El alta hospitalaria al domicilio es un momento lleno de dificultades inesperadas y nuevos retos a los que una persona que ha sufrido un daño cerebral adquirido (DCA), tiene que enfrentarse. Para ello, es importante trabajar la trasferencia de aprendizaje de las actividades de la vida diaria (AVD) al contexto real del paciente.
Al sufrir un DCA, la persona puede ver mermadas sus capacidades funcionales debido a déficits motores, sensoriales, cognitivos y/o psicosociales, que interfieren en el desempeño ocupacional de la vida de la persona. En este sentido, desde el área de terapia ocupacional, se llevan a cabo programas de intervención neurorehabilitadora desde los estadios más precoces del daño hasta una fase posthospitalaria.
En una primera fase de la intervención, se trabajan y reentrenan las destrezas y habilidades requeridas para la posterior ejecución de las AVD básicas, instrumentales y avanzadas. Conforme la evolución del paciente, se ponen en marcha estrategias de aprendizaje que aporten la máxima autonomía a la persona, en actividades como alimentación, vestido y desvestido de ropa, aseo personal y movilidad funcional, entre otras. En caso de que fuese necesario, este entrenamiento también implica el uso y manejo de equipo adaptado (productos acondicionados para la higiene personal, facilitadores para el vestido y desvestido, cubiertos adaptados, ayudas para las transferencias, etc.), que aumenten la independencia del paciente y mejoren las limitaciones encontradas para la realización de dichas actividades.
Sin embargo, no nos podemos quedar simplemente en una intervención basada en la esfera del entorno hospitalario, sino que es necesario proseguir con el tratamiento rehabilitador teniendo en cuenta el contexto y entorno real de la persona. De esta manera, una rehabilitación integral supone observar el desempeño ocupacional en el domicilio, valorando la ejecución y accesibilidad del entorno, así como posibles adaptaciones en el mismo, que conlleven una práctica segura en las AVD y en definitiva, una mejor calidad de vida de la persona. Todo este proceso, engloba la participación activa tanto del paciente, como de cuidadores y familiares.
Tras recoger diversas reflexiones de pacientes que se encuentran en este proceso de retorno al hogar en Grupo 5 CIAN Navarra, se evidencia una necesidad común de anticipar y entrenar la transferencia de aprendizaje en este cambio de entorno. Por este motivo, es importante que el/la terapeuta ocupacional sirva de guía y asesoramiento en dicha transición, de forma que la persona se sienta capacitada para ello y la vuelta al domicilio suponga un impacto positivo.