Enfermería en una unidad de insuficiencia cardíaca


Adriana Martínez Sarría. Enfermera. Hospital Reina Sofía. Tudela

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El término insuficiencia cardíaca hace referencia a una afección en la que el corazón no está cumpliendo adecuadamente con su función como “bomba”. En consecuencia, el resto del organismo no es capaz de recibir sangre rica en oxígeno, y muchas veces, el líquido que el corazón no es capaz de eyectar se acumula dando lugar a numerosos signos y síntomas que se comentarán más adelante.

Esta problemática es, en la mayoría de los casos, un proceso crónico de años de evolución, sin embargo, también puede originarse de forma aguda.

Principales causas de insuficiencia cardíaca

El infarto agudo de miocardio, las enfermedades del músculo del corazón (miocardiopatías), los problemas en las válvulas cardíacas e incluso algunas arritmias pueden desencadenar la insuficiencia cardíaca.

¿Qué signos se objetivan y que síntomas experimentan estos pacientes?

Cansancio anormal con esfuerzos que anteriormente se realizaban sin dificultades, sensación de falta de aire con el ejercicio o sensación de ahogo al estar tumbado que impide el descanso, tos seca, falta de apetito y rápida sensación de plenitud e hinchazón de piernas/tobillos/abdomen, entre otros.

¿Por qué es importante el seguimiento por parte de enfermería para estos pacientes?

Es imprescindible que las unidades de insuficiencia cardíaca cuenten con profesionales de enfermería formados en ello, pues de esta manera los pacientes recibirán una atención mucho más segura y estrecha siempre que lo necesiten.
Las enfermeras de insuficiencia cardíaca son las responsables de, mediante las visitas, impartir educación a estos pacientes sobre medidas higiénico-dietéticas para su día a día como la importancia de una dieta baja en sal, el mantenimiento de un peso adecuado, o el control de la ingesta de líquidos.
Además, las enfermeras vigilan estrechamente la aparición de complicaciones y forman a los pacientes y familiares para que sean capaces de detectar los signos y síntomas de alerta más frecuentes, lo que contribuye a disminuir no sólo la ansiedad de los pacientes sino también el número de visitas e ingresos hospitalarios. Por otro lado, comprueban continuamente la adecuada toma de medicación por parte del paciente e incluso, bajo supervisión médica, ajustan los tratamientos ya pautados.
Para que el pronóstico de la insuficiencia cardíaca sea positivo es necesario que estos pacientes reciban no sólo un adecuado tratamiento sino también un estrecho seguimiento de su proceso. La combinación de estos dos contribuirá a que la progresión se retrase, la calidad de vida se vea mejorada y la capacidad de esfuerzo del paciente aumentada.