Las glándulas salivales se localizan alrededor de la boca y producen la saliva que humedece los alimentos para ayudar con la masticación y la deglución.
Existen tres pares principales de glándulas salivales. Las más grandes son las parótidas, ubicadas una en cada mejilla sobre la mandíbula, frente a las orejas. Dos glándulas submandibulares en la parte posterior de la boca a ambos lados de la mandíbula. Dos glándulas sublinguales debajo del piso de la boca. También hay miles de glándulas salivales menores alrededor del resto de la boca.
Todas ellas vacían saliva en la boca a través de conductos que desembocan en los diferentes lugares donde se localizan.
Pueden verse afectadas por diversas enfermedades:
• Enfermedades Inflamatorias/ Infecciosas.
• Enfermedades Tumorales.
• Cálculos en los conductos de drenaje de la saliva.
• Malformaciones.
• Enfermedades autoinmunes.
Enfermedades Inflamatorias/Infecciosas
• Parotiditis. Es una enfermedad infectocontagiosa aguda (la más frecuente de estas glándulas) cuya característica principal es la tumefacción de las glándulas salivares, especialmente las parótidas. Habitualmente ha afectado sobre todo a los niños entre 5 y 14 años, pero por efectos de la vacunación en la infancia se ha desplazado esta frecuencia mayor en edades de adolescencia y adultos jóvenes.
Un 40 % de los pacientes puede presentar una infección inaparente.
De causa viral que se transmite de una persona a otra por medio de las gotitas de saliva con un período de incubación de aproximadamente 12 a 24 días.
El único reservorio y hospedador del virus de la parotiditis es el ser humano.
Síntomas. El aumento de volumen doloroso de las parótidas es característico y frecuente (más del 70 % de los casos). Entre un 30-40% de los casos afecta sólo una glándula, pero en la mayoría de los casos es bilateral desde un principio.
Aparece además: fiebre moderada, dolor de cabeza, malestar general, falta de apetito y dolor abdominal. La fiebre cede en el transcurso de una semana, antes de que desaparezca la tumefacción de la glándula que puede requerir más de 10 días.
Debe aislarse al paciente en el período contagioso.
Diagnóstico. Los síntomas y el examen físico suelen ser suficientes para el diagnóstico sin necesitar otros exámenes.
Tratamiento. Sintomático. No son recomendables los antibióticos, salvo en el caso de complicaciones bacterianas supurativas en las parótidas. Se pueden recomendar analgésicos en casos de dolor y antitérmicos si se presenta fiebre alta. Evitando la administración de Aspirina.
Complicaciones. Infecciones secundarias en el Sistema Nervioso (encefalitis, meningitis, inflamación de nervios faciales o nervio auditivo. El pronóstico en estos casos es muy bueno y la recuperación total). Inflamación de los testículos (hasta un 50% de los casos, no suele aparecer en enfermos menores de 10 años). Inflamación del páncreas (aparece dolor abdominal, escalofríos, fiebre y vómitos). Se relaciona con diabetes infantil.
Prevención. La única forma es mediante la vacunación sistemática durante la infancia, actualmente practicada con la vacuna triple vírica.
• Sialoadenitis aguda bacteriana. Afectación difusa de la glándula, generalmente unilateral, con mayor afectación de la Parótida. Más frecuente en pacientes post-operados, deshidratados, inmuno-deprimidos, ancianos, prematuros o lactantes. Sólo el 20% de los casos son bilaterales.
Causa: Bacterias como Estafilococo o estreptococo entre otros gérmenes.
Síntomas. Síndrome febril, tumefacción, dolor, trismus (limitación a la apertura bucal), signos inflamatorios locales, salida de material purulento por el conducto excretor.
Diagnóstico. Por los síntomas y se confirma la infección bacteriana mediante Cultivos de las secreciones. Estudios radiológicos como la Sialografía no debe realizarse en episodio agudo.
Son indicaciones de ingreso hospitalario en casos de paciente anciano deshidratado o con enfermedad crónica o que desarrolle un absceso o se extienda por la zona cervical.
Tratamiento. Previa valoración médica se indicarán Antibióticos, antiinflamatorios, analgésicos, adecuada hidratación y si asocia absceso se indicará drenaje del mismo.
Complicaciones. Necrosis glandular, parálisis facial, fístulas.
Enfermedades Tumorales
Pueden afectar tanto a la propia glándula como a los conductos de drenaje y tener un origen “in situ” o ser secundarias a otras tumoraciones. Son por lo general poco comunes.
El 75% de los mismos afecta a la Parótida y un 80% de estos son Benignos. Las Glándulas submaxilares se afectan en un 15% y el 60% de estos tumores también son Benignos. Sólo el 10% afecta a las glándulas accesorias, pero cerca de un 60% son Malignos.
El 5% del total se observa en niños, con datos de malignidad en el 35% de ellos .
El tipo de tumor de los conductos salivales más frecuente es el Benigno y son aún menos comunes que los glandulares y se ha visto poca incidencia en los niños.
Causas. Poco es lo que se conoce sobre su causa. el tabaco y el alcohol no se relacionan con el desarrollo de cánceres salivales ni tampoco se los asocia con una historia de parotiditis, litiasis o traumatismos como factores predisponentes.
Síntomas. Se presenta habitualmente como un aumento de volumen firme y por lo regular indoloro en una de las glándulas salivales (en frente de las orejas, bajo el mentón o sobre el piso de la boca) que aumenta gradualmente de tamaño. O directamente puede manifestarse como una complicación asociada que es la Parálisis facial (10-15% de los casos).
Las ulceraciones de la cavidad oral pueden corresponder a cáncer de las glándulas salivales menores.
Diagnóstico. El examen físico debe incluir la inspección de la cavidad bucal y de la orofaringe. El oído, la nasofaringe, los nervios craneanos, el cuello y la piel local deben examinarse para detectar cualquier extensión del tumor.
La palpación de la zona indurada y aumentada de tamaño hace sospechar este origen. Generalmente son más palpables que visibles y se confirman/descartan mediante pruebas de imagen (Radiografías: Sialograma o Sialografía; Ecografía; Scaner o Resonancia magnética).
La biopsia es el complementario que nos permite determinar si estamos en presencia de un tumor Benigno y Maligno.
El dolor ocasional acompañado de tumefacción glandular sugiere un proceso inflamatorio o una obstrucción al flujo de saliva antes que una neoplasia.
Los casos con dolor continuo o déficit nervioso son poco frecuentes y están siempre relacionados con un proceso maligno. El dolor se presenta entre el 10 y el 30% de los pacientes con cáncer de parótida, mientras que lo manifiestan sólo el 7% de los enfermos con cáncer de la glándula submaxilar.
Tratamiento. Generalmente quirúrgico de la glándula afectada para ambos tipos de tumores (Benignos o Malignos), en los casos de tumores malignos la Radioterapia o la Quimioterapia pueden asociarse a la cirugía.
Complicaciones. Dependiendo de su malignidad pueden metastizar (extenderse) a otros órganos y puede originar parálisis facial permanente.
Pronóstico. Bueno, dado que la mayoría de los tumores son benignos y de crecimiento lento. En el caso de malignos dependen de la extensión del mismo.
Cálculos en los conductos de drenaje de la saliva
Es su afectación más frecuente. Denominadas Sialolitiasis y se deben a presencia de una masa calcificada dentro de los conductos o dentro de la propia glándula. El 90% de ellos afectan a la glándula submaxilar. La parótida los desarrolla con menos frecuencia.
Compuestos generalmente por Sales de calcio. Mayor incidencia en edades medias de la vida sin predominio de sexos.
Síntomas. Se produce un bloqueo parcial o total del drenaje de la saliva con aumento progresivo del tamaño glandular en relación con las comidas. Suele desaparecer y recidivar. En ocasiones se acompaña de dolor cólico en la zona.
Diagnóstico. Por los síntomas y se confirma mediante Ecografía, Sialografía o TAC.
Tratamiento. Según se valore cada caso se pueden administrar analgésicos, anti-inflamatorios no esteroideos (Ibuprofeno, Diclofenaco, etc), Corticoides (Prednisona) y hasta antibióticos si asocia infección.
En ocasiones es útil el tratamiento quirúrgico o la litotricia en casos de cálculos enclavados y de difícil eliminación.
Malformaciones
Son raras, pero en ocasiones aparecen alteraciones del desarrollo (Aplasia o hipoplasia, Fístulas, Quistes) que se manifiestan por alteraciones en la producción o la eliminación de la saliva.
El tratamiento según el caso puede ser quirúrgico.
Enfermedades autoinmunes
Síndrome de Sjögren. Se trata de una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo comienza a atacar a las glándulas que producen las lágrimas y la saliva. Este trastorno puede afectar a otras partes del cuerpo, por ejemplo, los riñones y los pulmones.
Causas. Se desconoce la causa del síndrome de Sjögren. Es un trastorno autoinmunitario, donde el cuerpo ataca por error al tejido sano.
Ocurre con mayor frecuencia en mujeres de 40 a 50 años y es poco frecuente en niños.
Puede ser Primario o Secundario a otras enfermedades inmunológicas (Polimiositis, Artritis Reumatoide, Esclerodermia, Lupus Eritematoso sistémico…).
Síntomas. Oculares: ardor, sensación de cuerpo extraño en el ojo. De boca y garganta: dificultad para comer y tragar. Pérdida del sentido del gusto. Dificultad para hablar, saliva espesa y en hilos, dolor o úlceras bucales. Ronquera. Otros: fatiga, fiebre, cambio de color de manos y pies, dolores o inflamación articular, ganglios inflamados.
Diagnóstico. Se hacen exámenes específicos sanguíneos para descartar asociación con las otras enfermedades autoinmunes y se valoran las características de la saliva o la lágrima. En algunos casos es necesaria la realización de Biopsia de las glándulas salivales.
Tratamiento. Encaminado a corregir los síntomas que se presentan. Puede ser tratamiento médico o Quirúrgico.
Complicaciones. Lesiones oculares, caries dental, Asociación con otros tumores (Linfomas), Infecciones pulmonares, Insuficiencia renal o Vasculitis (raras).
Pronóstico. No se trata de una enfermedad potencialmente mortal y su pronóstico depende de si es primaria o secundaria.