La infección por el hongo Cándida es la segunda infección vaginal más frecuente después de la vaginosis bacteriana, siendo la especie responsable del 90-95% de las infecciones la Cándida Albicans.
Especies de Cándida se han detectado en la microbiota vaginal en un 10-20% de mujeres sanas en edad reproductiva.
Entre los factores predisponentes se encuentran:
- El embarazo.
- El uso de antibióticos de amplio espectro.
- La diabetes mellitus y otras alteraciones metabólicas.
- La inmunosupresión.
- El debut de la actividad sexual (se observa un aumento de la incidencia en los primeros años de actividad sexual, no relacionado con el número de parejas sexuales).
- El uso de anticonceptivos hormonales en altas dosis.
- La predisposición familiar.
Entre las manifestaciones clínicas encontramos:
- Prurito vulvar (síntoma más frecuente, aparece en el 90% de mujeres).
- Quemazón, principalmente tras la micción.
- Dolor en las relaciones sexuales.
- Mucosa vaginal o vulvar eritematosa.
- Cambios en el flujo que, aunque no es frecuente, aparece como un flujo blanco grumoso. Su ausencia no descarta la presencia de candidiasis.
- Lesiones cutáneas en vulva o periné.
Ninguno de los síntomas son exclusivos de vulvovaginitis candidiásica por lo que su diagnóstico no puede basarse únicamente en la clínica. Además, únicamente la presencia de Cándida en la vagina no implica el diagnóstico de candidiasis vulvovaginal, ya que forma parte de la microbiota vaginal.
Es por ello que su diagnóstico se basa en la combinación de la presencia de clínica sugestiva y en la confirmación de la presencia de hifas.
Tratamiento
El tratamiento de la vulvovaginitis candidiásica depende la intensidad de los síntomas de la paciente, así como de la especie de Cándida. Siendo necesario en toda mujer sintomática.
En caso de candidiasis no complicada el tratamiento se basa en antifúngicos tópicos (vulgares y vaginales) o bien en antifúngicos orales (siendo igual de efectivos que los tópicos).
En caso de embarazo está recomendado el uso de antifúngicos tópicos por encima de los orales.
Puede ser recomendable la administración de Lactobacillus vía vaginal para evitar recurrencias en pacientes seleccionadas.
La vulvovaginitis candidiásica no se considera una enfermedad de transmisión sexual, por lo que no está justificado el estudio y tratamiento de la pareja de la mujer con vulvovaginitis candidiásica, únicamente en caso de presencia de síntomas o de resistencia al tratamiento.