La osteocondritis disecante se define como una necrosis que afecta al hueso y cartílago de las articulaciones. Se localiza en un segmento del tejido óseo adyacente a la articulación de modo que se produce una separación de éste junto con el cartílago articular. El fragmento articular puede no consolidar correctamente resultando un fragmento libre que puede desembocar en artrosis prematura.
Ocurre con mayor frecuencia en la rodilla, el codo o el tobillo del niño en edad escolar o adolescente. Suele cursar con dolor que empeora con el ejercicio. Puede haber crepitación, contractura o bloqueo de la articulación en casos evolucionados, especialmente si hay un fragmento de hueso o cartílago suelto en la articulación.
La causa es muchas veces desconocida. Las etiologías propuestas incluyen microtraumatismos repetitivos, insuficiencia vascular en torno al cartílago, isquemia local después de una lesión focal y predisposición genética. El tipo juvenil se asocia con un alto nivel de actividad en niños y adolescentes en edad escolar, lo que favorece el trauma repetitivo como mecanismo principal. Con el traumatismo inicial se desarrolla un área focal de necrosis y colapso del hueso que puede conducir a un daño del cartílago. A medida que avanza la lesión, las áreas de desmineralización y las fuerzas de carga repetidas provocan el desprendimiento del tejido adyacente. También puede desarrollarse después de una lesión aislada, por ejemplo la inversión del tobillo o un golpe directo en la rodilla o el codo.
Las radiografías simples con frecuencia son diagnósticas, aunque la resonancia magnética suele ser necesaria para estudiar con más profundidad la lesión.
Tratamiento inicial
El tratamiento inicial consiste en reposo, antiinflamatorios no esteroideos, evitar actividades deportivas y fisioterapia. De inicio se suele recomendar inmovilización y descarga de la extremidad durante un periodo de 4 a 6 semanas. Antes de volver a realizar deporte, el paciente debe estar libre de dolor, recuperar el rango de movimiento activo completo y la fuerza perdida.
La necesidad de derivación a un especialista en Cirugía Ortopédica depende principalmente de la madurez esquelética del paciente, el tamaño y la estabilidad de la lesión y la articulación afectada. En niños y adolescentes con lesiones estables con frecuencia obtienen buenos resultados con el tratamiento conservador. En cambio, si la lesión es grande o afecta a pacientes de mayor edad suelen requerir cirugía.
Existen múltiples técnicas quirúrgicas para este problema. Para lesiones estables y de pequeño tamaño la perforación artroscópica, la fijación con tornillos metálicos o las microfracturas son los tratamientos indicados. Si la lesión es más grande o inestable se podría realizar autotrasplante de condrocitos previamente cultivados, el injerto osteocondral proveniente de otra zona articular o el trasplante osteocondral de un donante.
Los pacientes con curación completa presentan una recuperación completa de la función articular. Esto es más frecuente en pacientes jóvenes con lesiones estables de la rodilla o el codo. Por el contrario, pacientes adultos con lesiones inestables tienen peores resultados y aproximadamente la mitad tendrán dolor crónico, síntomas mecánicos y artrosis.
AUTORES
Eduardo González Buesa, Alberto Hernández Fernández y Cristina Usón Arque. Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital de Barbastro.
Cristina Latre Saso. Anestesiología y Reanimación. Hospital de Barbastro.
Clara Bibián Getino. Servicio de Geriatría. Hospital de Barbastro.
Ignacio Puyuelo Jarne. Cirugía Ortopédica y Traumatología, Fundación Hospital Calahorra