Enfermedad diverticular del colon: conceptos generales


Ana Pardillos Tomé. Servicio de Digestivo. Hospital Ernest Lluch. Calatayud (Zaragoza). Ana Comín Orce. Servicio de Oncología. Hospital Miguel Servet. Zaragoza. Esther Valero Tena. Servicio de Medicina Interna. Hospital MAZ. Zaragoza.

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Los divertículos son pequeñas herniaciones en forma de saco de una porción de la pared del colon, donde las capas mucosa y submucosa se introducen a través de la capa muscular en zonas donde la pared del colon se encuentra más debilitada. Pueden aparecer a lo largo de todo el trayecto del colon, pero lo hacen con más frecuencia a nivel del sigma, la última porción antes de llegar al recto.

La presencia de divertículos en nuestro medio es elevada, apareciendo en el 5-10% de la población. La probabilidad de presentar divertículos aumenta con la edad, oscilando entre el 5% en los menores de 40 años, el 30% en los mayores de 60 años y en más del 60% de los mayores de 80. Es más frecuente en el sexo femenino.

¿Por qué se producen?

No se conocen en profundidad los mecanismos patogénicos que desencadenan la formación de los divertículos y la aparición de sus complicaciones, aunque en estos pacientes se han descrito alteraciones en la función motora intestinal que condicionan un aumento de presión en el interior del colon. Este aumento de presión favorece un fenómeno conocido como “segmentación del intestino”, produciendo un retraso en el tránsito intestinal y la propia formación de divertículos.
La enfermedad diverticular es muy frecuente en el mundo occidental, probablemente debido a factores ambientales y dietéticos. Se ha atribuido un mayor riesgo de divertículos en personas con bajo consumo de fibra en su dieta, obesas o sedentarias.

¿Cómo se manifiestan?

Hasta el 75-80% de las personas que poseen divertículos no presentan ningún síntoma, constituyendo un hallazgo durante la realización de exploraciones indicadas por otro motivo, como la colonoscopia o el enema opaco.
En el 20-25% pueden aparecer síntomas, como dolor intermitente localizado en la parte inferior izquierda del abdomen (coincidiendo con la localización del sigma) que suele mejorar con la defecación, hinchazón o alteraciones del ritmo intestinal. Cuando aparece algún síntoma de alarma, como sangrado, pérdida de peso o masa palpable en el abdomen, es prioritario realizar una consulta médica, con el fin de descartar otras patologías como el cáncer de colon.

¿Pueden complicarse los divertículos?

Sí. Las complicaciones más frecuentes son la diverticulitis (en el 15-25% de los casos) y la hemorragia diverticular (en el 5%).
La diverticulitis es la inflamación de uno de los divertículos. Se piensa que puede ser debida a la erosión de la pared del divertículo por parte de partículas fecales, produciendo una pequeña perforación en su pared. En la mayoría de ocasiones, el organismo controla este defecto mediante una respuesta inflamatoria local o la formación de un flemón, tratándose de diverticulitis leves o no complicadas. No obstante, hasta el 25% de las diverticulitis pueden complicarse, la mayoría por la formación de un absceso, pero también pueden aparecer otras complicaciones menos frecuentes como la obstrucción intestinal, la formación de fístulas o la perforación libre con peritonitis.
La diverticulitis se manifiesta típicamente como dolor continuo, localizado en fosa ilíaca izquierda (parte inferior izquierda del abdomen). Otros síntomas que también pueden estar presentes son: fiebre, diarrea, estreñimiento o síntomas urinarios por compresión. El diagnóstico es clínico, aunque en ocasiones se confirma mediante pruebas radiológicas como la ecografía o TAC.
La hemorragia es una complicación poco frecuente, aunque grave de la diverticulosis. Se manifiesta como la expulsión de gran volumen de sangre por el ano de forma aguda, sin acompañarse de dolor. A pesar de ello, en el 75% de los casos suele ser una hemorragia autolimitada, cediendo espontáneamente. Requiere ingreso hospitalario y se confirma mediante colonoscopia.

¿Cuál es el tratamiento de la diverticulosis?

Se recomienda una dieta rica en fibra (fruta, verdura, pan integral, salvado, cereales…), con el fin de evitar la progresión de la enfermedad diverticular, la aparición de complicaciones y mejorar la sintomatología al favorecer el tránsito intestinal.
En los pacientes que presenten dolor intermitente como síntoma predominante, pueden indicarse fármacos espasmolíticos o analgésicos para conseguir alivio de los síntomas. En ocasiones también pueden ser utilizados otros fármacos, como la rifaximina, antibiótico que ha demostrado mejorar la sintomatología y reducir el riesgo de nuevos episodios de diverticulitis.

Me han diagnosticado diverticulitis aguda. ¿cómo se trata? ¿debo ingresar en el hospital?

En el caso de presentar un episodio de diverticulitis aguda leve, en ausencia de comorbilidades importantes o complicaciones, puede plantearse un tratamiento en domicilio recibiendo antibióticos por vía oral, sin requerir ingreso hospitalario. En el caso de una diverticulitis complicada o empeoramiento clínico en domicilio, el manejo debe ser hospitalario mediante tratamiento antibiótico intravenoso.
Tras un primer episodio de diverticulitis, es recomendable la realización de una colonoscopia 6-8 semanas después de la resolución del cuadro (siempre que al paciente no se le haya realizado ninguna colonoscopia en los últimos 2-3 años), con el fin de descartar la posibilidad de cáncer de colon. No obstante, este hecho es infrecuente, ya que debido a la calidad actual de las imágenes obtenidas por TAC, es poco probable confundir el cáncer de colon con una diverticulitis no complicada.
Se ha asociado mayor riesgo de diverticulitis al tabaquismo y la administración de fármacos antiinflamatorios no esteroideos, además de la dieta baja en fibra, la obesidad y el sedentarismo. Por ello, es importante evitar todos estos factores de riesgo para disminuir el riesgo de un nuevo episodio diverticulitis.

¿En qué casos es necesaria la cirugía?

En la inmensa mayoría de las ocasiones el tratamiento de la diverticulosis y de sus complicaciones es médico, sin necesidad de cirugía. Podría valorarse la cirugía de forma seleccionada en personas que presentan episodios repetidos de diverticulitis, especialmente en pacientes jóvenes. También en el caso de complicaciones, tales como la presencia de un absceso que no puede ser drenado de forma percutánea, la obstrucción intestinal que no se resuelve tras tratamiento médico inicial, la presencia de fístulas o la perforación libre con peritonitis.

Conclusiones

La diverticulosis es una condición benigna muy frecuente en la población, que aumenta con la edad y cursa de forma asintomática en la mayoría de los casos. En caso de presentar divertículos, se recomienda una dieta rica en fibra y seguir otros hábitos de vida saludables como el ejercicio físico regular o el abandono del hábito tabáquico.