La tosferina es una enfermedad respiratoria muy contagiosa producida por la bacteria “Bordetella Pertussis”. Afecta al aparato respiratorio superior, provocando daño celular mediante la liberación de su toxina. Debuta con síntomas respiratorios menores seguidos de tos, y en su transcurso pueden aparecer complicaciones como neumonía, hipoxia, pérdida de peso, convulsiones, encefalopatía y muerte.
Está ampliamente distribuida en la población. Aunque puede afectar a cualquier edad, es más grave los primeros meses de vida, siendo responsable de una elevada morbilidad y mortalidad en lactantes pequeños. Cerca de la mitad de los bebés menores de 1 año que contraen tosferina necesitan recibir atención médica en un hospital, y 1 de cada 100 bebés que reciben tratamiento en el hospital muere.
A pesar de las altas coberturas de vacunación, se ha observado un incremento de la tosferina desde al año 2010, más marcado en los menores de 1 año de edad y con especial relevancia en los menores de 3 meses.
En respuesta a la situación de aumento de carga de enfermedad de tosferina en España, las sociedades científicas involucradas con las vacunaciones y la atención a mujeres gestantes (AEP, SEMPSPH, AEV, SEGO, SEQ), plantearon, en 2013, la introducción de la estrategia de vacunación en embarazadas, y, en junio de 2015, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSSI) recomendó que las comunidades autónomas (CC. AA.) pusieran en marcha la vacunación de las gestante que se ha ido implantando en todas las comunidades autónomas y las ciudades de Ceuta y Melilla.
Protección al recién nacido
La estrategia de vacunación aprobaba por el Consejo Interterritorial y publicada en la web del Ministerio de Sanidad está dirigida a la protección del recién nacido.
El objetivo es proteger al recién nacido y al lactante en su etapa más vulnerable, los 2 ó 3 primeros meses de vida, cuando aún no ha podido iniciar la pauta propia de vacunación.
Según evidencias recientes, la vacunación en embarazadas es la estrategia más efectiva para la prevención de la tosferina en los niños menores de 3 meses. Para ello, se recomienda vacunar a las embarazadas entre las semanas 27 y 36 de gestación (idealmente entre las 28 y 32 semanas de gestación), indicando la revacunación en cada embarazo, independientemente del tiempo transcurrido entre la última dosis de vacuna del tétanos-difteria(dT) o de dTpa, y de si la mujer ha sido vacunada en embarazo anterior.
La vacunación contra la tosferina durante la última etapa del embarazo aumenta los niveles de anticuerpos maternos que se transfieren al feto a través de la placenta protegiendo de forma pasiva al recién nacido hasta que reciba la primera dosis de vacunación frente a la tosferina a los 2 meses de vida. Esta estrategia de vacunación pretende una doble protección. En primer lugar, evitar que la mujer adquiera la tos ferina y contagie al neonato, y en segundo lugar, la transmisión pasiva transplacentaria de anticuerpos al feto, que lo protegerán hasta que inicie la primovacunación . Se trata de una forma de inmunización que ofrece una doble protección, a la madre y al recién nacido.
En el tercer trimestre de embarazo la vacuna presenta el mejor balance coste-efectividad, con criterios de factibilidad, seguridad y aceptabilidad. Preferentemente entre las semanas 27 y 36 de embarazo. Se puede vacunar con posterioridad, pero no es el momento óptimo ya que los niveles de anticuerpos en adultos alcanzan su punto máximo dos semanas después de la dosis y no da tiempo a que lleguen al feto adecuadamente.
En el caso de que la embarazada nunca se haya vacunado de la tosferina, habrá que valorar completar su calendario de vacunación, coincidiendo una de las vacunas entre las semanas 27 y 36 de embarazo.
Al no estar comercializada una vacuna que sólo incluya los antígenos de la tosferina, la vacuna que se utiliza en embarazadas es la combinada y contiene los antígenos de tétanos, difteria de carga reducida y antígenos pertúsicos de carga reducida (DTPa).
Hay dos vacunas disponibles en España: Boostrix® (GlaxoSmithKline) y Triaxis® (Sanofi Pasteur MSD). Ambos son vacunas dTpa y están indicados para la inmunización activa frente al tétanos, la difteria y la tosferina.
La vacuna no proporciona inmunidad comunitaria
Las personas que padecen la enfermedad no adquieren protección permanente por lo que pueden enfermar varias veces a lo largo de su vida. El haber pasado la tosferina, no excluye a una embarazada la administración de la vacuna. Tampoco haber recibido la vacuna antes de la semana 27.
La vacuna no proporciona inmunidad comunitaria, lo que se conoce como ‘efecto rebaño’, aunque sean muy altas las coberturas de vacunación. Sólo ofrece protección individual a la mujer vacunada.
Se recomienda indicar la vacunación en cada embarazo para transmitir los títulos de anticuerpos más elevados posibles al recién nacido.
Independientemente de que la madre durante el embarazo haya recibido o no la vacuna, el lactante debe recibir en cualquier caso, su primera vacuna del calendario a los 2 meses de edad.
La vacuna de la tosferina en las embarazadas sólo está contraindicada en caso de presentar alergia grave o antecedentes de reacción anafiláctica a una dosis previa de la vacuna, aunque estas situaciones se producen excepcionalmente.
Los efectos secundarios suelen ser leves y poco frecuentes: enrojecimiento e inflamación en el lugar de la inyección, dolor y fiebre ocasional.
La vacuna es segura durante el embarazo. Al ser una vacuna inactivada no puede producir la enfermedad y también protege a la madre frente a la difteria y el tétanos. Es la alternativa más eficaz de protección, pero también se recomienda tener buenos hábitos de higiene en los contactos del recién nacido para prevenir la propagación de enfermedades respiratorias.
Estar al día con las vacunas recomendadas contra la tosferina es la mejor manera de protegerse frente a esta enfermedad.