Después de las vacaciones y de llevar un ritmo de vida mas relajado, llega el momento de volver a las rutinas: clases, madrugones, actividades extraescoleres…
El cuerpo debe hacer frente a una serie de adaptaciones que cuestan a niños y padres, y es normal que aparezca más cansancio.
Para grantizar un óptimo rendimiento físico e intelectual, es necesario respetar las horas de descanso y asegurar una correcta alimentación, que sea saludable, nutritiva y divertida.
Mantener una distribución de 5 comidas al día, asegura un aporte continuo de alimentos que proporcionan la energía necesaria para el día día.
Desayuno
El desayuno es la comida más importante del día y debe aportar el 20-25% de las calorías diarias. Es importante que los niños desayunen en casa.
El estudio En-Kid, revela que un 8,2% de los jóvenes españoles acuden al colegio sin desayunar, y de los que lo hacen, sólo el 5% hace un desayuno equilibrado.
Son datos preocupantes si analizamos las consecuencias que conlleva: tras el ayuno nocturno, disminuyen los niveles de glucemia, y si no se desayuna, se empieza la jornada sin energía y aparece el decaimiento, la falta de concentración, condicionando el aprendizaje.
El desayuno debe incluir una ración de lácteos (leche y yogur), cereales (pan, cereales, galletas) y algo de fruta.
Para estimular a los jóvenes/niños que desayunen, es fundamental que los padres también lo hagan, e intentar compartirlo todos juntos.
Levantarse un poco antes para disponer de unos 15 minutos para desayunar, y hacerles partícipes en su preparación, son estrategias que ayudan a afianzar este hábito.
Alumuerzo y merienda
Son dos colaciones cuya finalidad es aportar un plus de energía para llegar a la siguiente comida con fuerzas.
Procurar incluir alimentos que aporten nutrientes para el crecimiento (fruta, lácteos, algo de pan o cereales…), evitando la bollería industrial, los dulces y snacks.
Comida y Cena
Durante el periodo de crecimiento, aumentan las necesidades de energía y nutrientes, especialmente en proteínas de alto valor biológico, calcio, hierro, zinc, fósforo, magnesio, vit c, y complejo B.
Si los niños comen en el colegio, es necessario conocer el menú escolar para poder programar y complementar el resto de comidas.
El menú diario debe incluir mayoritariamente cereales, legumbres, vegetales y frutas, y porciones moderadas de proteicos (carnes, pescados, huevos y lácteos). La cena debe ser ligera y de fácil digestión para favorecer un descanso reparador.
Es importante buscar momentos para comer en familia.
Los niños que comen solos, tienden a presentar un patrón alimentario menos saludable que los que lo hacen con sus padres.
Si el momento de sentarse a comer es agradable y distendido, aumentan las probabilidades de que los pequeños estén más dispuestos a comer sano y variado. Pues una comida en un ambiente tranquilo “nutre” más que la más saludable en un entorno solitario y hostil.