Disfagia, dificultad para tragar


Carlos Gimillo Monterde. Graduado en Enfermería. Isabel Moreno Lucente. FEA Medicina Interna. Ud Crónicos Complejos. Hospital Obispo Polanco

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El término disfagia engloba toda dificultad que una persona puede tener para tragar. Esta tiene varios orígenes, entre los más importantes destacaríamos los ICTUS o ACV, procesos neurológicos (demencias, parálisis…) procesos propios del envejecimiento y problemas obstructivos (estrechamientos del tubo digestivo superior).

La importancia de conocer cómo tratar a las personas con un mayor o menor grado de disfagia, radica en conseguir el mejor estado nutricional posible, para ello daremos unas pautas dietéticas, nociones de higiene postural, hábitos y estrategias terapéuticas.

¿Cómo detectar si hay disfagia? (signos y síntomas)

Podemos sospechas ante un caso de posible disfagia si se detectan algunos de los siguientes síntomas:
• Tos durante o tras las comidas.
• Carraspeo tras comer o beber para aclarar la voz.
• Cambio de voz tras las comidas. (voz húmeda).
• Traga en varios intentos, retiene comida en los carrillos. (Deglución fraccionada).
• Mantiene comida en la boca tras la deglución. (residuo oral).
• Cierre de los labios inadecuado, babea, pierde comida de la boca (déficit sello labial).
• Atragantamiento al tomar diferentes texturas juntas.
• Fiebres y neumonías sin causa aparente.

Lo más adecuado si sospechamos de una posible disfagia es consultar con nuestro médico, con ello podremos reducir la consecuencia más grave de la disfagia, la Neumonía por aspiración.

Medidas dietéticas en caso de Disfagia

En las personas que se ha detectado una disfagia, será imprescindible adecuar la alimentación en cuanto a textura, consistencia y cantidad de los alimentos a ingerir consiguiendo así una alimentación adecuada y sin
riesgos. Estas medidas afectarán tanto a sólidos como a líquidos.
A continuación, daremos unos consejos para adaptar la textura de los alimentos sólidos:
1-Colar los alimentos, y conseguir una consistencia similar, evitando grumos, espinas, filamentos etc. Utilizaremos el chino o pasapuré.
2-Evitar añadir más liquido del necesario manteniendo así una consistencia más densa.
3-Triturar los alimentos inmediatamente antes de tomarlos. (minimizar las pérdidas de sus propiedades).
4-Cocinar al vapor, presión o microondas para evitar las pérdidas nutricionales por cocción.

Adaptación de alimentos con texturas líquidas

Cualquier líquido deberá adaptarse al grado de disfagia de cada paciente, pudiéndose utilizar diferentes recursos y productos comerciales como espesantes y aguas gelificadas.

Aguas gelificadas:
Podemos encontrar con diversos sabores y cantidades, con textura Pudin. Pueden refrigerarse, transportarse y calman la sed. No hay que confundirlas con gelatinas, estas pueden cambiar su textura transcurrido un tiempo.

Espesantes:
Son una serie de polvos que se diluyen en agua o cualquier otro líquido que hacen que este aumente su densidad, favoreciendo una deglución fácil.
Pueden tener diferentes sabores, y son los únicos que pueden ajustarse a los tres tipos de texturas (líquido, néctar, pudin), ya que según la cantidad que se añade al líquido podemos subir o mantener la densidad.

Alimentos a evitar:
• Frutas y verduras con semillas o huesos (Kiwi, granada, fresas)
• Alimentos que se desmenuzan en la boca o que sueltan migas (magdalenas, corteza de pan)
• Alimentos pegajosos (caramelos, leche condensada, pan de molde.)
• Líquidos con pulpa tipo zumos de frutas sin colar y horchata. Si se filtran pueden tomarse.

Pautas y hábitos

Una vez comprendido la importancia del tipo de alimento y sus variaciones de texturas, debemos tener en cuenta que los hábitos, distracciones y posturas son muy importantes.
El cuidador supervisará:
• Paciente alerta durante la ingesta. (Evitar hablarle, televisión).
• Nivel de conciencia adecuado, si somnolencia no dar de comer.
• Postura erguida, sentado con la espalda pegada al respaldo de la silla. En pacientes encamados intentad la mayor incorporación posible.
• Permanecerá incorporado durante 30-60 minutos tras la ingesta (evitando reflujo gástrico y posterior aspiración).
• Adaptar la cantidad de comida a ingerir (iniciar con cuchara de postre y progresar según la adaptación).
• Evitar el uso de pajitas y jeringas, impiden la correcta deglución.
• Si se usa dentadura, seguir haciéndolo, a no ser que no esté bien ajustada.
• No descuidar la higiene oral antes y después de la ingesta.
• Es recomendable flexionar la cabeza hacia el pecho al tragar, con ello favorecemos que el alimento progrese al estómago y no a las vías
respiratorias.

Estrategias terapéuticas

Podemos realizar unas técnicas compensatorias que ayudan al usuario a mejorar la deglución disminuyendo los síntomas de la disfagia.

Podremos hablar de cuatro estrategias básicas:
• Adaptación de volumen
• Adaptación de textura
• Adaptación postural
• Adaptación del entorno.

Controlando estos cuatro factores, podremos conseguir una buena nutrición, buena hidratación y en definitiva una adaptación de la persona a su nueva vida buscando la máxima independencia y funcionalidad.