El embarazo, pese a ser un proceso natural, es una época de muchos cambios tanto físicos como emocionales para la mujer. Afrontarlos de una forma propicia con la adquisición de hábitos saludables que favorezcan tanto el bienestar de la madre, como el correcto desarrollo del futuro bebé es muy importante en este período.
A continuación, os mostramos los principales cuidados recomendados para la gestante para afrontar las altas temperaturas de los meses estivales.
Alimentación
En el embarazo se debe realizar una dieta sana y equilibrada, ya que de esta depende el buen desarrollo y crecimiento del feto. Teniendo en cuenta que las necesidades energéticas aumentan en unas 200-300 kcal. Es conveniente, comer frecuentemente y cantidades más pequeñas, evitando así, las digestiones pesadas. Algunas indicaciones para realizar una dieta saludable son: Aumentar la ingesta de frutas y verduras. Consumir a diario leche y derivados lácteos. Beber entre 1,5-2l de agua al día, sobre todo en los meses estivales, para evitar la deshidratación. Consumir carne, pescado y huevo de forma moderada.
Ejercicio físico
Se recomienda la realización de ejercicio moderado de forma regular, variando su intensidad en función al grado de entrenamiento previo de la mujer. El ejercicio físico es beneficioso para fortalecer la musculatura abdominal y prepararla para el parto, mejora la circulación sanguínea y evita el aumento excesivo de peso. Es muy recomendable aprovechar los momentos que pasamos en playas y piscinas para nadar, ya que la mujer se siente menos pesada en al agua, así como realizar paseos al aire libre, siempre a horas en las que haga menos calor.
Fotoprotección y prevención problemas circulatorios
Durante la gestación, es conveniente evitar la exposición excesiva al sol, especialmente en las horas centrales del día, utilizando si nos exponemos a él, fotoprotección de alta potencia. Es fisiológico el oscurecimiento de la piel de las mamas, los pezones y la de línea central del abdomen, desapareciendo tras el parto. También es frecuente, debido al efecto hormonal, la aparición del llamado cloasma, una hiperpigmentación facial de color marrón, de intensidad variable y simétrica. Este suele exacerbarse con la radiación solar, por lo que es muy importante utilizar la fotoprotección ya nombrada anteriormente. Aunque mejora tras el embarazo, puede reaparecer en siguientes gestaciones.
Durante los últimos meses y principalmente en el verano, es posible la aparición de varices y de edemas en las piernas, sobre todo a última hora del día. Para evitarlo, es recomendable, evitar permanecer mucho tiempo de pie, realizar ejercicio físico, evitar el calzado y la ropa que oprima, mantener las piernas en alto al estar sentada o tumbada y evitar la depilación de piernas con cera caliente.
Prevención de las infecciones de orina
Una infección de orina es aquella que afecta a cualquier parte de las vías urinarias. La mujer es más propensa a padecer este tipo de infecciones debido a que la uretra femenina es más corta que la masculina pero, durante el embarazo la probabilidad de padecer una infección aumentan todavía más debido a que la musculatura urinaria se relaja por la acción de la progesterona provocando que la evacuación de la orina se enlentezca, esre hecho facilita la reproducción de las bacterias. Además, conforme el feto aumenta de tamaño dentro del útero, este presiona a la vejiga, dificultando el vaciado completo de la misma. Por todos estos motivos, a la mujer gestante se solicitan varias analíticas de orina de forma sistemática.
La humedad en la zona genital también es un factor desencadenante para la aparición de infecciones de orina. Así pues, en verano, dado al aumento de la sudoración, así como a los baños frecuentes en piscinas y playas, existe un mayor riesgo de infección.
A continuación, se presentan unos consejos para intentar prevenirla: Beber 1.5-2 litros de agua al día. Intentar no retener la orina. Utilizar ropa interior de algodón y evitar la ropa ajustada. Lavar la zona genital con un jabón suave evitando las duchas vaginales. Cambiar la ropa de baño tras el mismo y no llevarla húmeda. Evitar las compresas y salvaslips. Tras orinar, limpiar la zona sin fricción y hacia atrás. Orinar siempre tras mantener relaciones sexuales.
Ropa y calzado
Es importante utilizar ropa cómoda, holgada y preferiblemente de algodón o de tejidos naturales. Evitando todo aquello que oprima sobretodo la cintura y las piernas, favoreciendo la aparición de problemas circulatorios. Del mismo modo, también es importante utilizar un calzado cómodo de tacón bajo, para así, facilitar la estabilidad.
Viajes
En general, los viajes durante el embarazo no están contraindicados. Lo que sí toda mujer embarazada debe saber, algunas recomendaciones e indicaciones, sobre todo para realizar viajes en coche y en avión.
Como norma general, y para todo tipo de viajes, es recomendable que la mujer lo haga con ropa cómoda, que no oprima e intentar hidratarse durante el mismo, bebiendo agua frecuentemente. También, es importante llevar consigo toda la documentación médica de la que se disponga así como la cartilla de embarazada.
En general, no se recomiendan realizar viajes en automóvil de larga duración, estando recomendado parar cada 2 horas para descansar y movilizar las piernas. También es muy importante colocarse correctamente el cinturón de seguridad. Éste debe estar siempre por encima y debajo del útero y nunca sobre él. Para conseguirlo, es conveniente que la banda inferior del mismo se encuentre por debajo del abdomen; sobre las ingles, y la superior entre las mamas.
Los viajes en avión son generalmente, seguros durante el embarazo. Si bien, hay que tener en cuenta en el momento de viajar, el estado de salud de la mujer, el momento de la gestación en la que se encuentra y las características del viaje, intentado evitar los de larga duración en las últimas semanas de embarazo, ya que son estos los que se han relacionado con mayor riesgo de aparición de tromboembolismo venoso. Durante el vuelo, es recomendable no permanecer más de 2 horas sentada y cuando se esté, realizar ejercicios con la extremidades inferiores, como pueden ser los movimientos giratorios con los tobillos o la flexión y extensión de las piernas.
También es importante las recomendaciones que la mayoría de compañías aéreas dan a las mujeres embarazadas. El manual médico de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) recomienda que pasadas las 28 semanas de gestación, las gestantes vuelen con una autorización médica por si les es requerida. Del mismo modo, recomienda no volar después de la semana 36 de embarazo si la gestación es única, ni después de la semana 32 si es múltiple.