En una sociedad y un tiempo en los que se presta atención al atractivo físico, unos dientes blancos y brillantes se han convertido en un valor en alza. Esto hace que muchas personas busquen mejorar su sonrisa, para así mejorar las relaciones humanas, aumentar la autoestima o simplemente cuidar la apariencia. El blanqueamiento ha pasado a ser uno de los tratamientos de estética dental más demandados por ser generalmente un procedimiento poco agresivo.
Revisar el concepto de blanqueamiento dental
Lo primero que los pacientes deben tener en cuenta es que no se puede hablar de blanqueamiento, porque los tratamientos no tienen este efecto, sino que se produce un aclaramiento del color natural de los dientes.
Otra confusión generalizada es que el diente es blanco, no siendo esto real sino que este se mueve en gamas de colores que van del amarillo, gris, marrón…
Se recomienda hacer una visita al dentista para analizar las causas del cambio de color, para decidir cuál es la mejor alternativa de acuerdo a su diagnóstico, y realizar un procedimiento acorde al agente causante del cambio de color. El éxito del tratamiento depende en gran medida del conocimiento del factor causante del oscurecimiento dental.
El Consejo General de Dentistas de España (CGCOE) defiende la necesidad de ponerse en manos de un dentista antes de someterse a este tipo de técnicas. “Se debe hacer una valoración del estado general de la salud bucodental del paciente, no sólo para decidir el tratamiento más adecuado en cada caso, sino para descartar otros problemas y evitar así posibles complicaciones. Esta revisión es de vital importancia, ya que el blanqueamiento no está recomendado en pacientes con caries, gingivitis u otras enfermedades periodontales”.
¿Causas que afectan el color de los dientes?
El color del diente viene determinado genéticamente, hay personas que nacen con dientes más claros otras más oscuros, aunque existen diversas causas por las que pierden su color natural. La sensación óptica de blancura tiene mucho que ver con el color de la piel, así en la gente más morena se produce un contraste mayor dando aspecto de dientes más claros, cosa que todos podemos observar en verano cuando nuestra piel se broncea.
Las manchas superficiales y las tinciones pueden ser causadas por agentes externos como el tabaco, refrescos de cola, café, té o vino tinto.
Comer muchos alimentos altamente pigmentados como las cerezas, verduras oscuras, o los colorantes de alimentos. Colutorios, medicaciones… La placa bacteriana o el sarro se tiñen y oscurecen con facilidad.
Las manchas internas pueden ser causadas por:
- Personas que han estado sometidas a un largo tratamiento con tetraciclinas (un tipo de antibiótico); durante el tiempo en que el diente se formaba.
- Coloraciones amarillas y grises como parte del proceso de envejecimiento o remineralizaciónes del diente.
- Golpes en los dientes que causen la muerte del nervio dando una coloración grisácea o negra.
Alteraciones en la formación del esmalte debido a la Fluorosis o ingesta de flúor en exceso cuando el diente se está formando que da una apariencia moteada.
¿Cómo se pueden aclarar los dientes?
La mayoría de las manchas superficiales externas causadas por comida o tabaco se pueden eliminar con una limpieza profesional en la clínica dental en la cita de mantenimiento. Si las manchas han estado presentes por años posiblemente requiera de un blanqueamiento profesional para remover esas manchas más persistentes. Las manchas internas o colores más oscuros también pueden ser aclaradas. Tanto unas como otras pueden tratarse con diferentes productos químicos lo que vendrá determinado por su origen.
Técnica de blanqueamiento dental externa
El tratamiento de blanqueamiento dental más habitual es poco agresivo, generalmente se realiza en todos los dientes de la boca (especialmente sector limitado por la sonrisa) basada en la acción del peróxido de carbamida o de hidrógeno que utilizado en la concentración adecuada puede ser optimizado por sistemas como el láser u otras fuentes de energía.
Gracias a un blanqueamiento podemos mejorar entre 2 o 3 tonos, lo que significa que una sonrisa amarillenta puede volver a lucir su blanco original. La mejora no es absolutamente predecible aunque todos los dientes se aclaran unos lo hacen más que otros. Así por ejemplo en los oscurecimientos dentales por tetraciclinas se obtienen peores resultados.
Durante el tratamiento conviene seguir los consejos prácticos (ir a una dieta blanca, no fumar,…) que le darán en la clínica dental para la utilización del sistema con el fin de obtener la mayor mejora posible.
Los dientes están sometidos a agentes externos constantemente, por tanto, a tinciones. Esto significa que los tratamientos no son definitivos, tienen un tiempo de duración de los resultados de aclaramiento dental.
Los riesgos
Previo a la realización del tratamiento es necesaria la confirmación de que no existen problemas de encías, caries o defectos en empastes, ya que, es indispensable una correcta salud para su administración.
El blanqueamiento debe ser un procedimiento poco agresivo. Puede causar pequeñas quemaduras en tejidos blandos, sensibilidades, pero nunca debe causar un dolor insoportable. Cuando esto sucede el dentista debe evaluar los factores que puedan causarlo.
Tanto el mal uso, como el abuso (personas obsesionadas con el blanco de los dientes que se someten reiteradamente a tratamientos) de las sustancias blanqueadoras erosionan la superficie de las piezas dentales y pueden acarrear problemas de salud.
Los remedios caseros como por ejemplo el limón (ácido), la sal (abrasivo)…aunque pueden eliminar manchas externas causan desgaste del diente, lo que no los hace recomendables, ya que, la pérdida de diente que se produce es irrecuperable.
Y para que nadie se lleve a engaños, el CGCOE advierte que “los dentífricos y chicles para blanquear tienen tan bajas concentraciones de peróxidos que su eficacia como tratamiento para aclarar los dientes es nula”.
Nota: el blanqueamiento dental es un procedimiento seguro en manos del dentista.