En el devenir de la historia, el término de demencia ha sido usado con diversos significados: trastorno de la razón, locura, disparate o despropósito. La palabra proviene del latín, dementia, y combina los términos de que significa “falta de” y mens, inteligencia o razón.
Para la medicina y la psicología demencia es el “deterioro progresivo e irreversible de las facultades mentales que causa graves trastornos de conducta”. La forma más común es la Enfermedad de Alzheimer; son además frecuentes la demencia vascular (tras accidentes cerebrovasculares o ictus) y la asociada con la enfermedad de Parkinson, aunque esta enfermedad no siempre produce demencia.
La demencia, y en consecuencia una de sus principales manifestaciones: la pérdida de memoria, puede afectar a varias áreas funcionales de la persona, haciendo difícil que esta continúe funcionando como siempre. Esta enfermedad afecta tanto al paciente como a su familia, lo que ocasiona problemas emocionales, sociales e incluso económicos.
A pesar de que no existe cura para la demencia, los cuidadores pueden adquirir habilidades para manejar algunos de los problemas de salud que acompañan a la enfermedad, así como la prevención de accidentes. De este modo ganarán un mayor control sobre ella.
Accidentes domésticos en personas con demencia
Estos enfermos tienen más accidentes en sus casas y más riesgo de caerse. Esta situación empeora cuando se encuentran solos o agitados y cuando los cuidadores están apurados, cansados o enojados. El hogar es uno de los entornos donde se producen con mayor frecuencia las caídas, intoxicaciones, quemaduras, incendios, explosiones y electrocuciones.
Los accidentes ocurren porque los enfermos “olvidan” cómo hacer algunas cosas que antes hacían sin problemas, perdiendo las habilidades necesarias y no se dan cuenta de ello.
Caídas
¿Es nuestro hogar un lugar seguro? Todos pensamos que nuestras viviendas son seguras y que nuestra casa escapa de todo peligro. Pero lo cierto es que el hogar encierra múltiples riesgos que en la mayoría de los casos pasan inadvertidos.
Cada año, muchas personas reciben atención sanitaria por accidentes sucedidos en el hogar, que en su mayoría podrían haberse evitado si se hubieran modificado hábitos, cambiado el mobiliario, etc.
Los accidentes, además de consecuencias físicas (fracturas, esguinces, contusiones, heridas, traumatismos craneoencefálicos,…), producen consecuencias psicológicas importantes (miedos, síndrome de ansiedad, etc.), pérdida de autonomía, deterioro funcional, depresión e importante aislamiento social.
La prevención es esencial; se debe aprender a reconocer las situaciones de riesgo y poner en marcha soluciones adecuadas para evitar accidentes.
Las caídas es el accidente más frecuente, constituyendo la causa principal de muerte accidental y originando una elevada carga por los problemas de salud en las personas que sobreviven.
Factores de riesgo de caídas
Relacionados con el envejecimiento normal y enfermedades del anciano:
- Disminución de la agudeza visual y auditiva.
- Falta de actividad física.
- Enfermedades crónicas y agudas (corazón, respiratorias, den sistema nervioso).
- Fármacos como los antihipertensivos y los psicofármacos (tranquilizantes, hipnóticos).
- Enlentecimiento de los reflejos.
- Degeneración de las articulaciones.
- Relacionados con el entorno.
- Suelos resbaladizos.
- Calzado inadecuado.
- Puertas de escasas dimensiones. Iluminación deficiente.
- Alfombras y exceso de muebles que entorpecen la movilidad.
- Ausencia de ayudas técnicas, como asideros en el baño.
- Camas muy altas o muy bajas.
- Cortinas demasiado largas.
- Presencia de cables por el suelo.
Recomendaciones
- Revisión por el médico de los órganos de los sentidos (vista, oído) y corrección de defectos; revisión de la medicación (¿Es imprescindible? ¿Se puede cambiar por otra con menos problemas?).
- Establecer un programa de ejercicio físico: han de ser ejercicios aeróbicos (por ejemplo andar, bailar, correr, nadar o montar en bicicleta), adaptándose a las necesidades y capacidades de cada persona. Se deben practicar de manera regular y constante y que resulten placenteros.
- Calzado cómodo, con suela de goma, que agarren el tobillo y sin cordones.
- Modificaciones ambientales en el domicilio:
- Evitar suelos resbaladizos y encerados.
- Colocar una alfombrilla antideslizante dentro y fuera de la bañera o plato de ducha.
- Las dimensiones de las puertas deberán ser de al menos 80 cm, facilitando la entrada y salida de sillas de ruedas, andadores y otras ayudas médicas de la marcha. Los pestillos se colocarán en la parte superior o inferior y se deben poder abrir desde fuera.
- Mantener una luz piloto encendida durante la noche, que permita la visión y los desplazamientos de riesgo. Los interruptores deben estar colocados a una altura que facilite su alcance.
- Retirar alfombras y felpudos o fijarlos al suelo.
- La cama debe facilitar la entrada y salida, se recomienda una altura entre 45 a 50 cm.
- Colocar barras de apoyo para entrar/salir de la bañera o plato de ducha, a los lados del lavabo e inodoro.
- Distribución de los muebles en forma de L, lo que permite tener siempre un punto de apoyo durante los desplazamientos. Además de estas recomendaciones se aconseja:
- No fiarse si el enfermo asegura que puede hacer algo solo. Siempre primero observarlo y decidir si puede hacerlo o no.
- Guardar bajo llave aquellos objetos con lo que se pueda lastimar: máquina de coser, maquinillas, etc.
- Que no salga solo a la calle ni se quede solo en su casa. Se sugiere algún método de identificación indicando dirección y un teléfono de contacto en casos de desorientación.
- No dejar medicamentos a su alcance para evitar intoxicaciones.
Problemas de salud
Conforme avanza la demencia aparecen complicaciones, la mayoría derivadas de la inmovilidad, generando una mayor sobrecarga para el cuidador.
Problemas de piel: escaras
- El primer signo es el enrojecimiento. Se suelen localizar en zonas donde el hueso sobresale más y existe menos tejido blando bajo la piel: orejas, sacro, cadera, hombros, talones, tobillos. Recomendaciones:
- Realizar cambios de postura cada 2- 3 horas, alternando las zonas de apoyo; facilitando la movilidad si la persona la conserva. Nunca arrastrarle.
- Mantener la piel limpia, seca e hidratada para estimular la circulación Ropa de la cama y del paciente que esté seca y estirada.
- Contar con ayudas técnicas como camas articuladas, colchones de aire, protectores tipo borreguitos, almohadas o cojines.
Estreñimiento
Se considera cuando la persona hace menos de tres deposiciones por semana, o suponen un esfuerzo excesivo, en ausencia de laxantes.
Recomendaciones:
- Alimentos ricos en fibra (fruta, verdura y legumbres), pan o cereales integrales. Insistir para que beba agua: de 1,5 a 2 litros al día.
- Evitar medicamentos y alimentos que estriñen: chocolate, arroz, zanahoria, plátano, membrillo, compota de manzana, etc.
- Ejercicio físico adaptado a su edad y condición física.
- Ir al baño regularmente, al cabo de 10 minutos después del desayuno y cena, dedicando el tiempo que precise.
- Si el estreñimiento no cede, consultar con el médico
Incontinencia urinaria
Es la pérdida involuntaria de orina, siendo necesario el uso de absorbentes tipo pañal o compresa.
Recomendaciones:
- Adecuada higiene e hidratación de la piel Realizar 3- 4 cambios diarios.
- Ropa cómoda con cierres de velcro o elástico.
- Nunca se pondrán 2 absorbentes superpuestos, es incómodo para la persona y desplaza el núcleo absorbente a zonas donde no es necesario, pudiendo aparecer problemas en la piel.
La puesta en marcha de estas recomendaciones evitará también la aparición de otros problemas de salud como problemas circulatorios, articulares, musculares y respiratorios. Aunque la lista parece muy larga y difícil de realizar, los equipos de salud están para ayudarle. Pida ayuda y consejo a su enfermera y médico. Estarán encantados de poderle ayudar.