La vacuna antineumocócica es un preparado con diferentes fragmentos de la bacteria Streptococcus pneumoniae que sirve para prevenir las enfermedades que ésta pueda producir.
¿Para qué sirve?
La vacuna antineumocócica previene la “enfermedad neumocócica”, que engloba las siguientes enfermedades: otitis, sinusitis, neumonía, meningitis y la bacteriemia. Ésta última hace referencia a la infección de la propia sangre, muchas veces secundaria a las anteriores enfermedades listadas.
¿Qué tipo de vacunas hay?
Todas las vacunas contra el neumococo están formadas por polisacaráridos de la bacteria, es decir, fragmentos “no-vivos” del microorganismo incapaces de generar enfermedad, pero sí de generar defensas por parte del propio individuo. Cada vacuna puede proteger frente a varios serotipos o subgrupos de la bacteria.
En la actualidad existen 2 tipos de vacuna antineumocócica: la de polisacáridos puros y la de polisacáridos capsulares relacionados o conjugados a una proteína. Las diferencias entre ellas son varias. La de polisacáridos puros no es eficaz en menores de 2 años, mientras que la de polisacáridos conjugados o vacuna conjugada tiene la capacidad de generar defensas de carácter duradero desde los primeros meses de vida. Además, los últimos estudios relevan que la vacuna conjugada tiene una mayor efectividad para reducir el estado de portador asintomático en nasofaringe de la bacteria y prevenir en mayor medida complicaciones locales como otitis o neumonía.
Actualmente en España, están autorizados 3 vacunas distintas, dos conjugadas y una de polisacáridos puros:
• Vacuna Antineumocócica Conjugada para 10 serotipos (VCN10).
• Vacuna Antineumocócica Conjugada para 13 serotipos (VCN13): considerada la mejor vacuna contra el neumococo en estos momentos.
• Vacuna Polisacárida Neumocócica para 23 serotípos (VPN23).
La VCN10, a pesar de su autorización, ha quedado obsoleta al haber dos vacunas que contienen sus serotipos más otros distintos, con lo que ha sido relegada a un uso marginal en detrimento de la VCN13 y VPN23.
¿Quién y cuándo debe administrarse la vacuna antineumocócica?
En España, ante la transferencia de las competencias sanitarias a cada comunidad autónoma, ha habido años con diferencias significativas entre las mismas. En estos momentos las diferencias en vacunación son mínimas y, concretamente, en lo que respecta a la vacuna antineumocócica, se encuentra homogeneizada en todo el país.
Según las últimas actualizaciones del calendario vacunal, las indicaciones para la vacunación antineumocócica son las siguientes:
INFANCIA: VCN13 en 3 dosis: a los 2, 4 y 11 meses de vida.
ADULTOS: Según las características del paciente, se vacunará con una dosis única de VCN13 o con VCN13+VNP23.
• Vacuna con dosis única de VCN13
• Enfermedad respiratoria crónica (incluye EPOC, asma grave y patología intersticial difusa pulmonar).
• Enfermedad hepática crónica.
• Enfermedad cardiovascular crónica (no incluye hipertensión arterial leve).
• Diabetes mellitus en tratamiento.
• Tabaquismo activo.
• Abuso de alcohol.
• Vacuna con dosis de VCN13 Y VNP23
• ≥ 65 años
• Inmunodeprimidos
• Fistula del líquido cefalorraquídeo (LCR)
• Implantes cocleares
• Ausencia de bazo o bazo no funcional
Cuando se apliquen las dos vacunas deberá administrarse siempre primero la VCN13 y pasadas 8 semanas la VNP23.
Si por cualquier circunstancia se hubiera administrado la VCN23 previamente, es necesario esperar 1 año para poder administrar la VCN13. Si hace más de 5 años que se aplicó la VNP23, se tiene que volver a vacunar con ambas.
Los pacientes que reciban la vacuna por indicaciones patológicas específicas, pueden vacunarse a cualquier edad.
¿Es necesaria la revacunación?
En niños menores de 1 año es suficiente completar las 3 dosis de la primovacunación con VCN13. Entre el año y los 2 años de vida solo son necesarias 2 dosis. A partir de los 2 años y en el adulto es suficiente una única dosis por lo que no es necesario revacunar.
De la VCN23 es necesario revacunar cada 5 años.
¿Son seguras estas vacunas?
Las vacunas frente al neumococo son muy seguras y no producen la enfermedad. Como todo proceso sanitario, entraña unos riesgos, pero este caso son mínimos y poco frecuentes.
Los más habituales son los locales en el lugar de la inyección como dolor, inflamación o enrojecimiento. A nivel sistémico son menos frecuentes, y puede producir fiebre (pudiendo ser elevada en niños), malestar general, somnolencia, irritabilidad, pérdida de apetito, síntomas gastrointestinales (diarrea y vómitos) o dolores musculares y articulares.
¿Cuándo esta contraindicada la administración de estas vacunas?
La principal contraindicación es haber presentado una reacción alérgica grave después de una dosis previa de la misma vacuna, secundaria a un componente de la misma o a cualquier vacuna que contenga toxoide diftérico, en el caso de VNC13.
Además, los pacientes que presenten una enfermedad aguda severa, con o sin fiebre, deben posponer la vacunación hasta la resolución del proceso.
Los cuadros catarrales leves no contraindican la vacunación.