A menudo los pacientes llegan a rehabilitación comentando que padecen artrosis o artritis sin llegar a diferenciarlos y pensando que es lo mismo una enfermedad que otra. Y aunque ambas tienen alguna característica y síntomas similares, son dos patologías diferentes. Por lo tanto conviene saber la diferencia de ambas para poder tratarlas correctamente. Primero definiré ambas para luego compararlas y aconsejar hacia el mejor tratamiento desde el punto de vista de la fisioterapia.
Artritis: enfermedad sistémica que afecta preferentemente a las articulaciones, produciendo una inflamación sinovial crónica que puede dar lugar a destrucción articular y a otros tejidos extraarticulares. Presentándose en brotes de dolor e inflamación provocando limitación funcional y disminución de la autonomía.
Artrosis: proceso degenerativo de las articulaciones móviles que se caracteriza por el deterioro del cartílago articular, que puede llegar a desaparecer en fases avanzadas, y por la proliferación del tejido óseo nuevo en las áreas subcondrales y en los márgenes de la articulación (osteofitos). En fases avanzadas, cuando hay mucho deterioro de cartílago y/o incluso desaparición del mismo la vía de abordaje suele ser quirúrgica y suele basarse en la colocación de una prótesis (las más conocidas por todos son la de cadera y rodilla).
¿Cómo podemos mejorar con la fisioterapia?
En el caso de la artritis
• Reposo a veces acompañado de órtesis (férulas) para evitar deformidades (en las fases de brote inflamatorio)
• Fisioterapia respiratoria.
• Crioterapia (hielo), electroterapia antálgica, masaje descontracturante.
• Parafina (no en la fase inflamatoria) Generalmente la usamos previo al tratamiento manual.
• Movilizaciones pasivas suaves (por parte de un fisioterapeuta) para mantener la movilidad.
• Contracciones isométricas suaves, para mantener el tono muscular.
• Higiene postural (educación del paciente hacia un buen control postural, medidas de ahorro articular, etc).
En el caso de la artrosis
• Termoterapia por conducción, calor local o de alta frecuencia. (Microondas, onda corta y/o ultrasonidos)
• Masaje descontracturante, para relajar la musculatura de la articulación afectada.
• Ejercicio activo, preferiblemente sin carga (piscina, bicicleta).
• Evitar los movimientos que producen dolor, pero no inmovilizar la articulación.
• Educación postural orientada a supuesto de trabajo y a las actividades de suvida diaria, para intenta continuar con una vida activa sin empeorar la sintomatología.
• Controlar obesidad, evitar marchas prolongadas y subir y bajar escaleras.
En este caso, además, es muy importante tomar medidas preventivas por parte del paciente como son una alimentación equilibrada, realizar ejercicio físico de forma moderada (paseos en terreno llano y no muy largos, piscina, etc) y evitar los deportes de contacto (como el correr, fútbol, etc).
En ambos casos cabe puntualizar que son tratamientos cuyo objetivo es aliviar los síntomas y proporcionarle al paciente una mayor autonomía y confort y retrasar, en la medida de lo posible, el avance de la enfermedad y/o el paso por el quirófano. En ningún caso es un tratamiento dirigido a curar la patología ya que son enfermedades crónicas.
Son tratamientos que suelen ir acompañados de tratamiento farmacológico (AINES, analgésicos, DMARD etc.)y siempre bajo supervisión médica.
En fases avanzadas de ambas enfermedades o cuando causan una impotencia funcional muy grave el tratamiento suele ser quirúrgico.