La incontinencia está definida como la pérdida involuntaria de orina que puede demostrarse de forma objetiva y causa problemas higiénicos y sociales a las personas que lo padecen. Tradicionalmente se ha considerado por parte de las mujeres, casi normal, consecuencia inevitable de los partos y la edad, mas o menos tolerado, con escasa demanda de asistencia médica, quedando como un mal vergonzante y oculto.
En la actualidad la demanda de tratamiento para esta afección está aumentando considerablemente debido a un incremento de la eficacia de los tratamientos y una situación social y cultural que considera intolerable las pérdidas de orina, ya que es una de las situaciones que mas afectan a la calidad de vida de una persona.
Tipos de incontinencia de orina
Las pérdidas de orina pueden ser de varios tipos cada uno de ellos con su manejo específico, pero fundamentalmente son de dos tipos. Incontinencia de esfuerzo; es la incontinencia que se produce al realizar algún esfuerzo físico que implique aumento de la presión abdominal, tales como toser, reír, saltar, correr, bailar e incluso simplemente andar, pero que no se producen en reposo.
Lo que ocurre en este tipo de incontinencia se debe a que el suelo de la pelvis está formado por un conjunto muscular y un tendón que lo cierra, con tres hiatos , la uretra, la vagina y el recto. Si este músculo y tendón están débiles, al subir la presión en el abdomen con la tos, por ejemplo, ceden, con lo que la vejiga y la uretra descienden, esta se abre y se produce la pérdida de orina.
Las causas son varias, primero los partos, por lesión de los músculos y nervios durante la fase de expulsión. La edad, con una menor capacidad de sostén por parte del tejido conectivo (las cosas se caen). La menopausia con disminución de los niveles estrógenos que provoca una atrofia de todo el área genital.
La bipedestación, o sea el ir de pie, somos el único animal que está erguido eso provoca que , la presión abdominal se transmita hacia el periné en vez de hacia el abdomen, por eso tambien mujeres jóvenes, sin partos pueden tener pérdidas de orina con los esfuerzos.
Incontinencia por urgencia; es la pérdida de orina no relacionada con esfuerzos y puede ir precedida de un deseo miccional muy agudo que no se pude controlar , que no da tiempo a llegar al baño, o bien de una pérdida repentina de orina sin deseo miccional previo. Este tipo de incontinencia puede ir acompañada de un aumento de la frecuencia, que obliga a orinar muy a menudo.
Es debido a un mal funcionamiento de la vejiga, en el primer caso y en el de las pérdidas repentinas lo que ocurre es que la vejiga se contrae ella sola sin que nosotros hayamos decidido orinar, como ocurre en los niños pequeños. En este caso lo que falla es el control neurológico de la vejiga, control muy complejo y mal conocido en el que forman parte, el cerebro, la médula, y los nervios del suelo pélvico. En otros casos lo que sucede es que la vejiga ha disminuido de capacidad porque está muy “irritada”, debido a infecciones, tumores, piedras, aunque lo más habitual es que sea por una inflamación crónica de origen desconocido, llamada cistitis intersticial, y esta irritación le obliga a vaciarse continuamente con urgencia e incluso con pérdidas.
Las causas de este tipo de incontinencia suele ser desconocida en muchos casos, una vez descartadas las causas conocidas, como obstrucciones al vaciado vesical, infecciones, tumores, piedras y enfermedades neurológicas o que provocan afectación neurológica, se etiquetan de vejiga hiperactiva de origen desconocido.
Incontinencia mixta: Se llama así cuando hay una combinación de ambas formas de incontinencia descritas anteriormente, en estos casos concurren varios factores juntos, y es necesario valorar cuál es el más importante y afecta más a la calidad de vida del paciente.
Incontinencia por rebosamiento: se produce en aquellos pacientes, generalmente varones prostáticos, que están obstruidos, es decir, retienen gran cantidad de orina en la vejiga después de orinar y por tanto están siempre con la vejiga llena, aunque ellos no lo noten. A pesar de orinar pierden orina igual que cuando una presa que está llena se sobra. Son pacientes que orinan pero que en realidad están en retención.
Diagnóstico de la incontinencia urinaria
La principal herramienta para el diagnóstico es la historia clínica, es decir, el interrogatorio al paciente, ya que con él podemos saber si los escapes se asocian a esfuerzos o si por el contrario se producen por escapes repentinos sin esfuerzos o porque cuando sentimos el deseo de orinar, si no llegamos de inmediato al baño, nos orinamos.
Tras el interrogatorio el médico explorará a la paciente. Con la vejiga llena se colocará en posición ginecológica, es decir, como para dar a luz, le hará toser y observará si la vejiga y uretra descienden y se pierde orina Si es así, puede comprobar que al sujetar con los dedos la uretra ya no se producen escapes con la tos, cuando la historia clínica es de incontinencia de esfuerzo pura no hace falta ninguna prueba adicional, pero si es por urgencia o mixta necesitaremos un prueba llamada urodinamia.
Urodinamia: es una prueba que consiste en introducir una sonda en la vejiga con dos canales, uno para introducir líquido y otro para medir presiones, mediremos la cantidad de líquido que cabe en una vejiga y los cambios en las presiones que se producen. Nos sirve para demostrar si una vejiga está irritada y si tiene contracciones que el paciente no desea.
Medidas de prevención
Una vez que sabemos cuales son las causas de la aparición de la incontinencia, podremos deducir como intentar prevenirlas.
En primer lugar hay que intentar proteger el suelo de la pelvis pues, como hemos visto, su debilidad provoca la incontinencia por esfuerzo y favorece la urgencia.
Si se practican deportes con cierta intensidad, que supongan aumento de la presión intraabdominal, fundamentalmente con saltos y carrera, hay que acordarse de incluir siempre en el entrenamiento ejercicios que fortalezcan el suelo pélvico.
Durante el embarazo: el aumento de peso intraabdominal y la sobre distensión, ejerce presión en el periné, así que es conveniente en los ejercicios preparto, no olvidarlo.
El posparto: El parto conlleva una importante agresión, sobre el suelo de la pelvis, con sobre distensión y desgarros, y es el factor mas importante en la aparición de la incontinencia, así que tras el parto, mas importante que la recuperación de la figura, haciendo abdominales, es la recuperación correcta del músculo que cierra y sujeta el suelo pélvico.
Ejercicios del suelo pélvico. Lo problemático es la localización del músculo. Es el músculo que contraemos cuando intentamos aguantar las ganas de defecar u orinar, pero sin apretar las piernas, la manera de localizarlo, es introducir dos dedos en la vagina, e intentar hacer fuerza para aguantar las ganas de orinar, notaremos que se contrae contra nuestros dedos un músculo, ya que rodea todo el introito vaginal.
Hay muchas pautas posibles, pero la más habitual, es tumbada boca a arriba con los pies en el suelo, hacer dos tandas de contracciones. La primera: contraer durante 10 segundos y relajar 10 segundos, hacerlo 12 veces.
La segunda: contraer 3 segundos y relajar 3 segundos, igualmente 12 veces.
El agua. Es muy frecuente que los pacientes incontinentes, no beban agua, para no producir orina, parece razonable, pero hay que beber agua para mantener una buena salud, y además si se bebe poco puede aparecer estreñimiento, que provoca incontinencia por urgencia, y la orina al ser poca, estar muy concentrada, lo cual “irrita” la vejiga, así que hay que beber al menos un litro al día, eso si distribuido a lo largo de todo el día.
Alimentación. Frutas, verduras y agua, como norma general, hay que tener una alimentación variada, pero en relación con la incontinencia, es conveniente, prevenir el estreñimiento, por lo que es necesario el consumo de frutas y verduras, así como de agua.
Café, te, chocolate y estimulantes. En los casos de incontinencia por urgencia, es necesario el suprimir todo aquello que estimule a la vejiga, lo mas característico y habitual es el café, por su doble función de diurético y estimulante vesical, también el te, el chocolate y estimulantes en general.
La obesidad, es un factor negativo, derivado de un aumento de presión intraabdominal, por un mayor peso, y una disminución de la movilidad de las pacientes, con una disminución de tono muscular general.
Relaciones sexuales. Las relaciones sexuales traumáticas son perjudiciales, por traumatismo contra el periné, pero unas relaciones sexuales satisfactorias, con orgasmo, provocan una intensa contracción del suelo pélvico, con una gran mejora en su capacidad contráctil, por lo que unas relaciones, frecuentes y satisfactorias son favorecedoras.
Tratamiento
En primer lugar hay que tener presente que en la actualidad la incontinencia de orina es curable en muchos casos y casi siempre mejorable. En la incontinencia de esfuerzo, si el fallo es que la uretra desciende con los esfuerzos, el tratamiento es rehabilitar el músculo para que sujete la uretra o bien sujetarla con algo.
La rehabilitación es eficaz en pacientes que no tienen muy afectado el músculo y que van a ser constantes en los ejercicios de rehabilitación muscular.
La cirugía se ha simplificado mucho, consiste en colocar una malla debajo de la uretra para impedir que descienda, hoy en día, se trata de una cirugía ambulatoria, con un 85% de éxito.
En la incontinencia por urgencia, una vez descartadas las patologías susceptibles de tratamiento específico, en la mayoría de los casos el tratamiento irá orientado a conseguir una mejoría de los síntomas y por tanto de la calidad de vida.
En todos los casos es conveniente adquirir hábitos de micciones regulares, y programadas, cada dos horas por ejemplo siempre a las mismas horas, para “acostumbrar” a la vejiga. En pacientes mayores o con dificultad de movimientos pueden requerir ayuda sistemática.
También es necesario la revisión de la medicación que pueda estarse tomando, ya que muchos medicamentos afectan a la función vesical. Anticolinérgicos; son medicamentos que disminuyen la contracción de la vejiga, son de eficacia limitada pero puede ser suficiente.
Sobre distensión vesical, bajo anestesia se distiende la vejiga para intentar aumentar su capacidad, eficaz en casos de vejiga irritada, requiere repetir el procedimiento cada año.
Inyecciones intravesicales con botox; la toxina botulínica provoca una parálisis del músculo con lo que disminuyen mucho sus contracciones, muy eficaz, pero es necesario repetir cada 8 meses o un año.
Neuromodulación; es la colocación de una especie de marcapasos en el nervio que va a la vejiga, eficaz en casos muy seleccionados. Es necesario insistir en que la incontinencia, es curable en muchos casos y si no, al menos mejorable, y que de ninguna manera debe ser 34 tolerada como algo inevitable.