Las Glándulas salivales son un conjunto de glándulas, distintas desde el punto de vista anatómico y fisiológico, cuyos conductos excretores desembocan en la mucosa oral y sus secreciones combinadas constituyen la saliva.
Clínicamente, se dividen en glándulas salivares principales o mayores y glándulas accesorias o menores. Hay 3 pares principales de las glándulas salivales mayores en la cabeza y el cuello, las glándulas parótidas, las submandibulares y las sublinguales.
Las primeras son las de mayor tamaño, se encuentra localizada entre el pabellón auricular y la rama ascendente de la mandíbula y su conducto excretor desemboca en la mucosa yugal, a nivel del segundo molar superior, el segundo par está asentado en el triangulo submaxilar cervical y su conducto alcanza la región sublingual inmediatamente por fuera del frenillo lingual, por último las glándulas sublinguales que como su nombre lo indican se encuentran en el suelo de la boca y su conducto excretor puede ser independiente o bien unirse al conducto de la glándula submaxilar. Además de estas glándulas principales, hay numerosas glándulas salivales menores en número aproximado de 600 a 1000 distribuidas por toda la cavidad oral, pero son responsables de solo el 5 – 8% del volumen total de la saliva.
Producción diaria de saliva
Las células secretoras que componen estos tejidos glandulares producen saliva serosa, mucosa o mixta. La saliva es secretada en la cavidad oral a través de una serie de conductos y desempeña diversas funciones, tales como, humidificación, digestión y lubricación de alimentos, antibacteriana, amortiguación del pH, además de funciones tan importantes como la influencia en el sentido del gusto y el balance de agua.
La producción diaria de saliva oscila entre 500 y 1000 ml, sujeta a factores físicos, químicos y/o psíquicos. El flujo de saliva en reposo es de 0.25mL/min, el flujo saliva tras u estimulo es aproximadamente 1mL/min, por lo que cualquier patología que condicione la salida de dicho producto glandular conllevará a una alteración inflamatoria aguda importante y llamativa así como alteraciones en su estructura a largo plazo.
Inflamación de las glándulas
La Inflamación es un síntoma común dentro de los procesos que afectan a las glándulas, de las cuales con más frecuencia afecta a la glándula parótida, los procesos/enfermedades que se asocian a inflamación a aumento de volumen parotideo son: Neoplasias, Inflamatorios, Autoinmunes, Metabólicos y Obstructivas (90% glándulas submandibulares).
Ente ellos las neoplasias son las que con mayor facilidad se pueden diferenciar de los otros procesos, en el sentido de que se produce un aumento focal y localizado en la glándula, al contrario del resto de procesos que producen una inflamación difusa de la glándula.
La manera de presentación es fundamental en el momento de esclarecer un diagnóstico diferencial entre la gran mayoría de las patologías que afectan a la parótida.
Los trastornos inflamatorios de las glándulas salivares reciben el nombre de Sialadenitis-Sialoadenitis, los cuales se clasifican en agudos y crónicos, estos pueden a su vez ser de carácter único y autolimitado o crónicamente recurrente y requerir tratamiento médico y/o quirúrgico.
Principales Factores Predisponentes: Deshidratación, Medicamentos, Obstrucción (estasis salival), Postoperatorio, Mala higiene oral, Patología autoinmune (disminución producción), Enfermedades sistémicas, etc.
Sialoadenitis agudas
Ente ellas encontramos enfermedades víricas, bacterianas que dan como resultado el aumento doloroso de la glándula por la obstrucción parcial o completa de los conductos secretores y/o la ocupación de los mismos por saliva o por la sobreinfección bacteriana de la misma.
“Síndrome de la hora de comer” dolor e inflamación rápida, recurrente y autolimitada.
Este se presenta habitualmente en pacientes
con una patología glandular obstructiva. Tienen poco o ningún problema cuando no comen, pero la clínica se desencadena al comer, ya que aumenta el flujo de las glándulas salivales causando que la glándula aumente o se inflame, como resultado de una obstrucción distal y el dolor es resultado de la distensión capsular. Estos síntomas se producen de inmediato cuando la tasa de flujo salival es estimulada, esto se traduce en el paciente como dolor y/o inflamación inmediato al ver o al degustar la comida, sobretodo acida o muy seca.
Por lo general son de carácter autolimitado, cediendo minutos después del estimulo inicial, seguidos de salida saliva en su mayoría de las veces espesa o de sabor ligeramente más amargo, la cantidad y el espesor es influenciado por el tiempo entre el inicio de los síntomas y la resolución del cuadro agudo.
El diagnóstico
El diagnóstico de las enfermedades de las glándulas salivares suele realizarse por la descripción de la clínica y por medio de la exploración meticulosa, palpando la glándula afectada, observando si existe salida de saliva y su aspecto (seroso o mucopurulento).
En los casos dudosos o de mayor gravedad puede requerir la realización de pruebas complementarias no invasivas como son la Rx panorámicas u oclusales, Ecografía y la TAC. El diagnostico definitivo puede incluso llegar a requerir pruebas complementarias invasivas como son la PAAF (punción aspiración con aguja fina) o Biopsia en caso de enfermedades sistémicas y específicas que afectan a estas glándulas.
Los Principios generales de tratamiento son:
Hidratación, Higiene oral rigurosa, Masaje, AINES y Antibioticoterapia (sialoadenitis persistente o supurativa).
Ante todo, debe informar a su médico habitual ante la presencia de cualquier aumento de volumen reciente o crónico de las glándulas salivares para su valoración y manejo específico o especializado en caso de requerirlo.