Durante muchos años, la salud oral infantil se entendía casi exclusivamente como el cuidado de los dientes. Sin embargo, hoy sabemos que la salud infantil y juvenil va mucho más allá de la estética dental o la ausencia de dolor. La boca está profundamente conectada con el habla, la respiración, la postura corporal e incluso el desarrollo emocional. Por eso, el abordaje de los problemas orofaciales ya no es solo competencia del odontólogo, sino un trabajo conjunto entre odontopediatría, ortodoncia, logopedia y fisioterapia.
Este enfoque interdisciplinar permite detectar y tratar más eficazmente los problemas que afectan a los niños desde las primeras etapas. La odontopediatría, como disciplina especializada en la salud oral infantil, sigue siendo el primer punto de contacto. Gracias a las revisiones regulares, se pueden identificar alteraciones en la erupción dental, hábitos orales disfuncionales —como la succión del pulgar o la respiración bucal— y desviaciones en el desarrollo de los maxilares. Si se detectan signos de una disfunción más compleja, el niño puede derivarse a otros profesionales.
Uno de estos especialistas es el ortodoncista, que interviene cuando el desarrollo óseo y la mordida necesitan corrección. En edades tempranas, la ortodoncia interceptiva puede guiar el crecimiento de los huesos faciales y evitar problemas futuros. Sin embargo, los mejores resultados se logran cuando la ortodoncia se combina con intervención funcional: muchas veces, una maloclusión no se debe solo a la posición dental, sino a cómo se usan los músculos de la cara, la lengua o los labios.
Aquí entra la logopedia, que no solo trata el lenguaje, sino también funciones vitales como la respiración, la deglución y la articulación del habla. Una lengua que empuja los dientes al tragar, o una respiración constante por la boca, pueden dificultar un tratamiento ortodóncico y afectar el desarrollo físico y cognitivo del niño.
La fisioterapia pediátrica completa este enfoque con una visión global del cuerpo. Alteraciones posturales, tensión en el cuello o desequilibrios musculares pueden influir en la mandíbula, la lengua o la respiración. El fisioterapeuta ayuda a corregir estos patrones, favoreciendo un equilibrio muscular que mejora las funciones orales y articulares.
En Sannas Dentofacial trabajamos de forma interdisciplinar para ofrecer un cuidado integral al niño, entendiendo que solo desde una mirada global es posible acompañar su desarrollo de manera saludable y armónica.