El niño pequeño no controla adecuadamente su esfínter urinario y su vejiga, y sus micciones son involuntarias A partir del primer año se produce una disminución lineal del número de micciones. Entre los 3 y 5 años el niño llega a controlar voluntariamente sus esfínteres, pudiendo iniciar, interrumpir e inhibir la micción y mantener la continencia durante el sueño. Las niñas consiguen la maduración vesical más precozmente que los niños.
La enuresis nocturna es la emisión repetida de orina en la cama, al menos 2 veces por semana, durante un mínimo de 3 meses consecutivos y no debida a una sustancia ni a enfermedad médica.
Edad necesaria para el diagnóstico
Para que se establezca el diagnóstico de enuresis, los escapes nocturnos de orina deben producirse a una edad socialmente inaceptable. Se consideran los 5 años como edad inapropiada, ya que en nuestra sociedad se espera que para entonces ya se haya alcanzado completamente el control vesical nocturno; aunque sería posible admitir la edad de 6 años en los varones porque suelen alcanzar más tarde el control nocturno del esfínter vesical.
Frecuencia
La enuresis nocturna afecta al 16% de los niños de 5 años, al 10% de los de 6 años y al 7,5% de los de 10 años de edad.
Tipos de enuresis
Primaria: Si desde el nacimiento nunca ha habido un período continuado de noches secas.
Secundaria: Cuando ha habido un período previo de continencia urinaria de, al menos, seis meses consecutivos.
Factores favorecedores
• Antecedentes familiares de enuresis.
• Características de la familia.
• Conflictos familiares.
• Nacimiento de un hermano o fallecimiento de un familiar.
• Cambio de domicilio o de colegio.
• Hospitalización.
Causas
• Predisposición genética.
• Alteración del mecanismo de despertar.
• Alteración vesical.
• Estreñimiento.
• Patología obstructiva de vía aérea superior.
• Retraso madurativo.
• Alteración urológicas.
• Factores psicológicas.
• Factores ambientales y sociofamiliares.
Exámenes complementarios
En general en un niño con enuresis nocturna que se mantiene asintomático y cuya exploración física es normal no es preciso realizar ningún estudio complementario.
Tratamiento
Existe cierta controversia sobre la edad en la que debe comenzar el tratamiento. La mayoría de niños con enuresis nocturna leve (< 3 noches/semana) tienden a la resolución espontánea, Sin embargo, la enuresis moderada (3-6 noches/semana) o grave (diaria) y la que persiste pasados los 9 años de edad, difícilmente se resolverá sin tratamiento.
Objetivo
• Reducir el numero de noches mojadas.
• Reducir el impacto de la enuresis en el estilo de vida del niño.
• Iniciar la continencia con éxito.
• Evitar las recaídas, con mínimos efectos adversos.
Medidas generales
• Exponer al niños y a sus progenitores que el niño no tiene ninguna culpa de la situación, sino que se trata de un retraso en esa área madurativa, ajeno a la voluntad del niño.
• Insistir a los padres en que no se debe reprender al niño ni avergonzarlo.
• Actitud positiva durante el tratamiento. El paciente es el que tiene que llevar la iniciativa para lograr su curación.
• Enseñar al niño que no debe beber excesivos líquidos después de las 7 de la tarde y que, al contrario, debe aumentar la ingesta durante el día.
• Recomendar al niño que debe realizar ejercicios de “entrenamiento vesical”(aguantar un corto rato el deseo de orinar e interrumpir una vez el chorro urinaria durante la micción).
• Escribir un diario en el que el niño debe delimitar las “noches secas” y las “noches húmedas”, así como la ingesta de líquidos nocturnos.
• Pedir a los familiares que ensalcen y premien los éxitos conseguidos.
Alarmas de enuresis
Es el tratamiento más eficaz a largo plazo. Son sistemas que disponen de un sensor que se coloca en el pijama del niño o en contacto con la sábana. La alarma se dispara cuando el electrodo se moja con las primeras gotas de orina. Pretende despertar al niño para que aprenda a reconocer el vaciado inminente de la vejiga y se levante para ir al baño.
No se recomienda cuando los escapes son muy infrecuentes.
La clave del éxito depende fundamentalmente de la motivación e implicación tanto de los padre como del niño.
Fármacos
El fármaco más utilizado es la desmopresina, es un análogo de la hormona antidiurética, actúa reduciendo el volumen de orina durante la noche. Se considera el tratamiento de elección cuando no se puede utilizar la alarma, o si el objetivo es la sequedad a corto plazo.