Alimentación en la edad infantil


Rosario Ezcurra Irure. Dietista-Nutricionista. Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionista de Navarra.

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En la infancia se definen cuatro diferentes etapas: lactancia, de 1 a 3 años, preescolar y escolar. Cada una de ellas tiene características propias y diferenciadas. Sin embargo, desde el punto de vista nutricional, tienen en común unos requerimientos elevados debido al crecimiento físico y al desarrollo psicomotriz propios de esta edad.

El proceso de aprendizaje de los hábitos alimentarios es especialmente importante durante los primeros años de vida ya que, además de facilitar un buen estado nutricional y un crecimiento óptimo, ayudará a consolidar la adquisición de hábitos saludables para la edad adulta.

Lactancia

Es el periodo que transcurre desde el nacimiento hasta los 12 meses. En esta etapa las necesidades energéticas, comparadas con las de un adulto por kg de peso, casi se triplican.

La Organización Mundial de la Salud recomienda, siempre que sea posible, la leche materna como el mejor alimento de forma exclusiva hasta los 6 meses de vida ya que, además de adaptarse perfectamente a las necesidades del bebé, crea un mayor vínculo afectivo con su madre.

Además, existen otros beneficios. Para el bebé: protección inmunológica, aportación de nutrientes en cantidad y proporción adecuada y de factores de estimulación del crecimiento, seguridad e higiene en las tomas, regulación del apetito y prevención de enfermedades infantiles y de la edad adulta. Para la madre: recuperación más fácil del peso previo al embarazo, disminución del riesgo de cáncer de ovario y mama, así como de osteoporosis y anemia, etc.

En caso de que la lactancia materna no sea posible o sea insuficiente se optará por la lactancia artificial mediante fórmulas infantiles, de inicio hasta los 4-6 meses y de continuación a partir de esta edad.

A partir de aproximadamente los seis meses, y manteniendo si es posible la lactancia materna, se han de incorporar nuevos alimentos hasta conseguir que el niño tenga una alimentación lo más parecida a la de un adulto. Es lo que se denomina el proceso de diversificación alimentaria.

La incorporación de nuevos alimentos no sigue un esquema fijo, ya que depende de las características, necesidades y tolerancia del bebé. La introducción de alimentos sólidos debe ser gradual tanto en cantidad como en variedad, respetando un intervalo de, como mínimo una semana, para comprobar su tolerancia y facilitar al niño o niña la aceptación del nuevo alimento. En este sentido, la OMS considera que la introducción tardía sólo debe realizarse en alimentos potencialmente alergénicos como: clara de huevo, frutos rojos, melocotón, pescados y leche de vaca o cuando la textura del mismo pueda producir problemas de atragantamiento o asfixia.

Desde el momento en que el lactante aprende a tomar líquidos en un vaso y a comer con cuchara se le animará a utilizarla, en lugar del biberón. Inicialmente, se ofrecerá el alimento triturado, luego machacado o en trocitos pequeños.

Para favorecer la aceptación, es conveniente ofrecer distintos tipos de alimentos y preparaciones, sin forzar a comer puesto que el niño tiene (salvo enfermedad o indicación del equipo de pediatría) la capacidad de autorregularse según sus necesidades.

Como orientación se puede describir el siguiente calendario:

  • De 0-6 Meses
    Alimento: Lactancia materna exclusiva.
    Características: Lactancia artificial, si la materna no es posible con fórmula de inicio y, posteriormente, de continuación.
  • 6 Meses
    Alimento: Cereales, frutas, verduras y hortalizas
    Características: Cereales en cena y/o desayuno. Frutas trituradas en merienda. Comenzar con naranja, manzana, pera y plátano. Comenzar con patata, judía verde, calabacín y zanahoria en puré en la comida. Preparar en el momento de consumo con poca agua y sin sal. Añadir una cucharada de aceite de oliva virgen en el momento de servir.
  • 7-8 Meses
    Alimento: Carnes magras
    Características: Incluirlas en el puré de verdura de mediodía. Cocida o al vapor. Comenzar con pollo, pavo, ternera magra, conejo.
  • 8-10 Meses
    Alimento: Pescado blanco
    Características: Incluirlo en el puré verdura de mediodía dos veces por semana. Cocido o al vapor. Comenzar con pescado blanco. Si el niño tiene antecedentes de alergia esperar hasta los 12 meses.
  • 11 Meses
    Alimento: Yema de huevo
    Características: Incluirla cocida en el puré de verdura de mediodía dos veces por semana.
  • 12 Meses
    Alimento: Legumbre
    Características: Incluirla cocida en el puré de verdura de mediodía dos veces por semana. Comenzar con lentejas.
  • 12 Meses
    Alimento: Huevo entero
    Características: Incluirlo en forma de tortilla de 1 unidad para la cena, dos veces por semana. Alimentación en la edad infantil Rosario Ezcurra Irure Dietista-Nutricionista. Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionista de Navarra

Alimentación del niño/a de 1 a 3 años

Esta es la etapa crucial para adquirir hábitos alimentarios. El aparato digestivo y las funciones metabólicas han alcanzado la madurez por lo que, al final de este periodo, el niño debería masticar con normalidad y su dieta incorporar todo tipo de alimentos con su textura propia.

Este periodo se caracteriza por una menor velocidad de crecimiento comparado con el lactante, lo que conlleva una disminución en las necesidades energéticas y nutricionales y esto se traduce en un menor apetito. Esto debe ser aceptado con normalidad en el entorno del niño. Él tiene la capacidad de autorregular su ingesta, por lo que, si se le fuerza se puede producir una situación de rechazo.

La mejor forma de aprendizaje es la observación, imitación y repetición. Por ello, se debe incorporar lo antes posible a la mesa familiar, procurando establecer un ambiente agradable y de diálogo y evitar distracciones como la televisión, juegos, etc. El niño o niña debe aprender a disfrutar de la comida sin preferencias alimentarias que desplacen el consumo de alimentos; debe aprender que hay que tomar alimentos que gustan menos.

Si el niño o niña se queda a comer en la escuela infantil es necesario conocer el menú para complementar la dieta con la cena en casa.

Los objetivos de esta etapa deben ser: mantener un adecuado estado nutricional, crecimiento y desarrollo, con una adaptación progresiva a la dieta del adulto aprendiendo a disfrutar de la comida.

La estructura de una comida convencional debe componerse de:

Primer plato: Generalmente a base de arroz, pasta, verduras con patata, ensalada, legumbre en puré. El valor nutritivo de este primer plato es principalmente a partir de hidratos de carbono complejos.

Segundo plato: Carne magra, jamón, fiambre de pavo, pescado o huevo. Debe presentarse en cantidades moderadas (el hambre no debe saciarse a base de proteínas). Pueden acompañarse de una guarnición de ensalada o verduras o patatas (asadas, cocidas o en puré, no siempre fritas). Conviene incluir bastante pescado (blanco y azul) y huevos.

Postre: Lo mejor es incluir fruta y alternar con lácteos sencillos (yogur, queso magro, etc.)

Cuidar la cantidad y calidad de grasa de la dieta, controlando su aporte. Preferir aceite de oliva virgen para cocinar y aliñar, consumir con mayor frecuencia pescado que carne y evitar el consumo excesivo de productos industriales como bollería, platos preparados, postres industriales, etc.

Realizar cinco comidas diarias, respetar los horarios y evitar el “picoteo”.

En definitiva, los niños aprenden de lo que ven hacer a los adultos, por lo que, la mejor escuela es que en casa la familia realice una alimentación correcta y adecuada y ponga en práctica unos hábitos de vida saludables, de esta forma el niño sólo tendrá que imitar lo que ve.