Efectividad de la rotación manual para la rotación de la cabeza fetal en la sala de paritorios


María Domínguez Mejías y Laura Falcón Carvajal. Enfermeras Especialistas en Obstetricia y Ginecología. Hospital Materno-Infantil. Málaga Carmen Carrasco Moreno. Enfermera. Especialista en Obstetricia y Ginecología. Complejo Hospitalario de Navarra

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Las posiciones occipito posteriores se encuentran dentro de la clasificación de las posibles distocias durante el trabajo de parto y está considerada como la malposición más frecuente en el momento del expulsivo.

Esta posición puede definirse como la orientación de la sutura sagital, coincidiendo con un diámetro oblicuo o anteroposterior de la pelvis materna y dirigiendo la fontanela menor hacia la parte posterior de la pelvis materna. De esta forma la fontanela menor puede quedar cerca de la articulación sacroilíaca izquierda (OIIP), de la articulación sacroilíaca derecha (OIDP) o del sacro (OS) de la madre.
Para las mujeres con una segunda etapa del parto prolongada y una pelvis clínicamente adecuada para la rotación, se puede realizar la rotación manual a la posición de occipito anterior (OA), la cual tiene una alta tasa de éxito (90%), al mismo tiempo que aumenta la probabilidad de parto vaginal y presenta un bajo riesgo de complicaciones materno-fetales. Por todo esto, la técnica de rotación manual ha sido descrita como una intervención segura y eficaz. Este hecho ya fue puesto de manifiesto por Bjornson en 1933, quien describió por primera vez una maniobra para resolver este tipo de distocias, proponiendo rotar el occipucio en la vagina mientras la otra mano empujaba el hombro anterior en dirección a la línea media abdominal.

Dos maneras de realización

Para la realización de esta técnica la vejiga materna deberá vaciarse anteriormente. La mano del operador se inserta en la vagina con la palma hacia arriba. La rotación digital se realiza colocando las puntas de los dedos índice y medio en el segmento anterior de la sutura lambdoidea, cerca de la fontanela posterior. Los dedos se utilizan para flexionar y desalojar ligeramente la cabeza, girándola a la posición OA mediante la rotación de la mano y el antebrazo del operador juntos. Se puede usar el pulgar para ejercer una presión suave hacia abajo, en la parte anterior del hueso parietal que ayude en la rotación.
También puede realizarse colocando los cuatro dedos del operador detrás del hueso parietal posterior, manteniendo la palma hacia arriba y el pulgar sobre el hueso parietal anterior. La mano derecha se usa para la posición occipito posterior (OP) izquierda y la mano izquierda para la posición OP derecha. La cabeza se coge con la punta de los dedos y el pulgar. Se realiza durante la contracción, animando a la gestante a empujar e intentando flexionar y rotar la cabeza fetal en sentido anterior. Es posible que sea necesario mantener la cabeza fetal en su lugar, entre contracción y contracción, para evitar de nuevo la rotación hacia la posición posterior.
La efectividad de la rotación manual depende de la fase del parto en la que se realice, aumentando la tasa de éxito cuando se practica en dilatación completa. Al mismo tiempo, también se ha demostrado mayor eficacia en el empleo de esta técnica si se realiza en el momento en el que se ralentiza el descenso. Se obtienen mejores resultados en gestantes multíparas, en menores de 35 años y en casos donde la cabeza fetal se encuentra en la pelvis media.
En un ensayo clínico en el que se efectuó la rotación manual durante el periodo expulsivo del parto de forma aleatorizada, los resultados mostraron en el grupo control una rotación fetal a posiciones OA del 15%, con un 27% de partos eutócicos, y en el grupo de intervención una rotación a posiciones OA del 93%, con un 77% de partos eutócicos.
Por otro lado, un estudio observacional en el que se diagnosticaron 233 fetos en posición occipito posterior de los 2522 incluidos en el proyecto, mostró unos resultados donde la mayoría de los casos se manejaron con éxito mediante la rotación manual (71.7%). Además, se asoció con tasas más bajas de partos por cesárea.
La rotación manual exitosa reduce la necesidad de cesárea, parto instrumental y de laceraciones perineales severas, aunque puede aumentar la tasa de laceraciones cervicales. Además, esta técnica aumenta su porcentaje de éxito cuando la realiza personal experimentado.

Conclusión

Al realizar este artículo, hemos podemos observar la tasa de efectividad que tiene dicha técnica para intentar realizar la rotación de la cabeza fetal. Por ello, consideramos que los profesionales que se encuentran en las salas de paritorios como son los ginecólogos/as y matronas podrían realizarla; siempre y cuando la ejecuten adecuadamente como se ha explicado en este artículo.