialmente en invierno cuando la incidencia de la enfermedad es mayor. En el 30-60% de ellos la infección es subclínica, lo que probablemente permite al sanitario continuar trabajando mientras es contagioso y actuar como una fuente de infección para sus pacientes y compañeros. Además hasta el 81,8% de los trabajadores que padecen síntomas gripales acuden a trabajar pese a presentarlos, por tanto, resulta evidente que es necesario implementar medidas para conseguir unas correcta cobertura.
El principal método para prevenir la gripe y sus complicaciones graves es la vacunación antigripal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) recomiendan su administración anual en los trabajadores sanitarios.
Con una amplica cobertura vacunal podría reducirse su transmisión y las complicaciones relacionadas con la enfermedad, además de contribuir a reducir los costes sanitarios y las pérdidas en la productividad al reducir el absentismo laboral. La tasa de vacunación entre los médicos y otros sanitarios es baja, a niveles generales las coberturas alcanzadas oscilan entre el 5,8% y el 55% de los sanitarios, cuando el porcentaje de vacunación antigripal por parte de los profesionales sanitarios para generar inmunidad de grupo debería ser de al menos un 80%. A pesar de ello, en España las tasas de vacunación oscilan entre el 22,2% y el 56%, y son inferiores a los objetivos fijados por el Healthy People (EE.UU.): 60% para el año 2010 y 90% para el año 2020.
Varios trabajos sobre la gripe estacionalhan observado que el personal facultativo presentaba coberturas vacunales mayores que las del resto de los estamentos, enfermería inclusive, con la importancia que comporta el hecho de que el personal con mayor contacto directo con el paciente fuera el que menos se vacunara.
Políticas de seguridad
Para mejorar las coberturas vacunales es necesario potenciar tanto el conocimiento en los profesionales como las medidas en el marco de políticas de seguridad, que tengan por objetivo prevenir la enfermedad en los trabajadores sanitarios y evitar la transmisión de ésta a los pacientes. A su vez, es preciso en nuestro medio un debate sobre diversas posibilidades, tales como la obligatoriedad de que los trabajadores se vacunen (que es la estrategia más efectiva para conseguir coberturas vacunales adecuadas. En Estados Unidos existen organizaciones sanitarias que han implementado políticas de vacunación obligatoria frente a la gripe para todos sus trabajadores sanitarios (salvo en caso de contraindicación médica o por motivos religiosos), las cuales les han llevado a conseguir coberturas vacunales superiores al 98%. Otras medidas pueden vincular la vacunación de la gripe a incentivos dentro de las organizaciones, implementar en los centros sanitarios el formulario de declinación de la vacunación, incluir la cobertura vacunal de los trabajadores sanitarios como un indicador de calidad de un centro sanitario, o establecer la necesidad de informar a los pacientes sobre el estado de vacunación de los trabajadores sanitarios que les atienden.
Hemos llevado a cabo un estudio a pequeña escala sobre la vacunación en dos centros de salud urbanos en Zaragoza. A nivel global se vacunan el 50,1% del personal de ambos centros de salud, un 77,7% de los facultativos, un 41.4% del personal de enfermería y un 10% del personal de admisión. En relación al sexo del personal, el 70% de los hombres se vacuna frente al 44% de las mujeres. Cuando hacemos una revisión de la vacunación en los últimos 5 años el 38.2% del personal no se había vacunado nunca y sólo el 33.65% lo había hecho todos los años.
Si analizamos por centros, nos encontramos que el centro de salud que proporciona una promoción activa de la vacunación antigripal mediante correo postal a población de riesgo y que registra unas mayores tasas de vacunación poblacional es el centro de salud con menor tasa de cobertura vacunal. En este centro hasta el 56% del personal no recibió vacuna gripal en la última campaña. El 66,66% de los facultativos encuestados se vacunaron, frente al 37,5% del personal de enfermería y el 0% del personal administrativo.
Queda patente que se necesita intervenir activamente en aumentar la cobertura vacunal, incentivando medidas de captación e información en el personal que forma parte de centros sanitarios.