Abordaje y manejo de la fragilidad


Tamara Montesinos Escartín y Clara Playan Bosque. Enfermeras Familiar y Comunitaria. CS. Valdespartera-Montecanal

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El envejecimiento poblacional y el aumento de longevidad suponen gran reto para la transformación de los sistemas sanitarios ante nuevas necesidades poblacionales.

La fragilidad es un síndrome de elevada prevalencia y consecuencias potencialmente relevantes tanto a nivel individual como de utilización de recursos sanitarios y sociales. Se define como un deterioro progresivo relacionado con la edad de los sistemas fisiológicos que provoca una disminución de las reservas de la capacidad intrínseca, lo que confiere una mayor vulnerabilidad a los factores de estrés y aumenta el riesgo de una serie de resultados sanitarios adversos. Se considera el mejor predictor de eventos adversos, como son las caídas, hospitalizaciones, comorbilidades y exitus. La prevalencia aumenta de manera exponencial a medida que se envejece y es más frecuente en mujeres que en hombres, con una ratio aproximado de 2:1.

ADVANTAGE JOINT ACTION es la primera acción conjunta para la prevención de la fragilidad a nivel Europeo. Su objetivo es definir una estrategia común que contribuya a un abordaje más homogéneo de la fragilidad, mejorando su prevención, detección, evaluación y manejo, con el fin último de promocionar un envejecimiento saludable.

En España, se creó el Grupo de Trabajo para la prevención de fragilidad y caídas, enmarcados en la “Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el Sistema Nacional de Salud”,  elaborando una serie de materiales para profesionales sanitarios, políticos y resto de ciudadanía.

La ‘’Actualización del documento de consenso sobre prevención de la fragilidad en la persona mayor 2022’’(basado en el estudio Advantage) del Ministerio de Sanidad propone captar a la población mayor de 70 años con sospecha de fragilidad para su inclusión en un programa de detección precoz así como realizar un plan de intervención individualizado.

La detección precoz de forma oportunista y/o activa es fundamental y el criterio a cumplir es el paciente mayor de 70 años con Barthel mayor o igual a 90 puntos.

A continuación, se realiza una valoración del riesgo de caídas junto a la valoración funcional con pruebas de ejecución(SPPB, VM, TUG) o la escala FRAIL, detectando alta probabilidad de fragilidad.

La evidencia apoya que se debe realizar el diagnóstico definitivo con una prueba tipo Fenotipo de fragilidad de Fried, FTS-5 o el Índice de Fragilidad (FI), sin embargo, su escasez de aplicación hace que se considere un logro en el futuro. Una vez detectada alta probabilidad de fragilidad o fragilidad ya instaurada habría que realizar una valoración integral y elaborar el plan de intervención, siempre vinculado a recursos comunitarios y centrado en programas de ejercicio físico multicomponente, recomendaciones nutricionales y revisión de la medicación.

La fragilidad es una condición prevenible, tratable y reversible siendo necesarias acciones para mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables y de la sociedad en general.

 

AUTORAS

Tamara Montesinos Escartín y Clara Playan Bosque

Enfermeras Familiar y Comunitaria. CS. Valdespartera-Montecanal