Es muy difícil añadir algo nuevo en el mundo de la Prevención de la Cardiopatía Isquémica. Creo que tenemos la información necesaria y existen Campañas permanentes por parte de las Administraciones y la Sanidad que indican el camino correcto y las pautas a seguir. Pero intentaremos hacer un breve resumen de fácil comprensión para ese público que todavía tiene sus pequeñas dudas.
El secreto reside en autoevaluarse y reconocer los Factores de Riesgo personales e individuales. Hacemos un repaso: Tabaco, Hipertensión arterial, Hipercolesterolemia, Diabetes, Obesidad, Sedentarismo, Stress, Genética, etc. Son los ya muy conocidos y cada uno debe saber con cuales convive y debe intentar conocer como combatirlos, individual o colectivamente. Desde luego, sabemos que hay un aspecto fundamental en la Prevención, la Vida Sana, que se divide a su vez en dos complementarios: Ejercicio y Dieta. El ejercicio no es necesariamente “deporte de competición“ ni la dieta “pasar hambre”, sino hacer las cosas con lógica y en la medida de cada posibilidad personal. Hay factores de riesgo que no podemos modificar, como la edad y la carga génetica, pero los otros son todos susceptibles de control, mejora e incluso anulación. Controlando la ingesta de calorias y gastando más podemos bajar el peso, lo que indirectamente reducirá la presión arterial, las cifras de colesterol y mejorará el control glicémico. Del mismo modo, con voluntad, podemos dejar de fumar y esto actúa directamente contra el más corrosivo de los factores que provocan las enfermedades cardiovasculares.
Pruebas complementarias
Además de ordenar los hábitos saludables debemos de consultar a nuestro médico habitual sobre nuestro estado de salud, la conveniencia o no de valoraciones o pruebas complementarias (analítica de sangre, electrocardiograma, tensión arterial ) e incluso de la necesidad e importancia de una Prueba de Esfuerzo, decisiva para valorar el estado cardiovascular y descartar situaciones de arrítmias e isquemias miocárdicas silentes. Si es importante en los deportistas profesionales este tipo de pruebas cuanto más lo será en la población de cierta edad que ha estado sometido a uno o varios factores de riesgo durante parte de su vida. En nuestra opinión es fundamental esta serie de valoraciones antes de comenzar un programa deportivo con garantías de éxito.
Si a pesar de toda la prevención e información nos vemos sorprendidos por un infarto de miocardio no debemos permitir que eso cambie nuestra vida sino aprovechar la situación para reconducir las cosas, y junto a la medicación, tan imprescindible en el tratamiento, poner en marcha lo que estamos aconsejando desde el principio, control de factores, dieta apropiada y ejercicio, sobre todo de tipo aeróbico, y siempre adaptado a nuestra capacidad funcional y supervisado periódicamente por los profesionales.
Si algunas enfermedades son agradecidas a los cuidados individuales son las cardiovasculares, donde una actitud positiva y preventiva va a mejorar y mantener de forma significativa la salud física y mental del paciente, consiguiendo en muchos casos mejor calidad de vida que antes del evento sufrido.
Tenemos la información y la posibilidad, así que no hay excusas para hacer algunos pequeños cambios en nuestra vida que garanticen una buena salud cardiovascular y nos permita disfrutar de la maravillosa oportunidad de aprovechar al máximo cada día.