El peso del niño que practica deporte se vuelve, en ocasiones, una de las variables más importantes a la hora de mejorar el rendimiento deportivo. Al menos así es percibido por los entrenadores y por los propios deportistas. Las estrategias con respecto al peso y el deporte de alta competición pueden ser de ganancia o pérdida de peso, dependiendo del tipo de deporte. En ambas situaciones se recurre a intervenciones nutricionales sobre el niño o niña deportista de forma intensa y en ocasiones poco saludable. El organismo del niño necesita seguir recibiendo suficientes nutrientes para continuar con su proceso de crecimiento y este se puede afectar en caso de que se opte por dietas restrictivas.
Estrategias para perder peso
Hay dos formas de perder peso básicas, una AGUDA mediante perdida de fluidos provocando una especie de deshidratación tolerada y actuando sobre todo tipo de fluidos (sudor, orina, heces,…) y otra CRÓNICA que persigue una perdida de tejido magro y graso. La elección de uno u otro tipo de pérdida ponderal va a depender del tipo de deporte que se practica. La forma aguda de perder peso es muy frecuente en deportes cuya competición se desarrolla por categorías de pesos (judo, kárate, taekwondo,…) y en los que se alcanza el peso en los últimos días/horas mediante una deshidratación voluntaria. Un estado de hipohidratación disminuye el rendimiento físico de forma significativa, igual que sucede con la disminución de las reservas musculares de glucógeno o con la hipoglucemia. Aunque todavía existe contradicciones sobre el tema se sabe que un estado de hipohidratación que conlleva una pérdida de un 3-4% del peso corporal se acompaña de una pérdida de un 2% de la fuerza, de un 3% de la potencia muscular y de un 10% de la resistencia aeróbica. Para la rehidratación el período que transcurre desde el pesaje hasta el comienzo de la competición es muy variable (generalmente de 1 a 24 horas) y determinante para la recuperación plena de la condición física. Se considera un tiempo de unas 5 horas para recuperar la condición física perdida por una situación de hipohidratación moderada, como cuando un joven ha tenido que perder uno o dos kilos en las últimas 24-48 horas. En ocasiones estas prácticas han resultado peligrosas para la salud y actualmente hay normas de protección a este respecto, indicando el peso ideal para la altura del deportista y otros consejos relacionados con el peso y la actividad deportiva.
La pérdida de peso puede llevar a una situación metabólica de riesgo. No se aconseja perder más del 1,5% por semana y en cualquier caso hacerlo bajo la supervisión estricta de un nutricionista para cubrir todas las necesidades. Hay que tener en cuenta que para una pérdida de medio kilo es necesario reducir la ingesta calórica en 3500 kcal en una semana. Y la restricción calórica suele ir acompañada de baja ingesta de Vitaminas, Hierro y otros elementos cuya falta puede resultar perjudicial para la salud.
En nuestro medio y por los mensajes estéticos propios de nuestra sociedad es posible que en ocasiones cuadros de control de peso dentro de un objetivo de mejora del rendimiento deportivo, puedan acabar en auténticos trastornos de la conducta alimentaria que se instauran de forma permanente en el modelo conductual del niño. Se han descrito por varios autores la implicación de diversas pautas de control o pérdida de peso en algunas disciplinas deportivas que pueden ocasionar finalmente en el niño o niña un trastorno de la conducta alimentaria tipo anorexia nerviosa o bulimia.
Estrategias para ganar peso
También es posible que el objetivo del deportista sea al contrario GANAR PESO. Este tipo de actitud se da en deportes de contacto ( Rugby, fútbol, pesas,…) y su objetivo es el aumento de masa magra del individuo.
Para conseguir esto es necesario presencia de hormonas anabólicas, entrenamiento específico, ingesta adecuada de carbohidratos para minimizar el catabolismo de los músculos e ingesta suficiente de proteínas. La ganancia de peso se puede garantizar con un aumento de la ingesta calórica de 300-400 Kcal. /día , con 1,5-1,8 g/ kg de proteína. Estrategias más agresivas en este sentido llevan muchas veces a un aumento de la masa grasa. También se utiliza como estrategia para aumentar la masa muscular y el peso el consumo de ciertos suplementos nutricionales (Aminoácidos, Vitaminas, Minerales).
El consumo generalizado y sin control de suplementos de aminoácidos o dietas hiperproteicas no es aconsejable en la edad pediátrica y puede conllevar riesgos para la salud. A pesar de ello en Estados Unidos, se ha demostrado a través de encuestas que hasta un 74 % de adolescentes deportistas usan suplementos dietéticos (Vitaminas y Minerales) y que entre un 5-20% utilizan suplementación con proteínas.
En general la suplementación con proteína no ha demostrado un aumento en el rendimiento de los deportistas. Los beneficios de la creatina han sido descritos para situaciones especiales, ante algún tipo específico de deporte y al parecer la duración del beneficio dura 30 segundos lo cual reduce su indicación para actividad deportiva con esa duración. A pesar de su poca utilidad es muy utilizada y, sin embargo, tenemos que recordar que a través de diversos alimentos se puede claramente aumentar la ingesta de creatina y su concentración en el músculo. La ternera, el pollo y el pescado aportan de 2 a 5 g de creatina por 500 gr. La suplementación con creatina tiene sus riesgos y deber ser controlada por un nutricionista en caso de estar aconsejado. Se ha descrito la suplementación para la actividad deportiva de diversos Aminoácidos como: glutamina, ramificados, carnitina y arginina sin ninguna conclusión evidente y en el momento actual no se aconsejan por su capacidad para interferir en la absorción de otros aminoácidos esenciales. En el modelo alimentario actual de nuestra sociedad la ingesta de proteínas supera con creces las necesidades del niño, incluso en situaciones de deportes con necesidades de reposición proteica por sus características.
La utilización de barritas energéticas, con una gran densidad calórica, grandes cantidades de proteínas y vitaminas, no parecen reportar ningún beneficio y en todo caso se han asociado en ocasiones al aumento de la masa grasa.
Consejos finales
La característica principal y diferenciadora que tiene el deporte en la infancia es que el niño es un organismo en crecimiento y tenemos que preservar esta condición.
El niño debe contemplar la práctica deportiva como un complemento en su proceso educativo y tiene que evitar conductas que puedan ser peligrosas para su salud. Tanto perder como ganar peso de forma descontrolada puede resultar una mala inversión en salud. En cualquier caso cualquier decisión que relacione el peso ideal con el deporte tiene que ser supervisada por un profesional que tenga en cuanta la globalidad de la salud del niño y cual puede ser el peso ideal para la talla del niño sin forzar situaciones límite que puedan perjudicar su salud.